Ahí estaban Eren y Mikasa mirándose fijamente, paralizados. Habían tenido contacto antes pero nunca como el de este día, en su cabeza el ojiverde se exigía a sí mismo que se moviera pero su cuerpo no respondía, la pelinegra por su parte pensaba en quitarlo de encima pero estaba débil, al parecer su anatomía le estaba pidiendo algo a gritos, algo que no lograba descifrar que era.
Poco a poco sus cuerpos se unían y sus caras cada vez estaban más cerca, ninguno lo resistió y en un abrir y cerrar de ojos sus labios se juntaron, al principio fue una acción torpe de labios y dientes chocando pero luego encontraron el ritmo perfecto, era una sensación tan nueva y agradable algo que deseaban desde hace tanto tiempo, en especial Eren. El castaño incluso soñaba con ese momento desde el día en que prestó atención a los labios de esa chica, se preguntaba cómo sería su sabor y ahora mismo no podía creer que los estaba probando, tan dulces como lo imaginaba.
Casi por instinto Mikasa abrió un poco más la boca y él no desaprovechó el momento, su lengua entro para saborear y explorar esa cavidad, no se explicaban cómo pero parecía que sus labios y lengua sabían perfectamente que hacer con el otro y aunque el aire comenzaba a faltarles se negaban a terminarlo, desafortunadamente tuvieron que parar cuando la puerta de la habitación subterránea rechino indicando que alguien entraba.
Eren se tumbó en la cama y Mikasa se levantó tan rápido que en un parpadeo ya estaba en la suya, el ojiverde entonces se dió cuenta del bulto entre sus piernas que apretaba dolorosamente sus pantalones, no podía permitir que quién fuera lo mirará de esa manera así que tomó la almohada y se cubrió. Para su sorpresa frente a la reja apareció Armin junto a dos hombres de la policía militar.
-Hey chicos, hablé con Hange y me permitió venir a verlos, también dijo que podían tomar un baño si lo desea… ¿Se sienten bien?
-¿P-por qué lo preguntas?.- dijo Eren con dificultad.
-Los dos tienen las mejillas rojas pero en general están pálidos ¿Están enfermos?
-Estamos bien Armin, yo sí quiero darme un baño abre esta cosa por favor.- Mikasa hablaba tan sería como siempre pero algo había diferente, el rubio no dijo nada y abrió la reja dejando que su amiga saliera rápidamente escoltada por uno de los guardias.
-¿Pasó algo Eren?
-¿Eh?, ¡N-no! ¿Qué podría pasar?, ¡Todo está bien!… ¡Me urge darme un baño!Armin decidió que no indagaría más aunque la actitud de sus mejores amigos fuera tan extraña que incluso uno de los guardias se reía como si supiera algo.
Luego de su baño y el resto de la tarde el rubio la pasó con ellos, en especial recopilando la información que Eren tenía con las memorias de su padre y en esas horas notó que definitivamente algo había ocurrido pues los jóvenes ni siquiera eran capaces de mantener una conversación entre ellos y mirarse a los ojos.Ya que anocheció el rubio y los guardias se fueron dejándolos una vez más solos en un ambiente de pura tensión. Cada uno estaba sentado en su cama, en silencio pensando, sobre todo la joven, pensaba en lo que pasó esa mañana y el efecto que tuvo en ella. Había terminado con las bragas húmedas, sabía a qué se debía pues Hange también se lo explicó pero no podía creer que tuviera esos deseos con Eren nunca lo imaginó así, entonces un nuevo pensamiento llegó a su cabeza. Él tiene el mismo deseo, lo sé por lo que le ocurrió, pude sentirlo.
-Mikasa.- la pelinegra se sobresaltó al ser llamada y más cuando observó a Eren frente a ella. -Lamento lo de esta mañana yo no…
-Eren…- no sabía cómo pero estaba tomando valor para lo que diría. -No quiero equivocarme así que dime por favor ¿Qué deseas de mí?
El castaño la miró sonrojarse y agachar la mirada, una vez más no controló su cuerpo y la tomó de la mano para levantarla, con uno de sus brazos la rodeó por la cintura y la acercó a él y con su otra mano alzó su barbilla para mirarla a los ojos.
-No estoy seguro, lo de hace un rato me gustó y admito que quiero tocarte pero la manera en que lo pienso… sé que está mal, no puedo controlar los impulsos que tengo Mikasa lo siento.
-Hazlo.- la voz de la pelinegra casi fue un susurro. -No está mal porque yo también lo quiero.
Por primera vez en mucho tiempo se sentía indefensa mientras que el ojiverde no podía creer lo que escuchaba.
-Mikasa… ¿Estás segura?
-Sí.Luego de eso y de un par de minutos de asimilarlo Eren acarició su mejilla con ternura trazando medios círculos con su pulgar mientras se acercaba a sus labios, comenzó a besarla de la manera más dulce hasta que se fue transformando en algo más necesitado, como si hubiera perdido el miedo las manos de la joven se aventuraron por el cuello masculino y luego su espalda. Él también comenzó con el tacto en la curva de su cintura y luego a cada lado de sus caderas, poco a poco fue hacía atrás y ella no se lo negó, con más confianza Eren aprisionó el labio inferior de Mikasa entre sus dientes y al mismo tiempo que lo mordía apretó uno de sus glúteos haciendo que a la chica se le escapará un jadeo, ese ruidito le provocó tanto que empezó a sentir que su virilidad despertaba. Volvió a subir sus manos y esta vez entraron dentro de la camisa de la pelinegra, a Mikasa le agrado tanto la sensación de calor que emitían las manos de Eren en su piel desnuda que se apartó un momento dejándolo desconcertado hasta que observó lo que hacía, ella estaba desabrochando sus botones sin ninguna prisa y aunque avergonzada no titubeaba, el castaño correspondió la acción y también empezó a deshacerse de su ropa.
Cuándo quedaron desnudos se miraron el uno al otro, ambos tenían cuerpos trabajados y con marcas de guerra que para ellos eran recordatorios de que debían vivir cada momento como si fuera el último. Volvieron a besarse y esta vez Eren tomó a Mikasa y la empujó hasta la cama para luego colocarse encima de ella entre sus piernas, dejó su boca para dirigirse a su cuello, su pecho, su abdomen y luego volver a sus labios mientras acariciaba la parte interna de sus muslos, muy cerca de su intimidad, hasta que empezó a rozar su entrada con sus dedos provocando jadeos en la chica y luego cuando estuvo seguro introdujo uno en su interior que hizo que se le escapara un gemido, su calor se sentía tan bien.
Después no fue uno, fueron dos los que se movían dentro de ella para asegurarse de que se lubricara lo suficiente mientras su otra mano jugaba con uno de sus pechos y sus labios se encargaban de su cuello haciendo que los ruidos de Mikasa cada vez se intensificaran más. Cuando al fin sacó sus dedos estaban cubiertos de sus jugos; miró a la pelinegra directamente a los ojos mientras comenzaba a frotar su masculinidad con su centro que rogaba por más atención, atención que le dió introduciendo la punta y un poco más con delicadeza haciendo que Mikasa gimiera, Eren se mantuvo así un rato, entrando y saliendo para que la joven se acostumbrara a la sensación pues al principio había sido doloroso e incómodo. Hasta que se percató que ella empezaba a disfrutarlo el ojiverde decidió que era hora y entró lo más profundo que pudo haciéndola gritar.-¡Ahhhhhhhhh Eren!
Estar dentro de ella se sentía tan bien, tan húmedo, tan caliente y estrechó que quería más y aunque al principio había ido despacio ahora incrementaba su velocidad, para la chica también era tan placentero que empezaba a sentir espasmos en el cuerpo anunciando que pronto llegaría a la cima del placer.
Para ser su primera vez tardaron pero los dos llegaron a su clímax y soltaron sus jugos casi al mismo tiempo.Cuándo terminaron ambos se tumbaron en la cama cansados y cubiertos sólo por las sábanas.
-Eren ¿Esto cambia algo entre nosotros?
-No te preocupes Mikasa, todo será igual y esto sólo pasará si los dos queremos ¿Bien?
-Sí.- aunque ella aceptó en realidad esa no era la respuesta que quería escuchar.Las siguientes noches en la celda fueron igual de pasionales y ahora que se conocían mejor que nunca comenzaban a experimentar.
Así llegó la octava noche encerrados, habían decidido comenzar por algo diferente, ambos estaban desnudos, cubriendo únicamente partes importantes. Mikasa tapaba su boca con su mano para evitar ser muy ruidosa mientras Eren lamía entre sus piernas, le encantaba su olor, su sabor, su calor, todo. Se le estaba haciendo un vicio probarla y los dos estaban tan concentrados en lo que hacían que no se percataron de las otras presencias.
-¡Jaeger, Ackerman! No saben cuánto odio interrumpir.
Al mirar hacia los barrotes se encontraron con Hange a punto de reír y Armin llenó de vergüenza con los ojos muy abiertos y sangrado nasal…
No debí escribir esto a estás horas [Horny silence]
¿Ya vieron la nueva portada? Pues fue un gran y lindo detalle de LucecitaMartinez4 💗✨
Ayno que pena andarte etiquetando justo en este capítulo jaksjajaja.🙈
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Narrando el arte (SNK)
FanfictionPequeñas historias de uno o más capítulos, sin exceso, sobre el mundo de Shingeki no kyojin inspiradas en Fanart, canciones, leyendas, etc. El tema principal de esta obra son todos aquellos Fanart que merecen una historia detrás (y creanme he visto...