Aquel joven rubio corría por todo el mercado en busca de lo pedido por la albina de puntas verdosas antes de regresar a la casa de esta misma. Llevaban ya un mes y unas dos, o tres semanas en la búsqueda de aquella escama mítica y, como se podía esperar, muchos de quienes estaban moviendo cielo, tierra y mar para encontrar de ese tesoro; se acabaron rindiendo y rompiendo sus cañas de pesca ante la frustración en el mejor de los casos... pues otros cayeron en la locura, la obsesión y la paranoia al no poder encontrarla Claramente él no había caído en las garras de ninguna de esas cosas de momento, pese a ya no tener maestro... pues desde también unas cuantas semanas atrás Este también renuncio...
— ¡Nene-san! ¡Ya estoy aquí!
— ¡Oh, Minamoto-kun! Enserio lo siento, no debería estar pidiéndote que hagas las compras en mi lugar
— ¡Descuida! ¡Está bien! ...se que debes de estar muy ocupada cuidando de tus cultivos... y de Natsuhiko-sensei
— Si... es algo difícil...
Según palabras de la misma de la misma oji rubí, aquella tarde en la que su maestro podría a prueba su red y su plan, llegó ya en la madrugada; sucio y con la mirada perdida, que no paraba de disculparse con ella por, según el mismo peli castaño... ser un estúpido Él llegó al día siguiente al muelle, comprobando así que su maestro no llegaba por más tarde que su hiciera, cosa que le hizo preocupar e ir hasta su hogar para buscarle
Encontrándose, con el mismo escenario una y otra vez... aquel cuyos ojos brillaban cual plata recién pulida; muerto en vida sobre el sofá
— Dudo mucho... que hoy vayan de pesca también... lo siento
— ¡N-No se disculpe! Esta bien... v-volveré mañana ¿Si?
— Si... de nuevo gracias, Minamoto-kun
— Es un placer, Nene-san ¡Nos vemos~!
El rubio oji azul se retiro de la pequeña cabaña con una brillante sonrisa... que a cada paso que daba se iba convirtiendo en un mueca llega de molestia, pero no contra el par de hermanos que son sumamente amables con, sino con; su "real" majestad
— Tengo que hacer algo...
Se dijo así mismo entre un susurro. Volvería a casa e, intentaría hablar con su hermano mayor una vez más
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En la parte Sur del país se encontraba en enorme palacio en el cual la familia real habita, según dicen, pues desde la presentación de su rey, no se les a visto en ningún otro momento
El pequeño de ojos celestes estaba entre medio del jardín de la entrada trasera, los guardias lo matarían si le ven, por ello, entre medio de los arbusto buscaba aquella soga para pasar el otro lado del muro, cosa que encontró. Sin perder tiempo trepó el muro, y cayó en medio del patio real
Sin perder tiempo corrió hacia la puerta trasera; que da a la cocina dentro del palacio, sabe que está jamás se cierra puesto que tienen que sacar la basura. Entró, y cerró la puerta detrás de sí, suspirando aliviado
