En la armería de los enanos

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Carnaval Isekai

Capítulo 13: En la armería de los enanos


¿Alguien sabe cómo canta una ninfa? Imposible describir con palabras la belleza de la melodía y el cristalino timbre de voz, solo un poeta podría plasmar mediante la hoja, la pluma y el tintero, tal regalo del reino de los elfos.

Florisfal era una elfa del Bosque Virgen de Morgain, con apenas ciento cincuenta años, decidió explorar el mundo. Las razas más allá de su amada tierra forestal, le parecieron necias y absurdas, incluso pervertidas, pero ella se enamoró justo de alguien que pertenecía a esas razas.

Cantaba feliz en la bañera que su amor le hizo con sus manos habilidosas y el fruto de su trabajo. No era una profesión honrada, pero como su adorado esposo le dijo una vez: "De algo hay que vivir".

Elevó una pierna y miró con atención su esbelta extremidad, la acarició mientras la espuma se deslizaba hacia el agua tibia y de nuevo cubría sus vergüenzas. Se arrodilló y frotó la gloria de sus senos, parecieron montañas cubiertas por la nieve debido a la molesta espuma que, terca, impedía ver semejantes portentos.

Tan distraída estaba en su aseo, que una figura se acercó por detrás, como un sátiro se desprendió de sus ropajes y entró a la amplia bañera en pos de juguetear como solo un libidinoso lo haría.

¡Ay! ¡Me asustaste!

—Que lindos y suavecitos se sienten tus senos en la mañana, Florisfal.

La elfa se dio vuelta para abrazar al atrevido, pero su vista no se estrelló en el pecho fornido de un bravo guerrero con pectorales que invitaban a los besos traviesos, fue la calva de un hombre pequeño lo que vio.

Tomasito era un humano que nació muy pequeño para los estándares humanos. Como una persona pequeña, como era llamado, no tuvo muchas oportunidades de labrarse un nombre como un matador de bestias y monstruos en algún gremio de aventureros, pero donde ciertas puertas se cierran, otras se abren. El enano era un habilidoso ladrón y podía detectar y anular trampas como ninguno, muchos encargos recibió debido a sus habilidosos dedos, pero ahora estos estaban muy atareados en sobar las tetas de su amada elfa. Sus labios y lengua, ocupados en los pezones que empezaban a ponerse duros y erectos.

—Estas travieso esta mañana, deja eso que se hace tarde para el desayuno.

—Quiero algo de leche.

—Tonto, aunque chupes mucho, no va a salir leche.

—Podemos retozar un poco, ni el día ni el desayuno se van a ir a alguna parte.

Florisfal asintió y se acurrucó en la bañera con el enano.

Tomasito se sintió feliz, pero no pudo evitar que una preocupación le llegara a la mente.

Conoció a Florisfal en la flor de su juventud y ahora canas adornaban la circunferencia de su calva. ¿Cuántos años más podría disfrutar de la felicidad de tener una vida sencilla al lado de la mujer que amaba? ¿Sería mejor separarse de ella, mientras tenga dignidad y no tener que ser esclavizado al martirio de vivir una vida sin poder valerse por sí mismo debido a la edad?

Las caricias del largo cabello de la elfa, le quitaron toda preocupación y decidió dejar para otro día las interrogantes que año que pasaba, le importunaban cada vez más.

Ambos se daban arrumacos, olvidándose del desayuno y del mundo exterior, que cruel, se mofaba y escandalizaba de un amor puro y sincero; que cínico, aceptaba más la hipocresía y la maldad que el hecho de dos personas tan diferentes amándose sin reparo alguno.

isekai : Carnaval Isekai (de Bolivia para el mundo - completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora