Capítulo 25

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Park Jimin había hecho muchas maravillas en la Semana de la Moda de Milán.

Había dejado su marca, exponiendo lo más que se le había permitido el típico estereotipo de "Omega lleno de feminidad" que era totalmente popular en su país, adaptándolo, claro, a la forma del Omega en Italia, y la gente había quedado fascinada con la belleza extranjera que poseía.

Lo habían dicho lo suficiente, "El Omega del Momento" "El Modelo ideal de la estética Omega" incluso cosas como "El Omega con el cual todo Alfa quisiera estar" incluso había recibido uno que otro "cumplido" que implicaba la palabra o referencia al sexo también. Cosas desagradables, al fin y al cabo, pero ¿Qué importaba si era publicidad?

Después de todo, él tenía las mejores fotos, las mejores posturas, la mejor caminata, todos querían tener un cuerpo como él. Todos querían estar con él.

Blah blah blah. Jimin sabía que, todos estaban al tanto de eso. Todo el mundo lo conocía como el grande, como el superior. Y claro que lo era.

Pero ¿Y Yoongi?

Su Hyung, ah, su querido Hyung, parecía no importarle más lo que era, lo que hacía, lo que quería y que no, porque había estado corriendo a ese Alfa a escondidas, le había estado diciendo de todo, tratándolo de cariño. Pero al final del día él había quedado como la segunda opción, como un platillo secundario. Y Yoongi había sido un verdadero hipócrita. Un total y verdadero hipócrita.

Y a Jimin le enojaba, le lastimaba tanto el hecho de que había dejado que le engañase de esa manera.

¿Y él que ganaba con eso?

Ahí, a puertas del gran París, una de las mejores capitales de la moda, uno de los lugares en donde daría por terminado una de las etapas más importantes de toda su carrera.

Pero él solo podía pensar en que era "La ciudad del Amor" la ciudad donde tenía planeado compartir con el amor de su vida, el que creía que era el amor de su vida y eso, al final de cuentas, era una maldita tontería. Una maldita utopía.

Porque claro, un Omega no podría amar a otro Omega sin salir herido de por medio.

Y vaya que había terminado herido...

─ Es tonto. ─ Soltó al aire, mirando como Kim Taehyung alzaba la vista de su libreta de anotaciones, esperando a que continuara hablando. Se habían reconciliado al menos un poquito, lo suficiente como para estar en el mismo asiento juntos, mientras esperaban su desayuno.

Ambos se habían pedido perdón, alegando su humor como uno de los principales causantes de lo que había pasado, Jimin le había dicho ─perdiendo toda su dignidad. ─ que, en realidad, necesitaba de Kim Taehyung para no caer en el olvido de su carrera ─Lo cual prácticamente era lo más importante que tenía─. Kim Taehyung había soltado un bufido, riendo después antes de negarle y decirle que estaba bien, que podrían continuar como una clase de... equipo, por así decirlo.

Aparte de que los había visto a él y a Yoongi en una situación un poco... muy... íntima

Aunque tenía que haberle dicho muchas cosas de su vida, desde su relación con su familia, su mutismo selectivo en medio de su trabajo, su madre estricta, su padre ausente, toda su familia hecha trizas y destrozada por solo una persona, que había causado todo. Y Kim Taehyung le había escuchado, entendido, además, ni siquiera se había detenido a juzgarlo.

"─ Muchas de las personas que ahora se encuentran en la cima han sentido un poco de sufrimiento para poder llegar, no debe de angustiarse en ser perfecto." Le había dicho después de un momento, dándole una leve sonrisa le había dicho que ya era muy impresionante, y le había dado unas barritas más a su ego inquebrantable.

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