Te Encontré [ 2°T de TLA]

EXTRA

LAILA

Navidad. 
Tres años después.

La bebé duerme sin temor. 

Cubro su pequeño cuerpo con la manta clara y acaricio por última vez su suave piel. El pequeño elefante de peluche yace sujeto entre sus delicados dedos sin intención de soltarlo. Jace le había regalado el obsequio a nuestra hija cuando lo compró en una tienda porque le recordó a un antiguo juguete que él tenía antes de perderlo por las constantes escapadas. Nuestra bebé amó tanto su regalo que en ningún segundo del día ni de la noche lo soltaba, es como si supiera que ese elefante era demasiado importante para su padre. 

Los años habían pasado sin preocupaciones de por medio. Mi hijo mayor nació sin complicaciones y su pequeño ser significó la diferencia de nuestras vidas, y finalmente su nombre fue puesto en conmemoración a una de las personas que Jace más amó en este mundo.

Su padre.

No discutí ante su ofrecimiento de ponerle ese nombre a nuestro hijo. Jace ya había olvidado el rostro de su padre con el transcurso de los años y necesitaba darle una cara a ese nombre. La llegada de Marcus fue el inicio de una nueva vida, una reformación que ambos queríamos. Y después llegó a nuestras vidas otra personita. Emilia White. Se pequeña se convirtió en adoración de cada uno de los que componían esta familia, todos los hombres de la casa se enamoraron de la hermosura de mi hija. 

La puerta detrás de mí se abrió, e instantáneamente una sonrisa se formó en mi rostro. 

—Se acaba de dormir. —dije y me di la vuelta para encontrarme con el presencia del hombre que amo.

El tiempo lo había hecho madurar, no sólo mental sino físicamente. Jace White era impresionante. Sus facciones se habían endurecidos, su mandíbula se hizo más esculpida y sus cabellos ya ennegrecidos complementaba bellamente esos rasgos austeros y hermosos. Sus ojos seguían siendo color verde, y parecían ocultar secretos bajo siete llaves. 

—Es hermosa —dijo al acercarse a la cuna. Miró a la bebé y después la desplazó hacia mí—, igual que la madre. Tendré que enseñarle a nuestro hijo a como alejar los malditos de su hermana. El regalo de Rech facilitará las cosas. 

Golpeé su pecho. 

—Ni se te ocurra, Jace White. —advierto. Aún no daba la aprobación al regalo de cumpleaños que obtuvo mi hijo por parte de Rech. 

—¿Y qué piensas hacer al respecto? —provocó con un aspecto totalmente avasallador. 

Lo miré, sin importarme ni siquiera lo atontada que parecía.

—Después no digas que no te lo advertí. 

Mi mano comenzó desde abajo, tocando el bulto formado en sus pantalones y avanzaron recorriendo su torso fortalecido por los constantes ejercicios y luego por su pecho donde el latir de su corazón lo pude sentir bajo la palma de mi mano, y finalmente envolví los brazos alrededor del cuello de Jace. Una emoción cruzó por su semblante antes de desvanecerse con rapidez, aunque no con la suficiente porque la pude apreciar a la perfección. Entendía los temores que aguardaba en ese corazón, Jace seguía pensando que los daños causados por los eventos traumaticos del pasado harían estragos en su vida presente.