Capítulo 44 - Cada ANGEL Necesita A Su DEMONIO

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¿Les he dicho que las amo?.... Como si eso calmara la furia por actualizar cada dos años. De todos modos ¡Las amo mucho-mucho! ❤️



LAILA

Un fuerte golpe en la cabeza me despertó. Miro a mi alrededor desorientada y noto que nos hemos detenido. Observo por la ventana y desconocí el lugar totalmente. ¿Dónde estamos? A qué se debe su abrupto cambio cuando el hombre que está a mi lado mencionó que detenerse no es opción. Mis ojos dieron de manera directa por el espejo de adelante encontrándose con los de Rech. Él también se vio extrañado por la actitud de Joseph. ¿Qué pasaba? Retomé la vista al personaje que tengo junto a mí, este apagó el motor y salió del vehículo cerrando la puerta de un portazo, caminó lejos de nosotros y de ahí sacó de su chaqueta su teléfono. Mis ojos siguieron cada movimiento y gesto brusco de él mientras realizaba seguramente una llamada. ¿Qué haces? Me pregunté. ¿Con quién hablas? Me permití sentir miedo. Murray cortó la llamada después de segundos y tiró el teléfono lejos cayendo este entre los arbustos que hay en los lados de la carretera. Al girarse para volver hacia el automóvil sus ojos se encontraron con los míos. Nos quedamos mirándonos, ambos estancados en un profundo dilema en donde la confianza se vio afectada durante un segundo.


Ninguno emitió palabra cuando continuamos el trayecto.

—¿Tienes miedo? —la pregunta proviene de los labios de Joseph. Despego la mirada de mis delgadas manos para dirigirla a él. El siempre como respuesta es más que evidente en mis ojos por lo que no es necesario formular palabra. Joseph habla de nuevo: —Dejarás de sentirlo una vez que estés con alguien quien en verdad te pueda proteger de tus temores.

Él aleja una mano del manubrio para colocarla sobre la mía y aprieta suavemente, con ella el calor de su tacto envuelve mi piel fría tranquilizando los temblores de mi cuerpo. Joseph dice que vuelva a conciliar el sueño. Él nota mi cansancio y cree que debo descansar aunque sea unos minutos. En más, quiere que tanto Andrew, Rox y yo aprovechemos un poco el tiempo y descansemos hasta llegar a un lugar seguro. Pienso que Joseph también puede hacerlo, el hombre se ve más agotado que Andrew y yo juntos, y se lo digo, pero él niega con la cabeza respondiendo que no tiene momento para hacerlo y lo hará una vez que no estemos bajo peligro.

Asiento con la cabeza lentamente sin quitar los ojos de él. Qué sentimiento de desconfianza tan horrible se instala en mí.... No quiero sentirlo. Me digo a mi misma que no sucumba a los pensamientos irracionales. Joseph no ha dado motivos de lastimarnos, él nos defendió de aquellos que lo han intentado. Estoy bien, estoy a salvo junto a él. Con eso en mente, apoyo la cabeza contra el vidrio y cierro los ojos...pero no duermo. ¿Qué me impide? Me doy vuelta y busco algún otro punto de comodidad para descansar, así estuve un buen rato...De pronto noté que había dormido, quizás unos segundos, puede que minutos. O tal vez horas. No lo sé. Sólo estoy conciente que la causa de mi despertar es ocasionado por una sacudida de mi cuerpo. El abrir los ojos en su totalidad, instantáneamente me encuentro con el rostro de Andrew a milímetros del mío.

Él me despertó.

—¿Andrew? —me inquieta la intensidad de su mirada. Restriego mis ojos mientras me enderezo en la posición incómoda en la que estoy. Andrew inmediatamente se aparta—. ¿Qué pasa? ¿Dónde está Joseph?

Levantando su mano, su dedo índice señala un punto exacto. Guiada por su señaletica veo que más allá del parabrisa dos automóviles negros se acercan a gran velocidad regenerando escándalo y se detienen con gran estruendo a metros de nosotros. Joseph está afuera, con el viento agitando su cabello, él no se ve intimidado por los vehículos que se acercan, y por lo que veo mucho menos por ocupantes, él avanzó a grandes zanjadas en dirección a ellos.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora