Te Encontré [ 2°T de TLA]

Capítulo 12 - Esta noche es buena para nuevas revelaciones.

Se giró y caminó alejándose de mí, con sus amplios hombros rectos y su cabeza bien alta cuando él se dirigió a las escaleras. Me estremecí al escuchar la puerta de su habitación cerrarse de golpe, prácticamente retumbó toda la casa. Me quedé en la soledad del salón con el brillo de le televisión iluminando el espacio. No lo seguí como pensaba hacerlo y tampoco dije algo por más que necesitaba explicaciones. Acabé derrumbándome sobre el sofá del salón junto a ella y miré fijamente la televisión, en ella tenía proyectada la imagen de la localización en donde se encontró el cuerpo. Fruncí el ceño. Conocía ese lugar. Lo había visto de camino cuando fui a internarne y me lo confirmó al momento en que pasaron una imagen del centro de rehabilitación.

Agarré el mando de la televisión y le subí el volumen.

—...empleadora por cinco años de la institución de autoayuda.

—Oh, mierda.

Me levanté del sofá y subí al segundo piso rápidamente y extrañamente airada. Su habitación está abierta, y entré, decidida a obtener las respuestas que necesitaba. Por alguna razón, él se había quitado la camisa. Trago saliva.

—Jace. —Lo llamo. 

—Necesito una ducha —Él se volvió su cabeza hacia mí, observándome mientras sacaba una camiseta del armario para ponerla en la cama—. A no ser que quieras enjabonarme la espalda, entonces te pediré privacidad. Todo está permitido.

Puse los ojos en blanco.

—No quiero enjabonarte la espalda por lo que puedes hacerlo tu mismo. —Me cruzo de brazos sobre mi pecho.

—Que pena ya me estaba ilusionando. —Dijo pícaro. 

Di otro paso hacia delante, adentrándome más en la habitación.

—Quiero hacerte una pregunta —digo—. ¿Antes de encontrarnos en el cementerio tú intentaste buscarme?

El silencio llenó la habitación por largos momentos, luego Jace se giró lentamente.

—¿Crees qué no lo hice? Te busqué por meses, Laila, por todos lados y me sentí iracundo cuando te encontré. Desapareciste.

—¿Entonces no sabías en donde estuve por más de un año? —L epregunto. Necesito confirmarlo.

—Crees que sí no hubiera estado consciente de tu paradero no te hubiera buscando antes. Te habría llevado conmigo hace mucho tiempo. —Responde Jace. 

Con eso es fue suficiente. No fue él.

—Estuve en un centro de rehabilitación. —Le confieso y él me observa con evidente sorpresa. 

—¿Qué mierda hacías ahí?  —Pregunta Jace.

—Olvidando. Olvidando por un segundo el hecho de que me arruinaste la vida. Mentirme que jamás te conocí y que la muerte de mi padre no fue por la culpa de haber querido a un asesino.

Él no dijo nada. Simplemente se quedó silencioso y quieto, sin parpadear.

—Nos sabes por cuanto sufrí, Jace. Cada día recordando ese momento, reviviendo ese dolor que no me permitió seguir con mi vida. Me volví adicta a malditas pastillas con tal de poder dormir y no acabar en la locura, por eso me interné en ese lugar...con la esperanza de olvidar que tu destruiste a mis amigos y también a mi padre. ¿Conoces cuál es mi mayor secreto? Intenté suicidarme muchas veces, incontables —Digo, sintiendo las estúpidas lágrimas afloraron—. Eso tú no lo sabías...

Jace emitió un ruido como la de un gruñido y de repente sus brazos estaban envueltos en mi alrededor, jalándome hacia él. Me atrapó con la guardia baja y tambaleé, mi cara contra su pecho duro. Fue inevitable, una parte de mí recordó los instantes en que estuve tan cerca de él y el sentimiento de protección. Se sintió familiar.