Capítulo 32 - Buscando maneras, pero nunca encontrando solución

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LAILA




Aguanté la respiración.

Un grito agónico que provenía del cuarto me sobresaltó. Solté el pomo de la puerta y retrocedí asustada. Era valiente por volver a intentar pero una cobarde por no atreverme a entrar. Mi boca tembló, y mordí el labio inferior para detenerlo. Tomando seguridad, me acerqué a la puerta a pesar de que el sonido de adentro era aterrador. No podía ni imaginar como será verlo. Abrí la puerta lentamente hasta atrás y me detuve en la entrada de la habitación y contemplé con tristeza las condiciones en que se hallaba Jace en frente de mí. 

Han pasado un día desde la última vez que lo vi tras mi escape en el edificio policial y todo ese tiempo me debatía entre ir o quedarme en un rincón llorando. Andrew y Rech trataban al máximo, todo lo posible para que Jace no se lastimara a sí mismo. Recurriendo a métodos que jamás hubiera permitido. Pero a pesar todos sus esfuerzos, ellos no podían en contra la magnitud de los hechos...al final Jace siempre encontraba maneras de lastimarse.

Y esta no es la excepción.

No despegué mis ojos de los moretones horribles que cubrían su rostro hermoso, aquellos que Rech no tuvo más opción que proporcionar con tal de hacerle perder la consciencia y no continuara autodañandose.

"Él necesita dolor para aplacar lo que siente en este momento. Dejarlo inconsciente es la única manera de mantenerlo a raya"

Esas fueron las palabras de Rech antes de  ordenarle a Andrew que me llevara al primer piso mientras que él se ocupaba de Jace. Apretando mis labios juntos para silenciar un sollozo, avancé a dentro y cerré la puerta detrás mí. Me acerqué lentamente hacia la cama. Jace dormía, su pecho desnudo subía y bajaba en un movimiento constante. Libre de aficiones. ¿Pero por cuánto duraría aquella paz? ¿Cuándo volvería a despertar? ¿Cuándo Rech tuviera que golpearle hasta dejarlo sin sentido? No lo sé.

En la habitación había un silla y me dejé caer en ella. Y mientras observaba la lluvia caer por la ventana, me abracé a mi misma, buscando calor y anhelando que ese calor me lo diera Jace. Cerré mis ojos e inhalé profundamente.

Sin darme cuenta me quedé dormida.







[***]


Alguien me observaba. Lo sentí. Después fue algo cálido deslizándose por mi hombros y mi garganta hasta detenerse en mis labios. Abrí los ojos de golpe. Desperté confundida, y atontada descubrí lo que me había sacado de mis ensoñaciones.

Él estaba despierto.

Y libre.

Sus manos firmemente envueltas a los lados de la silla y las cuerdas que lo ataban yacían en el suelo rotas. Jace se inclinó hacía adelante y mi corazón se aceleró por el miedo. Está desatado. Tenía que salir. Dar alerta a Rech. Pero no soy capaz de moverme. Mi mente dictaba ordenes, pero mi cuerpo no las obedecía. De pronto, Jace ocultó su rostro en el costado de mi cuello y se quedó ahí, temblé igual que una débil hoja al toque de su nariz en mi piel.

Jace susurró: —Tu olor...tu olor...

Entonces como si tomara algo de conciencia, Jace retrocedió abruptamente, asustándome en el proceso. Su semblante pasa de inexpresivo a cólera que apenas contenía. Rogaba para que no me dañara, lo observé caminar de un lado a otro tirándose de los cabellos mientras murmuraba incoherencias. Sin despegar la vista de él y pendiente de que siguiera ocupado en sus cavilaciones, me levanté de la silla y dándome la vuelta caminé hacia la puerta. Debía salir cuanto antes y avisar a Rech sobre Jace. Estoy por girar el picaporte cuando de pronto me percato que Jace ha dejado de hablar y de pronto la habitación de tornó silenciosa.

Te Encontré [ 2°T de TLA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora