Indeleble

Capítulo 2

Kira

Y si, llego el primer día de clases, mi mejor amiga, Alexa, aún no había llegado, es de las personas que puede poner 10 despertadores y no escuchar ninguno.

Estaba en mi casillero tomando algunos libros y cuadernos para las primeras clases, me dirigía hacia el salón cuando alguien que venía corriendo choco conmigo.

-Disculpa, no te vi- Dijo aquel chico alto con cara de preocupación en el rostro, mientras me ofrecía la mano para ayudar a levantarme.

-Descuida, no ha sido nada- Respondí y pude notar cómo su expresión se relajaba al ver que no estaba molesta.

Había algo que no reconocía en aquel chico, no recordaba haberlo visto antes, pero quizá sólo era que no había prestado atención a quienes me rodeaban.

-Soy Aster Wells, me acabo de mudar- Me informó.

-Eso explica porque no recordaba haberte visto antes, soy Kira, por cierto.

-Bien... Kira, la verdad estoy un poco perdido, ¿Crees poder enseñarme la escuela? Claro, solo si tienes tiempo- Me pregunto, algo tímido, quizá por la respuesta que le pude haber dado.

Tenía tiempo antes de que las clases comenzaran y no me molestaba mostrarle la escuela, así que lo que dije fue:

-Claro, tenemos un par de minutos y creo que nos dará tiempo para enseñarte los salones básicos para tus primeras clases- Dije con entusiasmo mientas comenzábamos a caminar por las instalaciones y aquel chico me seguía y escuchaba atento.

En el poco rato que estuvimos caminando no conversamos mucho, solo me hacía preguntas relacionadas con la escuela, las clases y los horarios y claro, yo sé las respondía, aún así me pude percatar de tres cosas, la primera fue que Aster era un chico amable, pues cada que nos cruzábamos con un profesor le daba los buenos días y les dedicaba una sonrisa de lado, la segunda fueron sus ojos, eran de un verde muy bonito, casi color esmeralda que resaltaban más con su cabello negro y la tercera es que era muy alto, yo tampoco era tan alta pero el si que lo era.

Unos minutos más tarde lo acompañé hasta su salón.

-Gracias, Kira.

-No hay porque, si necesitas otra cosa no dudes en decirme, ¡Buena suerte!- Farfulle.

Al darme la vuelta y voltearlo a ver me pude percatar de que estaba nervioso, supongo que a todos nos pasa, mas estando en una ciudad y colegio nuevo, aunque no tenía de qué preocuparse, los chicos como el suelen encajar a la perfección.

Al llegar a mi salón Alexa ya estaba sentada en su lugar.

-¿Se te ha hecho tarde? Es raro teniendo en cuenta que soy yo quien llega tarde- Me pregunto, a lo que negué con la cabeza y le expliqué todo lo qué pasó en la mañana antes de que ella llegara.

-Y... ¿Es lindo? ¡Vamos, cuéntame los detalles!- Insisto.

-No hay detalles, solo le enseñe la escuela y nada más, y, ¿Por quién me tomas? No me fijo en si alguien es lindo o no- aunque sí lo había notado- A parte, podrás comprobarlo tu misma en el receso- Respondí mientras me reía.

-Vamos, tienes que empezar a fijarte en las demás personas, quien sabe, quizá te termines casando con alguno.

-¡Ja, Ja! Buen chiste, la verdad aún no encuentro a nadie que me llame la atención como para interesarme en conocerlo a fondo y menos después de lo que paso con ya sabes quien- Bufé

Al llegar a la cafetería Alexa no paraba de insistir para que le mostrara a Aster, hasta que por fin le señale al pelinegro.

-No puede ser, ¡Tienes mucha suerte! Ya quisiera yo que un chico como él me hable- Exclamo.

Aster recién había entrado en la cafetería, están intentando descifrar el menú que estaba colgado en una de las paredes.

No sé porque, supongo que fue por impulso pero en el momento en el que lo vi, me levanté para ayudarlo.

-Iré por él, así lo conoces mejor- Dije en tono de burla.

-Kira, jamás creí que me alegraría tanto ver a alguien- Exclamo algo aliviado. Su comentario me hizo reír.

-Bueno, ¿Qué te ha parecido tu primer día?- Le pregunté.

-Supongo que está bien, hasta ahora no ha sido un desastre y eso para mí, ya es ganancia.

-Me alegra, ¿Vas a desayunar?- Indagué

-En realidad no, pensaba ir a terminar de conocer la escuela ¿Vienes conmigo?

-Me encantaría, pero no, estoy desayunando con mi mejor amiga- Dije mientras señalaba a Alexa- Acompañanos, te puedo terminar de mostrar la escuela al terminar las clases.

-¿En serio?

-Si en serio, a parte, tienes que comer algo, ¿No?

-Bien, vamos.

Estuvimos conversando un rato, nos platico de lo aburrida que había sido la clase, nosotras lo aconsejamos.

Le explicamos con qué maestros había que tener más cuidado, cuales eran más estrictos y con cuales podía estar más tranquilo.

Se sintió bien, no era incomodo ni nada parecido, me sentía tranquila, era como si hubiésemos sido amigos desde hace ya un rato.

Cuando el día termino fui a buscar a Aster.

-Creo que te debo un recorrido, ¿No es así?

-Si, así es, ¿Vamos?

-Vamos.

Termine enseñándole la escuela, que no era muy difícil saber sonde estas los salones pero la escuela era bastante grande, así que podías perderte fácilmente.

-¿Llevas mucho tiempo en esta escuela?

-Si, bueno, ya un par de años, ya sabes, ¿Tú porque cambiaste este año?- Note que se tenso, pero no indague.

-Oh, bueno, a mi mamá la trasladaron y bueno, me trajo con ella.

-¿De qué trabaja tu mamá?

-Bueno pues trabaja en un hospital y todo eso, ¿Los tuyos?

-Son abogados, es increíble pero...

-Nunca están- Dijimos al mismo tiempo, nos volteamos a ver y luego, nos reímos.

Y por un segundo, pude ver en sus ojos que me entendía, la mayoría de los padres de mis amigos trabajan en la tarde, mientras que ellos están en la escuela y al final del día se ven y conversan sobre su día.

Para mí no era así, había días que los veía, pero luego podían pasar meses fuera de casa, por eso la mayoría no entendía lo que era estar sola la mayor parte del tiempo.

Y por primera vez, en años, sentí que había encontrado a alguien que me entendía.

No hablamos mucho más, pero el silencio no era incomodo, todo lo contrario.

De alguna forma me hacia sentir tranquila, hay personas así, que simplemente te vibran bonito y ahí están, conociéndose.