Capítulo VI

2K 160 23
                                    

"Destruiste lo más preciado"

La sala tenía un gusto a dolor, un dolor desgarrador que con solo adentrarse en aquellas nubes de melancolía, se podían sentir a flor de piel.

Ambos betas no podían dejar de impregnarse de esas nubes, tenían la piel erizada debido a los aullidos y chillidos del menor, quien no soltaba a la peliazul por nada en el mundo.

Los ojos de los betas estaban cristalizados, sobretodo el rubio, quien no lograba entender por qué le transmitía tanto.

Así pasaron los próximos minutos, en los cuales el pequeño decayó cual pluma sobre los brazos de su amiga. Kyoka no se explicaba este sentimiento en su interior, a partir de ahora, las cosas darían un giro exorbitante, algo que la asustaba.

La mayor recostó al omega en su cama, se sentía como la madre de un cachorro, un pequeño, herido y maltratado cachorro.

Al salir de su habitación, se encontró con su pareja en una escena muy tierna, el rubio sollozaba, intentaba limpiar sus lágrimas mas estas no cesaban.

— No se por que estoy así, pero... ¿me abrazas? — la beta sonrió tiernamente, cumpliendo lo que su segundo cachorro le pedía. — Rompió su lazo, ¿verdad? — la peliazul se limitó a asentir. —Pero, eso no significa...—

— Si Izuku no pertenece una semana al lado de su alfa, acostumbrándose al rechazo de su omega, el alfa morirá. — escupió con coraje la peliazul, quien cegada por la rabia, era lo que más deseaba. El rubio se limitó a mirar a otro lado, sabía que iba a ser duro, crecer en una familia lleno de omegas no era fácil. — Y créeme que Izuku sabe  las consecuencias. — suspiro para caer en el hombro de aquel beta.

— Siempre seré un hombro en el cual puedas apoyarte, no te dejaré sola en este proceso. — sonrió ampliamente el rubio, mirando a su pareja, para luego, soltar unas carcajadas sin sentido, el ambiente se volvía menos pesado.

[...]

Izuku despertó en una habitación la cual le sonaba mucho, se sentía un ambiente muy cómodo para él,  por lo que sin querer, sonrió.

Kyoka al entrar, se topó con una hermosa imagen, su pequeño estaba sonriendo.

Izuku volteó a verla y no quitó la sonrisa de su rostro, intentaba dar lo mejor de si mismo. Pero una traicionera lágrima lo delató, bajando fríamente por su mejilla.

— Tú... lo sabes ¿verdad? — Kyoka se arrodilló y tomó entre sus manos las del menor. Asintió.

— ¿Por...por qué? — seguia sonriendo, las lágrimas seguían bajando. — ¿ Por qué me prometió tantas cosas? ¿Por qué me prometió una familia? ¿Por qué..
por qué duele tanto? — la sonrisa se mantenía, pero las lágrimas caían como los suaves pétalos de una flor.

— ¿Tanto le costaba tratarme mal? ¿hacerme sentir menos? pa-para que así este dolor que si-siento hubie-se sido alivio.... — Kyoka sentía pronto colapsar de la ira y coraje que su pecho sentían.

— ¿Sabes? É-el... él, fue lo más importante para mí. Él me salvó,  me sacó de lo más profundo, me vistió con unas telas de amor y seda, t-tanto así... que me cegaron totalmente. — la mirada del pequeño se apagó,  ya no sonreía. — Al final madre tenía razón. Debí ser yo quien muriera ese día, así, aquí, — Izuku llevo las manos de Kyoka a su pecho — aquí no dolería... —

[...]

Las horas pasaron, y el menor volvía a ser uno con las nubes, dormía plácidamente, con los ojos tan hinchados que costaba divisar su pestañas, pero después de horas, su cuerpo descansaba, su omega sabe que se le vendría difícil.

— Por favor hazme caso, no estás bien hacer esto. — Aquel beta cubría la puerta para impedir el paso.

— No quiero pelear, por favor, apártate — Kyoka estaba que escupía humo.

El rubio suspiró. — Solo prometeme que no harás nada malo, no quiero ir a buscarte a la comisaría,,, otra vez. — Kyoka río.

Al salir del edificio, camino, y camino, no sabe como fue, pero llegó en un pestañeo a la gran ciudad, era de noche, y aún así estaba lleno de gente, kyoka no sabía muy bien dónde ir, mas se guiaba por el diseño de los edificios, conocía muy bien el edificio de su amigo.

Sin pasarle la cuenta los minutos, llegó a su destino. Un aura de rabia, tristeza e impotencia se presentó al rededor de la peliazul.

Sin pensarlo entró.

Subio los pisos.

Y ahí se encontraba, frente a la puerta del departamento de su mejor amigo. 《 Si te encuentro aquí, te mato.》 pensó sin suspicacia, ni nada que la detuviera.

Tocó la puerta suavemente, no quería alarmar a nadie, ni siquiera a él.

Pasaron 5 segundos, o menos, después del toque, una persona alarmada corrió a abrir la puerta, al abrirse, un ojeroso alfa abrió con esperanza. La cual lentamente se nubló y se apagó al ver quien se encontraba.

El alfa aceptó lo que viniera. Se lo merecía.

— Mentiroso... — sorpresivamente, la beta fue la primera en romper el hielo, quien se encontraba con los ojos cristalizados. — No eres más,  que un vil cerdo, asqueroso, y mentiroso —

Las primeras lágrimas, fueron de la beta.

El primer golpe, también.

El alfa se encontraba en el piso, su mirada estaba muerta, los golpes dolían, pero su interior ocupaba todo el dolor que pudiera sentir.

— ¡ME LO PROMETISTE! ¡JURASTE SACARLO DE AHÍ! — la beta sollozaba mientras golpeaba la cara del alfa. — ¡VAYA MANERA DE SALVARLO! —

— ¡PENSE QUE ERAS DISTINTO A TODA ESA MIERDA! —

— TE CONFIÉ LO MÁS PRECIADO QUE TENIA, LO MÁS FRAGIL... y... y lo rompiste de la manera ma-más cruel que p-pudiste hacerlo. —

— Pe-pero esto... esto no se quedará así, el karma te las va a pagar muy caro, y si el no lo hace, me encargaré de hacerlo yo, que sufras el resto de tu vi...— la peliazul paró.

El alfa se estaba escondiendo en el pecho de Kyoka. Estaba llorando como un bebé.

— s-soy l-la peor persona que hay... — Kyoka se detuvo un segundo a mirar su vestido, estaba lleno de sangre.El alfa tenía quemaduras a lo largo de todos sus brazos. La primera fase estaba comenzando.


















[...]
Perdón por la demora, juro que me aleje de wattpad cuando esto tenía 50 visitas y ya tiene más de mil, ay, de verdad perdón, no se olviden de comentar que me encanta saber que opinan <3

&quot;Damage&quot; - Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora