No fue hasta casi tres horas después de estar jugando entre ambos que un paisaje nevado empezó a verse desde la distancia. Su tercer y último vuelo por fin llegaba al aeropuerto de Yellowknife, desde donde tendrían que tomar un rápido trayecto en autobús hacia su hotel.
Mientras caminaba hacia el autobús, Kong se entretuvo viendo el paisaje nevado que lo dejó boquiabierto apenas salieron tomados de la mano y con sus mochilas y maletas detrás de sí. Ambos se habían cambiado de ropa a algo más cálido apenas llegaron a Canadá, pues las temperaturas bajas eran muy diferentes a las que estaban acostumbrados de regreso en Tailandia.
Cuando estuvieron en el autobús, Arthit sacó su teléfono y grabó un poco del trayecto, aunque claro que en algunas tomas enfocaba a Kong y su bella sonrisa.
—Me encanta —dijo con su teléfono apuntando a Kong y detrás de él la ventana.
Kong por su parte estaba mudo, aún observando fascinado por la ventana. Miraba hacia afuera y luego a su esposo, una y otra vez. Sus mejillas estaban algo rojas por el frío al igual que su nariz, pero nada borraba su sonrisa, la cual sólo se hizo más grande cuando bajaron del autobús y levantó la mirada.
Eran alrededor de las seis y media de la tarde y el cielo empezaba a oscurecerse, por lo tanto ya había muy leves rastros de las auroras boreales.
—Anda, amor, hay que ir a registrarnos y dejar las maletas. Después salimos —Arthit le dio un apretón en la mano y lo trajo al interior del hotel. Arthit también estaba maravillado con el paisaje y ya quería disfrutarlo por completo.
Kong asintió y se dejó guiar hacia dentro. Allí, rápidamente intercambió algunas palabras con la recepcionista que les dio sus llaves y entonces pudieron dirigirse a donde se hospedarían esos próximos días.
Habían reservado en un hotel con aire rústico pero elegante. Las habitaciones eran en realidad pequeñas cabañas individuales, conectadas por varios caminos de piedra entre un pequeño bosque. A Kong le encantaba, porque les daría la privacidad necesaria para pasar su primera semana de luna de miel.
Mientras sus maletas eran llevadas a las cabañas, ellos caminaron más tranquilos por los senderos. A cada paso, los ojos de Arthit se iban llenando de lágrimas. Todo era tan bonito y especial.
—Apenas estamos llegando y ya sé que no me quiero ir... —Murmuró Kong de la mano de su esposo. Estaba embelesado con los alrededores y más aún cuando vio el lugar donde se quedarían.
Antes de abrir la puerta, Arthit miró hacia el cielo. Era una de las cosas más bonitas que había visto, porque la primera, lo estaba tomando de la mano.
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Después de instalarse en la pequeña cabaña, Kong y Arthit salieron bien abrigados rumbo al restaurante al aire libre para tomar su cena. Ya estaba por completo oscurecido, por lo que en tonos verdes brillantes ya se veían las auroras boreales sobre sus cabezas.
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VII. Escala Danjon - La luna de miel
FanfictionLibro dedicado a la luna de miel de Kongpob y Arthit, recién casados en la serie de libros "Escala Danjon". Adaptado del rolplay de Sara y Yael. Contenido +18