El sol se ocultaba cuando el avión de Kong y Arthit se acercaba al aeropuerto de Bangkok. Los recién casados veían por la ventanilla el hermoso paisaje, tomados de la mano y suspirando al regresar a casa luego de dos largas semanas de luna de miel.
En el momento en que aterrizaron, Arthit movió sus piernas feliz y agradecido de haber llegado a su país. Esperaron a que la mayoría de gente bajara antes de levantarse para salir también.
—Tengo hambre, pero quiero ir directo a casa —le hizo un puchero a Kong.
—Podemos llegar a cocinar o bien pedir algo de camino —le tomó del rostro y acarició su mejilla, aunque no perdió la oportunidad de rozar con su lugar esos bellos labios que le enseñaba su esposo. Tiró de sus manos que permanecían unidas. —Anda, bajemos ya. A decir verdad yo también tengo mucha hambre.
Después de varios minutos más, cuando estuvieron en las tiendas, Arthit aprovechó para comprar una leche rosa y un pequeño postre, pues aún les quedaba una hora de viaje y quería algo de comer.
—Extrañaste la leche rosa, eh, amor —comentó Kong con una risita al verlo darle un sorbo a la bebida. Estaban esperando el taxi que los llevaría a casa, de pie junto a sus varias maletas.
—¡Síí, mucho! —balanceó sus manos que estaban unidas. —Ahora sólo me falta que... que alguien me abrace por un largo rato y también tener a un pequeño gatito al lado para estar aún más feliz —dijo bajo mientras mantenía el popote entre sus labios.
—Pequeño gatito —rio Kong. —Pero si Buddy es grande y con muuucho pelo, de pequeño no tiene nada. Tú —le miró, sonriendo con picardía—, tú eres el gatito. Aunque tampoco eres pequeño —esta vez le dijo más bajito y se relamió.
—¡Koooong! —le empujó con diversión y una risita salió de su boca. Sus mejillas combinaron con su bebida, pero el taxi llegó justo a tiempo para que su esposo no le dijera algo.
Ambos reían con complicidad mientras cargaban sus maletas en la cajuela del taxi, y también cuando por fin se sentaron en la parte trasera del vehículo para viajar ese último trayecto. Se tomaron de las manos, jugando con sus dedos sin decir nada. Por las ventanas, se entretuvieron viendo las luces de la ciudad que tanto habían extrañado, emocionándose al empezar a distinguir el particular camino hacia su hogar.
Cuando llegaron, Arthit daba pequeños saltos de emoción. Terminaron de meter las maletas antes de dirigirse a casa de su vecina para reencontrarse con su mascota.
Kong casi vibraba de la emoción cuando tocó el timbre, porque además, traía detrás de su espalda una pequeña bolsita que contenía un regalo para sus vecinos, o más específicamente, para la pequeña Milk que por dos semanas se había encargado de Buddy.
—¡Eeyy! Miren a quiénes tenemos aquí. ¡A los recién casados! —June se emocionó al verlos. Había visto con cuánta emoción partían a su luna de miel y al ver sus caras, se veía que lo habían pasado muy bien.
—¡Es bueno verte de nuevo, P'June! ¿Cómo has estado? —Saludó un cordial Kong. No faltó su sonrisa amplia y amable.
—Muy bien, pero no creo que tanto como ustedes —les sonrió con ternura al ver ese joven amor. —Pasen, pasen. Milk está con Buddy viendo una película.
Luego de agradecer a la agradable mujer, Kong y Arthit pasaron a la casa de sus vecinos y se dirigieron a la sala guiados los June donde, en efecto, estaban Milk y Buddy acurrucados en el sofá, viendo una película de Disney en la pantalla. El corazón de Kong se emocionó mucho al ver el pequeño y peludo bulto gris en el regazo de la niña.
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VII. Escala Danjon - La luna de miel
FanfictionLibro dedicado a la luna de miel de Kongpob y Arthit, recién casados en la serie de libros "Escala Danjon". Adaptado del rolplay de Sara y Yael. Contenido +18