Capítulo 6: Hell Awaits

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Yoongi se despertó a medio día. Se vistió y asaltó la nevera del mayor.

Un rato más tarde, Seokjin y Namjoon entraron por el ascensor; el último saludó al de cabellos negros y se tiró en el sofá, quedándose dormido al instante.

Namjoon estaba fuera toda la noche y regresaba por la mañana, dormía por horas, solo levantándose para comer, y después se iba otra vez.

Seokjin hacía casi lo mismo, la diferencia era que él siempre estaba despierto y no salía todas las noches.

Yoongi tenía una idea de qué era lo que esos dos realizaban cuando el sol se ponía, pero, no creía fuera necesario que Namjoon lo hiciera diario, después de todo, era el súcubo favorito de Seokjin, lo que le daba privilegios.

—¿Cómo te fue con el lindo mesero? —preguntó el demonio de cabellos castaños, robando un bocado de lo que Yoongi comía— Espero que por lo menos le hayas dado un beso de lengua.

—No hubo nada de eso —contestó. El otro lo miró con desaprobación—. Me la pasé muy bien con él. Jimin es… —recordó la sonrisa del rubio y cómo se despidió de él— No es como los otros humanos, él es especial.

—Cuidado, parece que nuestro mini Lucifer está enamorándose de un humano. —se burló.

—Pero… —habló con seriedad— hay algo más, siempre que estoy cerca de él me da una vibra rara, como celestial.

—También sentí lo mismo cuando lo conocí —se acercó a él, y le dijo casi en susurro—: ¿Te imaginas que tu humano resulte ser un ángel?

—Nunca vuelvas a decir eso —frunció el ceño y negó repetidamente con la cabeza—. ¿Crees que soy tan estúpido como Taehyung para meterme con un ángel?

—No, aunque sería genial, es muy divertido hacer caer en tentación a los ángeles. —se encogió de hombros.

—Como sea, Jimin no lo es —"o eso espero". Cambió el tema—. Otra cosa, ayer sentí que alguien me estaba vigilando.

—No creerás que es alguno de los vejetes o-

Su plática fue interrumpida por un estruendo en la sala. Preocupados, corrieron a dicho lugar, encontrándose con un demonio de rostro bastante familiar.

—Mira a quién tenemos aquí, al mismísimo señor de las moscas —comentó Seokjin con sorna—. ¿A qué se debe el honor de tu visita? —preguntó, fingiendo amabilidad.

—Me costó un buen rato dar contigo —el aludido ignoró al castaño y se dirigió al más pálido, este no tuvo a dónde escapar—. Faltan cinco días para tu coronación, y todos en el Infierno se preguntan dónde estás. Así que dime, ¿qué haces aquí?

Yoongi tragó grueso. Miró a Seokjin, pidiéndole ayuda.

—Kangwoo, recuerda que Yoongi será tu Rey en unos días; él es quien manda. —dijo, distrayendo la atención del demonio contrario.

—No te metas, Asmodeo —lo calló Kangwoo—. Lucifer, contéstame.

—En primera, yo me meto donde se me da la gana —habló Seokjin, enfadado—. Y en segunda, no me llames así, ese nombre es tan anticuado. —hizo una mueca de asco.

—Pues no creo que ponerse un nombre común y corriente sea muy moderno. —se burló.

—Bueno, al menos no soy el lame bolas de Satán. —atacó.

Yoongi vio cómo los demonios empezaban a cambiar a su forma demoníaca, y antes de que pudieran matarse, decidió confesar.

—Estoy aquí para llevarme a Taehyung de vuelta a casa y que tome la corona.

Los dos príncipes del infierno voltearon atónitos hacía el pelinegro, dejando a medias su transformación.

—No puedes hacer eso —Kangwoo estaba molesto—. Taehyung es una deshonra, él no puede ser Rey.

Yoongi entonces le contó cómo se sentía al respecto con gobernar en el inframundo, también le comentó su plan. Kangwoo, como el demonio conservador y correcto que era, no estuvo de acuerdo, sin embargo, no se opuso ni amenazó con delatarlo.

—Bien, haz lo que quieras —habló por fin—. Solo te digo que si tu plan falla, tú tomarás el trono sí o sí —el aludido asintió, entonces agregó—: Y no te recomiendo quedarte aquí por mucho tiempo, podrías terminar atado emocionalmente a un humano, como aquel idiota. —miró al demonio de cabellos castaños, decepcionado.

Yoongi también lo hizo, solo que él estaba estupefacto. ¿Seokjin estaba en la Tierra porque tenía sentimientos por un humano? Quería conocer esa historia.

El mayor desvió la mirada, nervioso. Volvió a atacar a Kangwoo.

—Parece que no has tenido acción en mucho tiempo, ¿quieres que te preste uno de mis súcubos?

—Ah, sigo sin entender por qué Lilith te dio el don de crear esas cosas. —pronunció con hastío.

—Ella me adora, sabes que soy su favorito. —canturreó.

—Lucifer —Kangwoo hizo caso omiso de Seokjin—, más te vale cumplir con tu palabra. Recuerda, el Infierno espera. —dicho eso, el demonio desapareció.

—Ese desgraciado… —murmuró irritado el castaño— Un día le daré una lección.

Yoongi no podía seguir distrayéndose, debía continuar con su plan y encontrar a Taehyung a la voz de ya. 











A LOVER FROM HELL. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora