Capítulo 9: Unholy Confessions

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Yoongi sentía que algo andaba mal, Jimin no tenía porqué dejar abierta la puerta de su casa. El demonio no lo dudó ni un segundo y se adentró al departamento.

El lugar estaba a oscuras, parecía que nadie se encontraba ahí, sin embargo, un golpe seco y un grito le indicaron que sí había alguien.

Yoongi se dirigió hacia donde provino el ruido; una habitación cerrada, de la que salía un delgado hilo de luz por debajo de la puerta.

—¡¿Dónde está el dinero?! —se escuchó una voz masculina, que no era la de Jimin.

—Ya se lo dije, no tengo dinero, por favor, suélteme. —esa voz sí era la del rubio.

—¡Cállate! —gritó el hombre, y un golpe resonó acompañado de quejidos— Si no es dinero, me servirás para otra cosa.

Yoongi no lo soportó más y derribó la puerta de una patada.

Vio a Jimin acostado en la cama, atado de manos y pies, con el rostro lloroso, mientras un hombre sobre él trataba de desnudarlo.

La ira lo inundó, siendo incapaz de pensar ni controlarse, se abalanzó contra el atacante y lo apartó del menor. El hombre sacó una navaja, enterrándola en uno de los costados del demonio, este ni se inmutó, sujetó por el cuello al hombre y lo levantó, asfixiándolo.

El delincuente intentó nuevamente atacarlo, sin éxito otra vez, entonces el pelinegro decidió cambiar a su forma demoníaca. Con el poco aire que le quedaba, el hombre gritó aterrorizado y se orinó en los pantalones. Yoongi lo soltó, el contrario tosió y, sin fuerzas, se arrastró tratando de escapar.

Yoongi tenía tantas ganas de matar a esa escoria humana con sus propias manos, pero, prefería que sufriera toda la eternidad. Pisó con fuerza la espalda del hombre, y con una voz gutural pronunció unas palabras en latín.

En pocos segundos apareció Kihyun.

—Si sabes que tengo celular y no necesitas invocarme, ¿ver-dad? —se quedó atónito ante la escena que presenciaba— ¿Qué pasó aquí?

—Quiero que te lleves a esta mierda al Infierno, y le digas a Seokcheon que lo torture de la forma más horrible que él solo sabe. —expresó Yoongi, levantando al hombre por el pelo.

—¿Estás seguro? Este humano aún vive, nos meteríamos en problemas con el Consejo y los ángeles.

—Haz lo que te digo, Leviatán. —ordenó con tono áspero y demandante.

Kihyun quiso oponerse, mas, acató las órdenes y se llevó consigo al humano. El de cabellos negros no se sentía del todo satisfecho, al menos sabía que el humano se retorcería en agonía y desesperación.

—¿Yoongi?

El dueño de aquel nombre recobró la conciencia al escuchar la voz de quien lo llamaba.

Intentó volver rápido a su forma angelical, pero, debido a toda la ira que aún no se agotaba, le fue difícil y se quedó a la mitad. Igual no había mucho qué esconder a esas alturas, Jimin lo vio todo.

—¿Estoy soñando? —preguntó el rubio, tratando de levantarse, aunque las ataduras se lo impedían.

El mayor lo notó y se aproximó a ayudarlo.

—Así que no estoy soñando... —habló Jimin, cuando por fin fue liberado.

—¿No estás asustado? —Yoongi no tenía el valor para mirarlo.

—Lo estaba, es la experiencia más traumática que he vivido, pero, luego llegaste tú a salvarme y mi mente se quedó en blanco.

—Lo entiendo, pero, me refería a que si no estás asustado de mí.

Yoongi no quería mirar a Jimin, creía que saldría corriendo o que le tendría miedo. Y no sería capaz de soportar el rechazo del humano.

—Pues... —examinó el aspecto que Yoongi tenía en ese momento: unos largos y retorcidos cuernos sobresalían de su cabeza, unas alas negras como de murciélago salían de su espalda, tenía unas largas y afiladas uñas; a pesar de que mantenía la cabeza gacha, pudo ver los iris color rojo del demonio— Hace un momento eras de verdad intimidante, sin embargo, ahora, creo que te ves lindo.

Yoongi alzó la cabeza y desconcertado miró a Jimin. Esperaba cualquier respuesta menos esa.

—Entonces, eres un demonio, ¿verdad?

—Sí, ¿no estás sorprendido? —no podía creer la tranquilidad con la que Jimin se tomaba la situación, otras personas ya habrían perdido la cabeza. 

—No tanto, ya lo sospechaba —el pelinegro abrió demás los ojos, sorprendido. El menor se dio cuenta de su reacción y rió divertido—. Quiero decir, no sospechaba que fueras en específico un demonio, pero sí estaba de seguro que eras diferente en todos los sentidos.

—¿Ah sí?

—Creí que eras un vampiro, ya sabes, porque tienes un aura misteriosa, nunca sientes frío o calor, tienes la piel muy pálida y eres demasiado sexy, etcétera. —confesó, apenado. 

Yoongi ahora era el que se reía. Jimin sí que era un caso especial.

—¿De qué te ríes? —musitó un poco molesto— Jaeyoung creía que eras tan solo un loco.

—Sabes, Jimin —dejó de reír, tomó las manos del rubio entre las suyas, mirándolo con seriedad—, no soy cualquier demonio, yo soy el hijo de Lucifer, y no solo eso, ¿recuerdas que te conté que estaba en la ciudad buscando a mi primo? Bueno, eso no es mentira, lo estoy buscando para regresarlo al Infierno, porque si no lo hago, seré yo el Rey de los demonios, y no quiero serlo.

El menor escuchó con atención todo lo que Yoongi le contó. El demonio no esperaba una respuesta ni mucho menos, solo, ahora que el humano conocía su verdadera naturaleza, creyó que lo mejor era ser completamente sincero al respecto.

—Wow —suspiró—, yo... no sé qué decir.

—No tienes que decir nada, está bie... —Yoongi cortó sus palabras, sorprendido por el fuerte abrazo que le estaba dando Jimin.

—Ojalá que encuentres pronto a ese primo tuyo, no me gustaría que te fueras, y mucho menos que seas algo que te hará infeliz. —habló el rubio.

El demonio se aferró al cuerpo del humano.

Cuando Yoongi subió al mundo humano para encontrar a Taehyung y arrastrarlo al Averno, no pensaba interactuar más de lo necesario con los mortales, y por ningún motivo, encariñarse con alguno.

Y ahora estaba en esa situación.

—¡¿Tienes 500 años?! —exclamó Jimin; una vez cambiaron de tema, el rubio preguntó su edad real— No debería salir con hombres tan viejos.

Yoongi se carcajeó.

—Los amigos que me presentaste, ¿también son demonios? —continuó cuestionando el menor.

—Sí. Kihyun es hijo del Leviatán, Seokjin es un príncipe del Infierno y Namjoon es un incubo. —respondió Yoongi, recostado con Jimin entre sus brazos.

—¡¿Un incubo?! —gritó— Invitó a salir a Taewoo , no le hará nada malo, ¿o sí?

—No te preocupes, yo hablaré con Seokjin para que no pase nada.

Jimin hizo tantas preguntas sobre el infierno, el cielo, los ángeles y demonios, entre otras cosas, y Yoongi se las respondió todas.

—¿Entonces los vampiros no existen? 

—No, Jimin, esta es la cuarta vez que me preguntas.

Y así siguieron, Jimin preguntando y Yoongi respondiendo todo lo que él humano quisiera saber, hasta que el rubio sucumbió al cansancio y se quedó dormido.

Yoongi lo observó durante un rato, no sabía cómo ni por qué, pero, Jimin se había convertido en lo más importante para él.

—Voy a protegerte siempre. —le susurró, acariciando su cabello.









A LOVER FROM HELL. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora