𝑰 𝒘𝒂𝒔 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒏𝒆𝒓 ·· 𝑩𝒆𝒏𝒏𝒚 𝑾𝒂𝒕𝒕𝒔··

𝟏𝟒. 𝑫𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊ó𝒏

TODO ERA AJEDREZ, HASTA QUE UN DÍA pasó algo inesperado.

—Parece que te esté matando de aburrimiento. —Le dijo Benny a Beth mientras ella bostezaba.

—Lo siento, estoy cansada. Allison, ¿me ayudas a inflar el colchón? —Dijo la pelirroja mientras se levantaba.

—¿Y perderos toda la diversión? —Dijo Benny expectante.

—Sobreviviremos. —Dijo Beth cogiendo el inflador.

—¿Qué diversión? —Le pregunté.

En ese momento llamaron a la puerta.

—Me pregunto quién será. —Dijo Benny para después subir las escaleras y abrir la puerta. Cuando la abrió pasaron dos chica con botellas de vino y comido

— Allison Wheatley, Beth Harmon, estos son Hilton Wexler y el gran maestro Arthur Levertov. —Presentó el rubio.

—La nueva campeona. —Dijo uno de ellos extendiendo la mano a Beth.

—Hola. —Dijo esta aceptando la mano del chico.

—Enhorabuena. Benny necesitaba una lección de humanidad. —Dijo el otro también extendiéndole la mano a la pelirroja.

—Oye, que yo derrocho humanidad. —Se quejó Benny.

—Si lo haces será por tu amor, que veo que también está aquí. —Dijo el mismo chico de pelo largo acercándose a mí.

Miré a Benny algo sonrojada y él solo bajó las escaleras con la mirada hacia el suelo.

—Hola chicas. —Apareció una chica que los saludó muy amablemente y in dos besos, seguramente sea europea. —Soy Cleo.

—Hola. —Le dijimos ambas.

—¿Haces problemas? —Le preguntó Hilton.

Beth le dijo que no y le pusieron un caso que lo resolvió en muy poco tiempo.

—¿Una copa? —Ofreció Cleo cuendo Beth terminó de ejecutar el problema de ajedrez.

—No, gracias. —Respondió, Benny y yo la miramos orgullosos. —Prepararé algo de picar.

—Te acompaño. —Le dije para después entrar en la cocina. No quería quedarme sola con ellos ya que Cleo también acompañó a Beth.

—¿Estás aquí con Arthur o con Hitlon? —Le preguntó Beth a Cleo.

—Con los dos. Y con ninguno. Dos mejor que uno, si me entiendes.

—¿De qué os conocéis? —Le pregunté esta vez yo.

—Es una triste historia, que me incluye a mí, una mala ruptura y un paseo por el Jardin du Luxembourg, donde impidieron que me suicidase. Como digo, una triste historia. Pero, al pasar por su lado, Arthur y Hilton discutían sobre un tablero de ajedrez, y su pasión me cautivó. Bueno, así es como lo cuanta. No, la verdad es... que Benny estaba allí, y me quedé fascinada por él. Es agua pasada. —Nos contó Cleo. Cuando pronunció lo de Benny, Beth me miró y yo ignoré su mirada

—¿A qué te dedicas? —Preguntó la pelirroja para cambiar de tema.

—Adivinar.

—¿En el mundo de la moda? —Le pregunté.

—Bonita forma de decirlo. Soy modelo. —Dijo la morena.

—Vaya, debe de ser emocionante. —Le dijo Beth.

—La moda es emocionante. Las modelos y los desfiles son insípidos. Pero paga mi estudio en Marais. ¿No habéis estado en París? —Preguntó.

—Aún no. ¿Vives allí? —Le preguntó la pelirroja de vuelta.

—A veces. A veces en Berlín y otras veces aquí. Soy una... ¿Cómo se dice? ¿Vagabunda? —Nos contó.

—No lo sé. —Dije mientras las tres reíamos.

Me aburrí un poco de la conversación, aunque Cleo me calló muy bien, y cuando terminé de cortar parte de la comida que trajeron me acerqué a los chicos que jugaban al ajedrez, les dejé el plato cerca de ellos y me senté al lado de Benny.

Después de unos minutos llegaron Beth y Cleo.

—Juguemos una simultánea. Tú... contra todos. —Sugirió Benny.

—Yo no. No me sé ni las reglas. —Dijo Cleo.

—Yo te acompaño. —Le dije mientras me levantaba del suelo y me acercaba a ella.

—Tú sí. —Dijo Benny.

—No, Benny no juego como vosotros. —Le dije girándome para quedar casi enfrente de él.

—Esta te la perdono porque están ellos, pero aún queda pendiente que juguemos una partida. —Me dijo Benny y yo asentí.