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- ¡Es... algo espléndido!

Jin había salido del hospital muy animado. Todas las enfermeras
habían acudido a su despedida. Se había sentido en la gloria rodeado de
tanta gente, acomodado en una silla de ruedas y custodiado por Taehyung y Jungkook. Había obsequiado a la enfermera jefe con un precioso ramo de flores y unas cuantas cajas de bombones de chocolate. A cambio, le habían entregado una enorme tarjeta firmada por todos los miembros del equipo, incluido el especialista que lo había atendido.

Ese optimismo, sin embargo, se había marchitado un poco mientras
contemplaba las nuevas instalaciones de la piscina.

- Ven, siéntate en uno de estos sillones -dijo Jungkook.

Condujo con cuidado a Seokjin hasta uno de los sillones. Había colocado unos cojines muy mullidos y Jin no tuvo tiempo de refugiarse en la tranquilidad de su casa.

-¿Tengo que hacerlo Kook? - apuntó-. ¿No crees que debería descansar un poco?

- Hemos pensado que podíamos almorzar aquí fuera -intervino Taehyung-. La cocinera nos ha preparado una comida sencilla.

-¿Sencilla? Supongo -Jin sonó pesimista mientras tomaba asiento-
que os habrán sugerido en el hospital un régimen de comidas. No debería verme sometido a una dieta abundante ni grasosa durante el resto de mis días. Pero no sabes cuanto deseo comer algo de verdad después de salir del hospital.

-¿No te resulta muy cómodo?- señaló Jungkook mientras tomaba asiento junto a Jin, pero consciente de que Taehyung ocupaba la silla frente a ellos.

- No está mal -admitió Jin-. Pero toda esa agua resulta desagradable. Imagino que me obligareis a que me meta en algún momento, ¿no? No soy un gran nadador, ya lo sabéis. Nunca lo he sido. Podría ahogarme. ¿Y no quereis eso verdad?

- Está climatizada - argumentó Jungkook, que observó cómo Taehyung se acomodaba, estiraba las piernas y apoyaba la cabeza en el respaldo con los ojos medio cerrados.

- Y Jungkookie se sentirá muy desilusionado si te niegas a probarla - añadió Taehyung-. Ha puesto todo su empeño en que la reforma estuviera lista para tu vuelta a casa, ¿no es cierto?

Deslizó sus ojos negros sobre la figura de Jungkook.

-¿Es eso cierto? -dijo, lleno de alegría-. ¡No tendrías que
haberte molestado!

- He disfrutado mucho. Y te meterás en el agua un rato, ¿verdad, Jin? -su tono sonó un tanto amenazante, pero lo relajó enseguida.- Los médicos han insistido en que un poco de ejercicio sería muy beneficioso. No espero que corras hasta tu habitación para cambiarte ahora mismo, pero ¿quizás mañana...?

- ¿Mañana? ¡Cómo podría pensar en bañarme mañana cuando voy a conocer a la... -se inclinó un poco hacia Jungkook y dirigió una mirada pícara a Taehyung, que los miraba con el ceño fruncido- bueno, no sé cómo decirlo, pero tiene que ser algo serio si es la primera mujer que mi hermanito traerá a casa.

Taehyung parecía bastante incómodo. Ambos habían mencionado a Isobel y
su llegada al día siguiente de regreso del hospital. Taehyung se había mostrado muy poco comunicativo, pero no había impedido que Jin hiciera un interrogatorio detallado. Eso había ocupado la mayor parte del trayecto. Taehyung había respondido con monosílabos las preguntas más íntimas. Y, una vez que habían dejado a Jin en la cocina para que saludase a la cocinera, Jungkook se había sentido en la obligación de recordarle a Taehyung que estaba hablándole a su hermano de su futura cuñada.

𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫 𝐊𝐢𝐦 | 𝐕𝐊𝐨𝐨𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora