Nuestros cuerpos siendo solo uno.

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Estabamos con Diego besándonos, luego nos miramos y comenzamos a ver el departamento completo.

Estaba esperándote para verlo también, para que lo conociéramos juntos, es primera vez que entro, todo salió como lo había planeado, juntitos entrando a conocerlo. Dijo Diego.

El departamento era muy lindo y acogedor, tenía un gran living, comedor, baño con tina, 2 habitaciones y balcón. Creo que bastaba con eso para nosotros dos solos, o digo, nosotros? Aún no estaba segura de si podría vivir con él, lo extrañé mucho y quiero estar con él pero volvió de un día para otro y no sé que sucederá realmente. Además, tenía que hablar con mis padres y no sé, está un poco complicada la situación.

Diego, yo no estoy segura de vivir aún juntos, debemos hablar con mis padres y no se como se lo van a tomar. Le dije algo tímida.

Bebé pero tranquila, yo estaré viviendo aquí y podrás venir todas las veces que quieras, más adelante tal vez a vivir cuando ya hablemos con tus padres. Tranquila, yo te esperaré el tiempo que sea necesario. Diego sonrió y me acarició el hombro.

Está bien, pero no me vayas a abandonar por otra. Le hablé un poco triste.

Noo, como crees eso, jamás te cambiaría por nadie. Este tiempo que no estuve jamás conocí a alguien más. Te esperé y te voy a esperar, yo te quiero a ti. Me acaricio mi cabello.

Está bien amor, estaré tranquila. Lo miré, era tan hermoso, siempre tan en forma, tan perfecto y tan deseable.

Diego, lo miré y comencé a acariciar su pierna suavemente.

Me miró, si mi vida, dime. Respondió.

Comencé a acercarme a él y a besar su cuello en silencio. Mientras lo hacía acariciaba su cabello.

Diego comenzó a prenderse y me susurró, quieres que probemos la camita nueva? Y comenzó a acariciarme el cuerpo por debajo de la ropa.

Sí, si quiero. Le respondí coqueta.

Me tomó de la mano y fuimos a la habitación, sacó unos preservativos y nos sentamos en la cama. Comenzamos a acariciarnos y a quitarnos la ropa lentamente. Diego se quitó la camisa, comencé a dar besitos en su cuello, luego en su pecho, luego bajando por su abdomen y ombligo y después a desabrochar su pantalón.
Diego se recostó levemente y mientras me miraba comenzó a acariciarme el cabello. Comencé a desabrochar su pantalón, él estaba ya muy caliente y su cara lo decía todo.

Comencé a acariciar sobre su pantalón y mientras lo hacía subi a su altura, comencé a besarlo. Él comenzó quitarme toda la ropa hasta dejarme desnuda, mientras yo acariciaba su parte él comenzó a quitarse la ropa. Su miembro estaba muy duro y me estaba dando un poco de nervios, había pasado tiempo de que no estaba con él.

Comencé a tocar su miembro, él tomó el preservativo y se lo puso. Me miró, su miembro estaba muy duro y erecto. Vamos mi amor, es todo tuyo.

Lo miré y sonreí, me da cositas un poco. Le dije. Pero nunca perdí mi seducción y coqueteo.

Diego estaba sentado sobre la cama, me paré y me puse sobre el dándole la espalda, como si fuera una silla. De a poco acomodó su pene y me senté. Respiré profundo y bajé, me estaba entrando de a poco hasta llegar a fondo. Comencé a moverme lentamente de abajo hacia arriba y viceversa, mientras lo hacía él comenzó a acariciar mis bubbies, y besar mi cuello. Comencé a brincar un poco más rápido y el seguía tocandome. Escuchar su respiración me ponía cada vez más caliente y mis gemidos a él también.

Diego, lo miré.

Él entre gemidos respondió, dime mi amor?

Quiero probar cosas nuevas, vamos a la cocina? Lo miré coqueta y le susurré sexy. Y me pones en cuatro.

Mmm me gusta la idea. Nos paramos y fuimos a la cocina. Me puse sobre un mesón que había en la cocina y me puse en cuatro para él.

Diego se puso detrás de mi sin penetrar aún y me susurro, esta es la posición donde entra aún más y es más placer, estás lista? Tomó un lubricante y me puso en mi parte íntima.

Sí, estoy lista. Respondi moviendo mi trasero para él.

Comenzó a acomodar su pene, lo puso cerca de mi parte y al meterlo de una me susurra, así?

Mmm ay.. se había sentido muy rico y uff. Le respondi que si, que me diera duro.

Diego me tomó de las caderas y comenzó a penetrar cada vez un poco más fuerte. Luego mientras tocaba mis bubbies me seguía dando. Yo no podía parar de gemir mientras me daba, mmm que rico.

Yo no podía parar de gemir y se escuchaba mi trasero golpear con su pene. Ohh papi que rico, le dije.

Comenzó a darme más duro, me había dado cuenta de que cuando le hablaba así se ponía cada vez más caliente.

Ohh papi dame más, dame más, que ricooo, no podía parar de gemir porque me estaba dando cada vez más rápido y duro...

Paramos un poco y me voltee....

Eres mi deseo, mi obsesión. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora