Capítulo 3 ''Pelea felina''

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Capítulo 3: ''Pelea felina''

10 de junio 2013

–Vamos Aline, te lo suplico, no sé qué más hacer, he intentado de todas las formas poder hablar con Michelle, pero ella ni siquiera me mira –dijo Matthew completamente frustrado.

Por un lado me entristecía, Mich era un poco... vengativa y había tomado la decisión de ignorarlo, aunque por dentro moría por hablarle... y otras cosas. Pero por el otro... Matt se lo merecía, se lo había buscado al pedirle un tiempo, sin siquiera decirle cual era la razón.

–Totalmente te lo mereces Matthew Campbell, y lo sabes –puntualicé.

–¿Sabes por qué le pedí un tiempo?

–Claramente no, ni ella lo sabía –le reproché–. ¿Sabes lo mal que lo pasó? Llegó llorando a mi casa ¡Llorando!

–No lo sabía yo... Yo lo lamento, detesto hacerle mal a ella, nunca mi intensión seria hacerla llorar, no podría, yo la amo –este chico quería realmente a mi amiga y me alegro, Mich se lo merecía, se merecía alguien que la amara–. Tomé esa estúpida decisión porque estaba celoso ¡Mis putos celos causaron esto! Es solo que cuando la escuché decirte que aquel chico estaba ''caliente'' me hirvió la sangre, a ningún chico le gusta que su novia se fije en otro.

Wow... todo este problema se había causado por algo idiota que había dicho mi amiga estando drogada, Matt era un tonto por hacerle caso ¡¿quién le hace caso a alguien drogado?!

–Sabes Matt, no debería decirte esto, principalmente porque creo que eres un idiota por lo de Mich, pero algo me dice que la quieres de verdad, tal como te quiere ella, así que te lo diré solo una vez y debes escucharme atentamente, ella..

Antes de poder terminar de hablar, unos golpes en la puerta principal me detuvieron, me levanté de mi cama aún con el celular en la mano y sin finalizar la llamada. Podía escuchar los débiles ''Aline'' con los que me llamaba Matt al otro lado de la línea.

–Dame un momento –le pedí a Matt.

Caminé perezosamente hacia la puerta. Al llegar giré lentamente la perilla, después de quitar el seguro.

Una vez abierta la puerta miré hacia el frente, dándome cuenta de que no había nadie, miré hacia ambos lados, sin ver a ni una sola persona. Me encogí de hombros dispuesta a cerrar, pero cuando estaba a punto de hacerlo, un pequeño tintineo, me hizo cambiar de opinión.

Bajé mi mirada sorprendida hacia las escaleras de entrada, donde una caja de zapatos reposaba con varios orificios en su tapa.

Me puse de rodillas y pegué mi oreja en la tapa, un pequeño maullido junto a otro tintineo escapó de allí, sobresaltándome. Dejé suavemente mi celular junto a la caja, luego la destapé, para encontrarme con un gatito de más o menos un mes y medio, era peludo, completamente negro y tenía un collar con un cascabel.

Estaba tan absorta en aquel hermoso gatito que los murmullos provenientes de mi celular me sobresaltaron. Lo tomé rápidamente.

–¿Aline estás ahí? –preguntó Matt, el cual aparentemente aún no se aburría de esperarme–. ¿Qué ha pasado?

–Matt, lo siento luego te llamo...

–¡Espera Aline! Dime... –no lo dejé terminar cuando ya había terminado la llamada y guardado el celular en mi bolsillo trasero del pantalón.

Tomé la caja con el gatito y me puse de pie, entrando tranquilamente en mi casa y cerrando la puerta de golpe, sobresaltando al pequeño peludo que se movía inquieto en la caja.

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