(POV Aline)- ¿Qué haremos mañana? - pregunté mientras tiraba una carta al montón que había sobre la mesa. Había sido la tarde más improductiva de mi vida. - Debe haber algo mejor que podamos hacer, o sea, si hubiera querido pasar una tarde viéndolos jugar un partido de fútbol tirados en el sofá, me hubiera ido a quedar a la casa de alguno de ustedes dos.
- No seas exagerada - respondió Simón. - Solo llevamos jugando... tres horas.
Respondió a la vez que revisaba el reloj en su muñeca, llevaban tres maldita horas jugando y ni siquiera me invitaban a jugar.
- Estoy enojada con ustedes malditos idiotas - comenté tirándome entre ellos en el sofá.
Ambos me miraron por un instante para volver al juego que se desarrollaba en la pantalla del televisor. Ni un poco de su atención me podían dar los muy... putos.
Enojada me paré del sofá y me acerqué a la televisión.
- ¡Aline sale de ahí! - gritaron al unísono mientras trataban de ver a través de mí.
Ignorando sus protestas y maldiciones por estar interrumpiéndolos, me fui directo a la consola y la desconecté de la corriente. Ambos me quedaron mirando boquiabiertos.
- Ahora me van a prestar atención malditos neandertales - sonreí irónicamente y me crucé de brazos frente a ellos.
Los dos seguían con su vista en mí, casi como si se hubieran apagado igual que la consola. Cortaron el contacto visual conmigo para mirarse entre ellos y pude ver como con ese simple gesto me había condenado. Supe que tenía que correr antes de que ellos terminaran su comunicación silenciosa.
- ¡Ven aquí enana! - gritó Chase detrás de mí. Ambos se habían abalanzado hacia el frente justo en el momento en que yo había dado dos pasos hacia el lado para empezar a correr, así que Simón se había tropezado con los cables conectados a la consola y casi la había estropeado. Pero Chase fue más rápido y pudo cambiar la dirección justo antes de tropezar.
Corrí por mi vida. Lamentablemente la cabaña no era de gran tamaño y eso me dificultaba el poder escapar. No quise ver que tan cerca estaba Chase ya que eso me haría perder la pequeña ventaja que tenía. Me apresuré a llegar a la puerta de entrada para poder salir y esconderme entre algunos árboles, pero justo cuando estaba abriendo la puerta y dando un paso fuera, Chase me agarró por la cintura, por lo que comencé a patalear para que me soltara. Lamentablemente él era más rápido y nos tiró al suelo, cuidando que esta vez fuera él quien cayera primero para amortiguar mi caída.
Terminé desparramada en el pecho de Chase, pero, aunque yo estuviera arriba, no tuve tiempo suficiente para recuperarme y poder levantarme. Se giró rápidamente. Ese era mi fin. Chase estaba sobre mi y esto no era ni un poco romántico tipo novela de amor, esto era un maldito complot en mi contra. Este idiota me tenía atrapada en el suelo para no dejarme escapar y esperar que Simón llegara y me mataran a cosquillas. Este era mi fin. Adiós mundo cruel.
- ¿Asustada Ángel? – susurró Chase en mi oído, burlándose de mí.
- Isistidi ingil - repliqué burlándome. Me harían cosquillas de todos modos, por lo que aproveche para burlarme un poco más.
- ¡Con Patch no te metas! – me regaño él.
Jamás debí obligarlo a leer "Hush Hush". O sea, más que obligarlo, lo hice leer ese libro porque él decía que la lectura no era lo suyo, entonces lo reté a leerlo completo... y le gustó, desde ahí que Chase comparte el amor por la lectura conmigo.
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Manual del chico perfecto.
Genç KurguMi nombre es Aline Kate, tengo 18 años y les contaré la historia del verano más extraño, problemático y entretenido de toda mi vida. Resumiendo, sería algo asi: Dos chicos hormonales + una amiga probando la hierba + un manual de conquista= peleas, g...