(POV Matthew)
Mich aún me tenía firmemente sujeto del brazo y seguía caminando en dirección a los árboles, caminamos unos 20 minutos en silencio, hasta que literalmente me asusté, es decir, no es que yo sea un miedoso, pero cuando te internas en un bosque sin fijarte por donde vas... pues es probable que te pierdas.
- Michelle, ¿sabes por dónde vamos? – pregunté parando de sopetón.
- ¿Qué más da? – contestó tratando de hacer que la siguiera-. ¿Escuchas eso? Es un riachuelo. Vamos hasta allá y sentémonos por un rato, necesito enfriarme.
Quería detenerme, sabía que si seguíamos caminando nos perderíamos aún más y seria difícil encontrar el camino de regreso, pero por otro lado no quería que este momento terminara, era lo más cerca que había estado de ella en lo que parecía demasiado tiempo. Así que guarde esa información para mí y aunque eso me convirtiera en un egoísta, disfrutaría este pequeño tiempo a solas.
Luego de unos 10 minutos caminando con dificultad por el desnivelado terreno, vimos un pequeño espacio entre los árboles, se veía bastante iluminado en comparación con las sombras que se proyectaban entre los altos árboles, por lo que deduje que ahí se encontraba el riachuelo.
Mich soltó mi brazo y se apresuró a salir de la espesura de árboles que, por cierto, cada vez se iban haciendo más pequeños hasta terminar en una fina hierba. El riachuelo era un delgado torrente de agua cristalina de no mas de 2 metro de ancho, no era para nada profundo y estaba delimitado por pequeñas rocas que servían de asiento para quien quisiera sentarse junto al relajante sonido de sus aguas y quisiera refrescarse.
Era un hermoso lugar para escaparse por un tiempo y olvidarse de todos los problemas. En otro momento hubiera sido un perfecto paraje romántico para una inolvidable cita, si fueras esa clase de persona cursi, la que lamentablemente sí soy, pero en este instante el mismo riachuelo representaba un problema para el par de idiotas que solo habían caminado sin dirección en el bosque y acabaron llegado ahí sin saber donde mierda estaban. Aunque claramente, Mich aún no se había dado cuenta de ese pequeño detalle.
Ella se acercó a la orilla y se quitó las zapatillas. Se sentó en una de las rocas y puso sus pies en la fresca agua, para darme la espalda y quedarse mirando la otra orilla del riachuelo.
Camine hacia la orilla e imite su acción, el agua era ligeramente helada, pero por lo mismo era perfecta para la temporada en la que estábamos. Estuvimos en silencio por unos 10 minutos hasta que me fijé en ella, por un momento pensé que las gotas de agua que resultaban del choque de la misma con las rocas habían ido a parar a su cara, estúpido, lo sé, pero no muchas veces había visto a mi novia llorar, era algo completamente inusual en ella, que siempre se mostraba fuerte ante todos.
- Cariño, sé que lo jodí todo- comencé-. Quizás exageré demasiado algo que era super trivial, no es que me gustara el hecho de que te refirieras así a otro... da igual, pero tu no ibas a hacer nada malo... solo no llores- le pedí, tomando sus mejillas entre mis manos y secando las lágrimas que caían por su rostro con mis pulgares. Realmente me partía el corazón verla llorar. -Por favor, no llores.
Solo me miró a los ojos por un momento y se estrelló contra mí en un abrazo, provocando que me resbalara de la roca y cayéramos directo al riachuelo. Quedamos empapados, pero lo valía.
- Exageré, exageré demasiado, hice un drama de lo que había pasado. Solo porque no quería quedarme con la culpa, porque no quería ser la responsable y menos decir que lo sentía... Pero, mierda, lo siento demasiado, odio estar lejos de ti y hacerme la indiferente. Discúlpame por lo mala que fui en el auto...
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Manual del chico perfecto.
Novela JuvenilMi nombre es Aline Kate, tengo 18 años y les contaré la historia del verano más extraño, problemático y entretenido de toda mi vida. Resumiendo, sería algo asi: Dos chicos hormonales + una amiga probando la hierba + un manual de conquista= peleas, g...