Capítulo 1. Despedida

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POVS Alessa
Me miro al espejo y analizo mi aspecto. Es increíble la manera en la que la muerte de alguien puede afectar tanto  nuestra postura y en lo que transmitimos. Me encuentro enfundada con un vestido negro ajustado de la parte de arriba y suelto en la parte baja y unas zapatillas negras. Siempre me han dicho que el negro me hace ver más palida de lo que soy, y usualmente trataba de evitar éste color. Pero hoy era necesario, éste representaba mis sentimientos en estos momentos. 

Escucho que alguien toca mi puerta,

-Adelante-digo más en un susurro que en otra cosa.

-¿Estás lista?-dice papá

-Sí.-le respondo serenamente
Tomo mi bolso de color perla y salimos del cuarto, al entrar a la sala lo primero que veo es la cola de Tom, mi gato, es un gato regordete que si lo ves te provoca darle muchos besos, pero en esta ocasión todo es diferente, no me nace hacerlo, así que procuro adelantarme al carro de papá; no espero, ni miro a nadie, sólo me coloco las gafas y me siento en el asiento el trasero.

Creo que pasan como 5 minutos hasta que mamá, papá y Frankie entran al carro. Nos toma 10 minutos llegar a nuestro destino.

Hay muchas personas vestidas de ese color que tanto odio.

Algunas se les nota que de verdad les duele y otras simplemente fingen que les importa, siempre he admirado la capacidad de las personas para fingirlo todo, para mentir, tanto así, que se siente como si tuvieran una máscara.

Saludamos a algunos familiares y mamá rompió en llanto al encontrarse con la tía Jane.

No sé qué tienen éstos lugares, pero desde pequeña los he odiado, no encuentro una razón en específico, pero los odio.

Me encuentro en un cementerio, despidiendo a alguien que a lo largo de mi vida me hizo sentir especial, alguien que siempre me recordó que tenía que darme mi valor, que no debía ser como todas aquellas protagonistas de los libros que leía, que al parecer su dignidad había sido olvidada con el tiempo.

Ceci era una mujer elegante, con facciones altamente bellas, con un carisma y con una facilidad para hacerte reír. Ceci era mi abuela, pero como yo le decía, mi nana.

Hace 3 días nos encontrábamos viendo unos episodios de The vampire diaries, porque sí, ella estaba a la moda en todo y amaba a Damon Salvatore y de repente ayer, nos llamaron que había fallecido, aún se me hace extraño su muerte; porque era alguien sano, que hacía ejercicio, comía saludable y le gustaba bailar.

El médico dijo que había sido una muerte natural, sin embargo, hay algo que no termina de convencerme.
El padre comienza su ceremonia y yo empiezo a recordar cada uno de los momentos vividos al lado de mi querida nana.

-Ceci, ¿crees en los príncipes azules?-le pregunté a mi abuela mientras hacíamos galletas.

-No, mi Ales, absolutamente no.- ¿Por qué? ¿Tú sí?

-Creo que de tantas películas de Disney y de tantos libros, quizá crea un poco en que exista alguien totalmente dispuestos a amarnos y a darlo todo por nosotras.

- El mundo real es diferente, Alessa, en el mundo real debemos luchar por las cosas, el amor propio debe reinar sobre cualquier cosa.

Nunca dejes que un hombre te pisotee, porque recuerda, mi Aless, lo vales todo- se giró hacía mí y me hizo mirarla a los ojos- No esperes que alguien lo de todo por ti, porque eres completamente capaz de darlo todo por ti, eres tu propio príncipe azul y todo aquel que tenga la oportunidad de tener un poco de ti, es afortunado.- me sonrió con esa jodida sonrisa que te transmitía todo y mucho más.

Así era Ceci y ahora estaba de pie frente a todos sus amigos, hijos y familiares que estaban expectantes ante mi discurso.
Suspiré hondo y comencé:

-" Cecille Donatelli era una mujer absolutamente maravillosa, le gustaba ayudar a las personas, hacer reír a los demás y su belleza en muchas ocasiones cegaba.

Nana me enseñó muchas cosas, una de ellas es que debo ser fuerte ante cualquier situación, no importa qué tan grave sea, también me enseñó que al mal tiempo buena cara, ella creía que si le mostrábamos una sonrisa a los problemas ellos se irían, pero, ¿cómo le digo que en éstos momentos las sonrisas son lo que más odio porque extraño la suya?- pauso y tomo un suspiro, mientras renuevo fuerzas para seguir mi discurso sin llorar- Ella querría que la recordaramos de la mejor manera, con ese abrigo color piel que tanto le gustaba, y por supuesto, con aquellas perlas que tanto adoraba, porque, ¿Quién era Ceci sin sus adoradas perlas?- Todos ríen mientras que al igual que yo la recordamos con sus maravillosas perlas.- Ésto no es una despedida porque ella odiaría que la olvidaramos, es una manera de agradecerle por todo lo que hizo por nosotros, siempre en nuestros corazones Cecille.

Bajo de la pequeña tarima a punto de derrumbarme, con muchas preguntas y a punto de ahogarme y con una sola vedad: "no sufre el que se muere, sufre todo aquel que se queda en vida a vivir sin su presencia"

PD: Capítulo dedicado a todos aquellos que nos ha tocado ver partir a nuestros abuelos al cielo.
Los quiero, xoxo

DosWhere stories live. Discover now