Dos

Capítulo 9. Conexión.

POV ALESSA.

Nos encontrábamos camino a Lincoln Sur. Un barrio bastante costoso. Yo vivía en Wembley, y era un zona bastante comercial, no era ni muy costosa, ni muy barata, era cómoda.

James vivía en la primera. Se preguntarán por qué Jules y yo iremos a la boca del lobo, cito textualmente sus palabras. "Para vencer al enemigo, hay que conocer al enemigo". Su plan era ir a la casa de James, revisar su habitación mientras Jules entretenía a Lissa con preguntas de derecho, ya que ésta estaba en la facultad de derecho.

Se preguntárán: "¿cómo va a revisar su habitación si él está en casa?" Pensamos en todos los detalles. Llamé a James antes de venir, le pregunté casualmente qué hacía y dijo que estaba con Maddie, así que aprovechamos y decidimos venir cuanto antes.

Logramos llegar con facilidad a la casa de Lissa, ya que en 2 ocasiones vine con mi hermano. Toco el timbre y aparece una sonriente Lissa.

Nos abraza y nos invita a pasar.

-¿Y bueno? ¿Por qué de repente decidieron venir? Y conste que no me quejo, eh.

-Jules tenía unas dudas y decidimos venir. -respondo tranquilamente.

-¿Y decidieron venir hasta acá solo para hacerme unas preguntas?-pregunta curiosa.

-Eh, sí. Me gusta hablar em persona, además quería hablar contigo sobre derecho, ya que estoy un poco confundida entre si estudiar derecho o aplicar a la escuela de detectives.-mentira y más mentira, desde siempre ha querido aplicar a la escuela de detectives.

-Oh, claro, claro. ¿Quieren algo de tomar?-dice Lissa mientras se dirige a la cocina.

-No.-respondemos al unísono Jules y yo.
Lissa se ríe.

-Siempre ma ha maravillado la conexión de ustedes, es como si fueran hermanas.-dice con un poco de gracia

-Somos hermanas.-responde a la defensiva Jules. Cosa que hace sonreír a Lissa.

Jules me da la señal. -¿Me prestas el baño?-le pregunto a Lissa.

-Claro, está en el segundo piso a la derecha.

Subo las escaleras y empiezo a buscar algo que me indique cuál es la habitación de James. Y hayo un cuarto que en su puerta tiene un cartel que dice:

"No se permite presencia femenina a éste cuarto"

Lo siento por ti, querido Jamie, pero necesito encontrar respuestas. La habitación está completa limpia y ordenada, no tiene pósters de mujeres desnudas o algo por estilo.

Las paredes son grises y la cama es bastante amplia. Tiene un espejo y una mesita de noche. Empiezo a buscar con cuidado.

No logro encontrar nada, hasta que decido mirar debajo de la cama y hay un cofre con llave.

Lo saco y empiezo a imaginr cómo abriré ésto. Recuerdo que tengo una tenaza en mi cabello y logro abrirlo.

¡Gracias, Jules por enseñarme tips de detectives! Y lo que veo me hace dar un pequeño grito.

Es un peluche, igual al que encontré en ese cuarto de la fábrica abandonada. No puede ser cierto. Si él tiene ésto y yo tengo uno igual debe estar relacionado con el tipo encapuchado o él es el encapuchado. Lo cual no tiene sentido porque hemos estados solos en varios ocasiones y no me ha hecho daño, no que yo lo vea.

Me apuro a salir antes que Lissa empiece a sospechar. El peluche es pequeño así que lo coloco detrás de mí y al llegar a la sala donde dejé a Jules le hago seña con los ojos detrás de mí para que vea el peluche y sepa que debemos irnos.

-Muchas gracias, Lissa. Pero debemos irnos, me surgió un inconveniente.

Adiós, besos.-Jules apura a ir detrás mí y salimos casi corriendo de la casa para subir al coche y arrancar.

-¿Qué encontraste?

Le muestro el peluche y hace el mismo grito que hice yo.

-No juegues, es el mismo peluche, incluso ambos no tienen un ojo. Pero uno no tiene el derecho y el otro no tiene el izquierdo. -dice Jules

No me había dado cuenta de eso hasta que ella la menciona.

-¿Qué se supone que significa el hecho de que él tenga el mismo peluche?-pregunto con temor.

-Conozco ese tono de voz, Ales. Es cuando no quieres que las cosas sean ciertas. James te agrada y tienes miedo de que probablemente sea un psicópata. Antes de acusarlo con la policía, debemos reunir las pruebas suficientes, atraparlo con las manos en la masa para que no tenga oportunidad de mentir.-responde mientras el semáforo se coloca en rojo.

-¿Y cómo haremos todo eso?

-Necesitamos seguirlo, debes hablar con él más seguido y no salgas sola con él, hasta que no tengamos un poco más claras las cosas. Debemos saber qué hace. Aquella vez estaba en ese lugar a la medianoche. Así qué, el jueves, le dices a tu mamá que te quedarás a dormir en mi casa e iremos a esa fábrica a ver qué hacía en ese lugar y si corremos con suerte, puede que esté de nuevo allí.-se detiene frente a mi casa y me observa. -sé que tienes miedo, y muchas preguntas, pero vamos a llegar al final de esto, ¿okey? Confía en mí.- concluye mientras me bajo.

Me acerco a la ventanilla y le digo:

"Gracias por todo. Nos vemos el jueves. Cuídate.-le digo y le doy un beso en la mejilla.

Entro a casa y un rico olor a pollo asado me inunda la fosa nasal.

-Hola a todos, familia.-digo con entusiasmo.

-Hola, nena. -me responde papá mientras le doy un abrazo. Siempre he sido su chica, papá es mi amigo, mi mejor amigo. Últimamente no hablamos tanto porque ha estado liado con un caso en su bufete. Pero a cada nada, me llevaba por helado y me consentía en todo lo que quisiera.

-¿Y Frankie?-le pregunto a mamá
mientras le beso la mejilla. Justo cuando termino de hablar llega mi hermano y nos saluda a todos.

Mamá nos pide que coloquemos la mesa y minutos después nos encontramos en la mesa. Hay pollo asado, patatas cocidas, ensalada de vegetales y pan francés.

-Todo se ve muy delicioso, mamá. Gracias.-le digo.

-¿Cómo te ha ido en la escuela, pequeña?pregunta Frankie.

-Excelente. Nuestro asesor cree que con mis notas puedo aspirar a una beca completa en una excelente universidad.

-Por supuesto que sí, eres la mejor en todo, Ales.-dice papá.

-¿Y el profesor Khan?-pregunta mamá.
Resoplo y ellos ríen.

-Por favor, mamá. No me lo menciones, cada vez que alguien dice su nombre me da dolor de estómago.-digo con fastidio.

Ellos sueltan una carcajada y entre risas me dicen.

-No seas tan dramática, Ales.-dice Frankie.

-Lo dice el que lloró porque no ganó su rapero favorito en el concurso de improvisación. -le digo con burla.

-Touchê, hermanita.

-Sabes que eres mi hermano favorito.

-También te quiero, Ales.-dice Frankie.

Y así pasamos el resto de la cena, charlando, riéndonos por cada ocurrencia que dice Frankie, es el alma alegre de la casa, siempre tiene algo divertido para decir hasta en los momentos más tristes. Nos da alegría.

Siempre hemos sido inseparables. Si algún día me faltara, algo de mí se iría con él.

PD: Capítulo dedicado a mairynovoa. Mi prima favorita.

¿Qué piensan de la amistad de Jules y Ales?

¿Por qué James tiene un peluche igual que el de Ales?

Xoxo