Había transcurrido una semana desde la salida que tuvieron. Siete días en los que Jimin simplemente había desaparecido de la faz de la tierra, o eso es lo que le hizo creer al guapo pelinegro que ahora se encontraba frente al mostrador de la librería intercambiando amablemente algunas palabras con Taehyung. Situación que había obligado a Jimin a esconderse casi de cabeza entre algunas cajas repletas de libros que él mismo había traído desde la trastienda para poner en sus respectivos anaqueles.
Cuando la campanilla de la puerta sonó, Jimin se quedó estático en su lugar tratando de escuchar si alguien había ingresado o salido. Estaba tan concentrado en ello, que ni siquiera notó la presencia que se había colocado detrás suyo hasta que le tocó el hombro. Con un sobresalto se giró lentamente, sus ojitos brillando temerosos, encontrándose directamente con unos marrones que destelleaban de pura diversión.
– ¿Cuánto tiempo planeas seguir escondiéndote ahí? –
Un resoplido escapó de sus labios.
– No estoy escondiéndome – dijo mientras se levantaba lentamente de donde había permanecido agachado, sintiendo las rodillas algo entumecidas por el tiempo que estuvo en esa posición.
– Ya, claro – Taehyung rodó los ojos – ¡Oh, Jungkook! – soltó de repente mirando en dirección a la puerta, ocasionando que el peligris se arrojara de vuelta a las cajas.
Una fuerte carcajada le hizo saber a Jimin que su amigo solo lo estaba molestando.
– ¿Decías? – preguntó mientras recogía una lágrima falsa de sus ojos aun soltando risitas.
– No es divertido, Tae –
– Lo siento, lo siento – dijo apretando los labios para no sonreír ante la imagen de su amigo con los mofletes inflados en una aniñada expresión ofendida – Es que no entiendo. Es la segunda vez que viene aquí buscándote y tengo que decir que no estás, cuando es obvio que sí. Deberías dejar de evadirlo y hablar con él.
– Lo sé, sé que debo hacerlo, es más, quiero hacerlo pero no puedo – soltó con dramatismo en su voz – Me avergüenza mucho, sobre todo al pensar que pudo notar mis cambios de humor en la salida que tuvimos y que no tengo cómo explicárselos sin exponerme del todo.
» Tampoco soy ciego. Sé que lo estábamos pasando bien, que ambos nos divertíamos y habíamos logrado conectar de alguna forma, pero también sé que más adelante todo esto me explotaría en la cara y lo confirmé al verlo con Lisa – dijo lo último soltando un largo suspiro.
El pelicastaño le dedicó una mirada de entendimiento mientras le daba un suave apretón en el hombro como muestra de apoyo. A decir verdad, no había visto a Jimin interesado en alguien más desde hace muchísimo tiempo, probablemente unos tres o cuatro años. Sabía que la inseguridad de su mejor amigo no se debía solamente a la situación de la supuesta familia de Jungkook –y decía supuesta porque con toda la información que le había dado Jimin hasta el momento, que en realidad no era mucha, y el comportamiento que había tenido el pelinegro al venir a hablar con él, empezaba a creer que había gato encerrado–, sino que también al temor de salir lastimado nuevamente.
Si Jungkook de verdad estaba interesado en su mejor amigo, como se lo dejó entrever en la pequeña conversación que tuvieron, tendría que esforzarse el triple para solucionar cualquier malentendido que existiera y poder llegar hasta Jimin.
~
La hora de cierre finalmente había llegado y ya habiendo colocado todo en su sitio, los dos amigos recogieron sus cosas para marcharse a sus respectivos hogares.
Haciendo una pequeña señal con la mano en forma de despedida, Jimin se dispuso a caminar hasta el departamento. Hoy quería llegar a preparar uno de los últimos trabajos del semestre, le quedaba algo de tiempo para su entrega pero tampoco quería estar presionado, ya tenía suficiente con el lío que tenía en la cabeza como para añadirle algún problema con la universidad.
Pensando en todo y en nada a la vez sintió como el celular en su bolsillo vibró por unos segundos anunciando un nuevo mensaje. Al mirar la pantalla su corazón se aceleró, Jungkook había vuelto a escribirle a pesar de haber ignorado los últimos mensajes que éste le había enviado en los pasados días.
Fui a verte a la librería, pero no estabas. Tenía ganas de conversar contigo, saber de ti.
Oh, Jungkook. Probablemente el pelinegro no estaba ni cerca de sospecharlo, pero acabaría por matarlo con ese tipo de cosas. Comenzando por el instante en que le contó cómo había obtenido su número de teléfono, teniendo que recurrir a sus amigos y al grupo que habían hecho aquella noche de fiesta, las bromas hacia él no se habían hecho esperar y Jimin no podía sentirse más nervioso por ello.
Un suspiro se escapó de sus labios al releer el otro par de mensajes que estaban más arriba y sin respuesta por su parte. El contenido era más o menos similar, él deseándole un buen día o las buenas noches –dependiendo de la hora en que le enviaba el mensaje– o comentándole, justo como ahora, que había ido a verlo o que esperaba verlo pronto.
Deseaba poder responderle, tener la fortaleza para devolverle el mensaje, pero cuando decidía hacerlo sus dedos se volvían en extremo torpes y las letras parecían bailar en la pantalla.
Soltando un nuevo suspiro y agitando levemente la cabeza pensó que no podía seguir comportándose como un niño. Su amigo tenía razón, no debía seguir evitando al pelinegro. Tenía que sacudirse la cobardía.
Armándose con el poco valor que tenía, sujetó con ambas manos el teléfono para escribirle una respuesta a Jungkook. El corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Lo siento mucho. Hoy llegué más tarde a la tienda –mintió–. ¿Te parece si vamos por otro café un día de estos? si es que no estás muy ocupado, claro. Yo invito, siento que te lo debo.
Con manos temblorosas guardó su celular sin querer mirar la pantalla cuando este volvió a vibrar con la respuesta a su mensaje. Se contendría de verlo en el camino hasta llegar a casa. Cualquiera fuera su reacción al leer lo que Jungkook le dijera, prefería no pasar una vergüenza en la calle.
Corrió hasta su hogar y apenas cerró la puerta tras de sí y sin siquiera quitarse los zapatos o el bolso de encima, sacó su celular que parecía quemar en el bolsillo de su chaqueta y leyó.
Acepto encantado, ¿mañana te parece bien?
🌸🌸🌸
¡Holaa! ¿Cómo están? Al fin he vuelto con una nueva actualizaciónnnnn
Y bueno, ya tenemos a Tae que sospecha de algo, Jimin que no se entera de nada y Jungkook intentando de alguna forma llegar hasta él, ¿lo conseguirá?
Les cuento que en paralelo a esta historia empecé una nueva, será cortita (de hecho cada capitulo no tiene más de 200 o 300 palabras) y me gustaría que le dieran una oportunidad. Ojalá le echen un vistazo y si es que pueden le den un voto y algún comentario (si no es mucho pedir). La pueden encontrar como "Heridas" en mi perfil.
Una vez más, mil gracias por leer 💜
Cuídense un montón, nos leemos 💜
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Blueberry Skies ~KOOKMIN~
RomanceGran parte del día se lo pasa metido en la librería en la que trabaja o estudiando para sus clases y exámenes. Y en cuanto al amor, bueno... hace tiempo había dejado de tocar a su puerta, y no es como si le preocupara ¿o sí? Entonces ¿Qué ocurrirá...