¿Qué es el Amor? ~Nuestra Historia~ [TERMINADA]

Capítulo III

Junio 10, 2014 // 4:30 pm.

Hacía ya un mes que calle y yo estábamos saliendo. No se si como amigas, no se si como pareja. Lo que si se es que aún no nos habíamos dado nuestro primer beso, pero yo moría porque ese momento llegara ya.

"¿Vamos a salir ésta noche? "

"Por supuesto, si quieres claro"

Me sorprendió mucho su pregunta ya que, el día anterior, habíamos quedado en que saldríamos a cenar.

"Obvio que quiero, era sólo para confirmar. Te veo en la noche"

"Hasta la noche"

// 8:40 pm.

Salí de la ducha envuelta en una toalla, me vestí con la ropa que había dejado tendida sobre mi cama, agarré mis cosas, me despedí de mi familia y justo cuando estaba dejando un besito en la nariz de Ramón oí el carro de Calle.

Pasé el umbral de la puerta y, efectivamente, allí se encontraba parada en mi porche la mujer más perfecta del universo con unas flores en sus manos, lirios para ser exactos -mis favoritas-.
Traía una pinta que se le veía hermosa.

—Hola— la saludé sonriendo.

—Holis— me entregó las flores y subimos a su carro.

Nos dirigimos a un lugar precioso con comida deliciosa.

Luego de cenar, fuimos al mirador al cual habíamos acudido en nuestra primera "cita". Nos bajamos del carro y nos sentamos en el suelo, lo suficientemente cerca como para que nuestros dedos se rozaran como la primera vez.

Ella giró su cabeza hacia mí y mis ojos se perdieron en los suyos. Comencé a acortar la distancia poco a poco, hasta sentir nuestras respiraciones chocar. Ella terminó de fulminar el espacio entre nosotras, impactando sus labios carmesí contra los míos, dando así inicio al que, hasta el día de hoy, es mi beso favorito.

Luego de eso, ella me llevó de vuelta a mi casa. Pasamos todo el trayecto cantando a todo pulmón, riendo, mirándonos, robándonos uno que otro beso. Al llegar a nuestro destino, apenas apoyé un pie en el piso ella me agarró suavemente de la muñeca. Volteé mi cabeza hacia su dirección.

—¿Que se supone que somos ahora? — preguntó, soltando levemente el agarre.

Volví a entrar en el carro, sostuve su rostro con mis manos y deposité un corto y tierno beso en sus labios. Ella lo intensificó un poco.

—¿Eso responde tu pregunta?— le dije mirándola a los ojos con una sonrisa y sin soltar su rostro. Ella cerró sus ojos y también sonrió. Le dí un último beso. —Te amo— le dije, moviendo mi nariz sobre la suya.

—Te amo— dijo abriendo los ojos.

—Hasta mañana.

—Hasta mañana.

Entré en mi casa, cerré la puerta y me deslicé en ella, quedando sentada en el suelo.

—Te la pasaste bien eh— la voz de mi hermanita me sacó de mis pensamientos. Abrí mis ojos de par en par.

—V-vale, ¿Q-qué haces aquí? — respondí, haciendo notorio mi nerviosismo.

—No podía dormir y quise esperar a que llegaras. ¿Así que ya son novias?

—¿Tanto se me nota?

—Tu sonrisa llega a la China querida mía — ambas reímos.

Dejé los lirios que me había regalado en un florero con agua en mi habitación y me dormí.

Octubre 13, 2014

Estábamos en la casa de Calle, las dos solas, en el sofá viendo una película romántica. Ella estaba recostada boca arriba y yo sobre ella, abrazándola.

Levante mi cabeza para verla. Ella me sostuvo el rostro, me dio un beso y me acarició el cabello. Yo escondí mi cabeza en su cuello y su agradable aroma inundó mis fosas nasales y revolucionó todos mis sentidos.

Ella volvió a tomar mi rostro entre sus manos en busca de mi boca. Yo no sólo correspondí ese beso, sino que también lo intensifique. Ella se enderezó sin separarse de mí. Yo quedé sentada sobre ella. La besé con frenesí y desesperación, pero con delicadeza y ternura a la vez.

Me separé momentáneamente de ella. Miré sus ojos, su boca, su cuello, su pecho, sus brazos, sus manos que se encontraban en mis piernas. Le acaricié el rostro, volví a besarla y me sumergí en un sin fin de emociones, olores, gustos, texturas, sensaciones, corrientes. Nos probamos, nos exigimos, nos aceptamos, nos susurramos, nos besamos, nos amamos. Confirmamos que lo que sentíamos, era mutuo, y que no había vuelta atrás. Que habíamos quedado unidas para siempre, y eso nos encantaba.

Esa noche descubrí que Calle es lo único que necesito para ser feliz el resto de mi vida. Descubrí que con ella, el amor es paciente y servicial. El amor a su lado no es envidioso, no hace alarde, no se envanece; no busca su propio interés, no se irrita, se regocija con la verdad. Es sincero, puro.  El amor a su lado todo lo cree, todo lo disculpa, todo lo anhela, todo lo soporta. El amor a su lado era maravilloso.