Capítulo 4

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No tocaré tu puerta de nuevo Eda Yıldız

Serkan hacía un buen rato había llegado a su casa, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido hacía unas horas atrás en la oficina, no entendía porque una niña de escasos cinco años le había dicho la frase que le decía Eda, esa niña era igual a ella, pero porque le dolieron las palabras de la niña ¿será que fue porque Eda también las repitió?. 

Esa niña llevaba al límite de su estabilidad emocional a Serkan y la única que tenía ese poder sobre él era ella, era Eda. La noche cada vez se hacía más oscura y las estrellas en el firmamento parecían que brillaban cada vez más. Las estrellas que solía ver con Eda, ahora las veía solo, ya no tenían el mismo resplandor que antes, aunque brillaban más que nunca. 

Miró esa estrella que le regaló a ella y la vio brillar con intensidad, sin embargo, había algo diferente en esa estrella, no era la misma y eso le dolía el corazón, así mismo pasaba con ella, con su hada, había regresado llena de luz pero una luz que ya no iba a ser para Serkan, una luz y un resplandor que iluminaban a todo menos a él.

Serkan así como la noche oscura, su tristeza iba creciendo cada vez más y más, su pecho se cerró y le costaba respirar correctamente, una lágrima fue cayendo por su mejilla, cerró los ojos y lloró, lloró como nunca lo había hecho, porque no sabía si le dolía más tener a Eda lejos o tenerla tan cerca sin poder tocarla, besarla y amarla. 

Pensó que si la hubiera detenido quizás esa niña fuera su hija y ellos fueran la familia que tanto soñaron, una familia que Serkan tuvo pero jamás se lo demostraron y que Eda no pudo tener porque se la arrebataron. Después de llorar y desahogarse, parecía haber pasado una eternidad, Serkan respiró y a la vez convencido de que jamás iba a merecer a Eda, prometió amarla hasta el fin de sus días pero no entrometerse en su vida por más que quisiera.

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Eda estaba intentando calmar el llanto de Kiraz, pero parecía que no lo lograba, ella había sido consciente de que Serkan se comportó como un idiota frente a la niña, pero en el fondo entendía que él no sabía absolutamente nada de ellas, solo actuaba por lógica y que sus palabras iban a ser duras, porque él no sabía tratar ni sabía como comportarse con niños, siempre le tuvo miedo y Kiraz no sería la excepción. 

Kiraz además de ser una niña tenía cierto parecido con Eda, como llevar al límite a Serkan, pero también era alérgica a la fresas, tenía que tener todo ordenado y era de carácter fuerte como el de él, el pequeño detalle es que él no lo sabía y por el momento era mejor así.

Eda le dio un beso en la frente a su pequeña y le dijo que le leería "El Principito" y así fue, pasaba el tiempo y Eda le leía y su pequeña se tranquilizó hasta quedarse dormida. Ella le arropó, apagó la luz y salió sin hacer mucho ruido. Llegó al salón y se sentó en el sofá con una manta, la noche estaba oscura y algo fría, así que miró las estrellas, miró a Sirius y le habló.

E: Solo tu y tus amigas saben las tristezas y alegrías que he vivido, pero no las puedo engañar, mi corazón aún no está completo, mi corazón necesita a Serkan, pero ya estoy cansada me rindo, no puedo más con este amor, que solo me lastima, lo amaré toda la vida más no seguiré luchando por algo que parece estar destinado al sufrimiento. - dijo en voz baja y apunto de llorar, se tocó su corazón cerró sus ojos y esta vez si lloró, lloró porque le dolía todo, lloró de rabia, lloró porque lo necesitaba.

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Pasaron los días y ambos sólo hablan para cosas del proyecto y de la empresa. La tensión que había cada vez era más fuerte, no sabían si era porque aún había esa electricidad hipnotizante y sexual entre ellos o era una mezcla de todo lo que había pasado los últimos días. Eda salió del despacho en busca de Pırıl, necesitaba saber como estaba con los diseños del interior y de paso distraerse y hablar con ella, las dos antes de que Eda se fuera a Italia hicieron una relación muy fuerte de amistad junto con Melo, así que le vendría bien hablar con ella y ver si podría saber algo de estos años de Serkan.

No Tocaré Tu Puerta (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora