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Estaba corriendo y sus pies parecían desobedecer las órdenes de su cerebro, aunque quería parar no podía

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Estaba corriendo y sus pies parecían desobedecer las órdenes de su cerebro, aunque quería parar no podía. Llevaba así tal vez una media hora y ni una gota de sudor cayó de su frente, algunos que no lo conocieran dirían que es un milagro pero la mayoría de oficiales celestiales ya estaban acostumbrados a eso. A pesar de su delicada y frágil apariencia, era físicamente fuerte y resistente, tal vez correr media hora no sería un desafío.

──¡...!─ Tropezó y juró poder volar por unos largos y lentos segundos. Ese escalón no estaba antes, ¿O acaso siempre estuvo ahí? No le sorprendería, llevaba años caminando por ese lugar y seguía perdiéndose en la gran capital celestial, ¡Todos los días algo tenía que cambiar!

Memorizaba el camino de vuelta a su palacio, al día siguiente las cosas se movían y su mente inevitablemente confundía las direcciones y lugares. El lado bueno es que siempre llegaba a su destino sin falta y sorprendentemente a tiempo, era un don el cual no sabía que poseía.

Desde que ya no tenía los collares malditos, su suerte no había pasado por grandes cambios. Seguían pasándole cosas que eran sacadas de una comedia, pero no al final se quedaban a medias y lograba "escapar" de esa situación . Como aquella vez estaba en ciudad fantasma en una de sus frecuentes visitas, por accidente se topó con un puesto de comida que olía increíblemente bien, estaba a punto de darle un mordisco a uno de los bollos que ofrecían cuando una espada vino en su dirección e hizo que tirara su comida al suelo.

Con gran alivio vi que era E-ming, quién no pudo esperar y fue "corriendo" al escuchar de su llegada —siempre hacia lo mismo. Agradeció a los cielos al ver un ojo de dudosa procedencia entre lo que parecían vegetales o cosas verdes.

Se vio obligado de volver al presente al ver el suelo más y más cerca. Preparándose para el choque de su cuerpo contra el piso, cerró los ojos con fuerza y esperó no hacerse mucho daño. Pero al caer no sintió nada, sentía que seguía en el aire siendo sostenido por algo fuerte. ¿Había caído o Rouye fue capaz de agarrar algo resistente y salvarlo? No, no era Rouye, esto se sentía familiar pero no de esa forma.

    ── ¿Gege, estás bien?

Oh, por eso se sentía familiar.

    ── ¡Sa-San Lang!─ Sus labios se curvaron en una sonrisa, estaba genuinamente feliz de verle en ese momento, ¡Al menos ahora no se sentiría solo! La compañía del otro no sólo le hacía sentir feliz, pero también seguro. No tenía que pedirle ayuda, siempre sabía que necesitaba y cuando. Y uno de esos momentos es ahora.── Gracias por atraparme, ¿Ha pasado algo?

    ── No, venía a ver a Gege, ya no tengo la oportunidad de verlo tan seguido ahora que está ocupado atendiendo asuntos en los cielos.─ Comentó con un poco de tristeza en sus palabras, lastimosamente ciertas. Debido a que ya no había un emperador celestial y seguían llegando oraciones, todos los oficiales tuvieron que repartir el trabajo hasta encontrar un candidato adecuado para el puesto.

YUANFEN | Lan Wangji x Xie LianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora