Uncontrolled | number five [EDICIÓN]

𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐒𝐄𝐕𝐄𝐍

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Unexpected surprise from
unknown people
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Abrió los ojos lentamente, puesto que escuchaba quejidos de alguien. Cuando miró a su lado, se encontró con un Cinco que murmuraba cosas que no pudo escuchar bien. Esto no la alarmó, lo que hizo que se alarmara fue al ver como este empezaba a inquietarse.

—¿Cinco? —lo llamó, pero no recibió respuesta—. Cinco, despierta.

Apartó al maniquí del medio, acercándose aún más a él, llegando al punto de que sus piernas estuvieras juntas. Puso una mano en su hombro, sacundiéndolo no tan fuerte.

—No... —susurró.

—Cinco, ¡Cinco!

—¡No! —se despertó de golpe, obligando a Emily a poner ambas manos en sus mejillas, haciendo que la mirara, lo cual logró—. El apocalipsis, yo...

—¡Hey!, estás aquí. Estoy aquí. Tranquilo.

Al decir esto último, noto como él  asentía vagamente mientras la miraba fijamente. Emily tardó un poco en darse cuenta que estaba en una posición bastante vergonzosa. Literalmente estaba casi encima de él. Agradecía que, aunque sea, Cinco no la haya empujado.

Pero... solo que no paraba de verla y ella... tampoco paraba de verlo.

Alguien golpeó la ventana, haciendo que ella se separara lo más rápido posible de él, regresando a su lugar. Ambos voltearon, encontrándose con un Luther serio, quien no tardó en abrir la puerta.

Le hizo un ademán a Emily para que fuera atrás, que, luego de bufar y mirarlo con mala cara, obedeció. La camioneta se sacudió un poco cuando Uno entró.  

—¿Estás bien? —le preguntó.

—No deberías... ¿Cómo me encontraste?

Sin decir una palabra, señaló atrás con su cabeza. Los dos chicos voltearon, hallando a un Klaus junto a un maniquí y una Emily que lo miraba divertida.

—Algo de privacidad, chicos. Mi amiga es un poco tímida.

El ojiverde le lanzó una lata, que rebotó hasta casi golpear a Ocho, quien volvió a cubrirse con sus poderes.

—¡Salgan! No pueden estar aquí, estoy en algo importante.

—¿Tuviste suerte de hallar al tipo del ojo? —Klaus se asomó entre los asientos. 

—¿De qué esta hablando? —le cuestionó, el rubio, confuso.

—Que importa es Klaus —hizo una pausa—. ¿Qué quieres, Luther?

—Puede que Grace tenga algo que ver con la muerte de papá —soltó, logrando que Emily frunciera el ceño y apartara a Klaus con su poder, quien sonrió, fascinado.

—¿Qué estupideces dices, Luther?

—No es ninguna estupidez, Emily. Grace tiene algo que ver, lo sé.

—Mamá no tiene nada que ver con la muerte de papá. Es inofensiva.

Dicho esto, se dio la vuelta y se sentó en la parte de atrás. Klaus aprovechó esto para poder acercarse nuevamente.