El Arte de Amarte

Gaia

Mi querida musa, hoy te escribo de nuevo.

Te he dicho alguna vez que tu eres la única capaz de causar una emoción en mi?

Pues es así, eres la única, sin exageraciones.

Antes de tí existía nada más un vacío total, todo parecía vano.

Lejano.

Irrelevante.

Entonces te vi, y las frases cursis adquirieron sentido.

Y he de gastar todas las palabras de mi limitado vocabulario para grabar con tinta todas ellas en las hojas que escribo para tí, y solo para ti.

Encontrarás alguna vez alguien que te ame tanto como te amo yo?

Con un amor tan apasionado, que arrasa como el fuego mismo cada una de mis ideas racionales sobre este sentimiento, como si fueran nada más hojas secas, llevadas hacia el fuego furioso por el viento.

Y solo desaparecen. Se consumen y se vuelven nada.

Pero me considero a pesar de todo, un ser racional y de algún modo debo mantenerme firme, y mi rostro vacío de emociones innecesarias, solo yo en su momento debo saber del torbellino que agita mi interior cada que te encuentras en mi rango de visión.

Una fuerza de la naturaleza, inevitable, contundente.

Esto es todo por hoy, bella Helena.