6 SUMANDO AÑOS A MI CONTADOR

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Chocolate caliente y churros, toda la cocina en silencio, excepto el único sonido de la tetera de mi madre haciendo de las suyas. Me sentía ridicula ante aquella situación. Una cocina cuya mesa de madera se situaba en el medio de esta. Sentada en ella una "familia" con Miguel y mi madre presidiendo, mis hermanos a un lado y Luis y yo en otro, cada uno a su desayuno aunque a la vez mirandome como sonrrojaba al recordar lo que Luis me había regalado más aquella sensacion de ridiculo mirando el cartel gigantesco de "feliz cumpleaños" que colgaba por encima de la vitrocerámica.

-Y... ¿que tal habeis pasado la noche?

Más roja aún escupí el chocolate por encima de mis pobres hermanos por aquella pregunta tan directa y envenenada que lanzó mi madre. Estaba segura de que era bruja o algo por el estílo y sabía absolutamente todo.

-No te pongas nerviosa Sandra...

Me dijo Luis con un tono de preocupación por que todos los allí presentes se enterasen de lo que en esa noche había pasado.

-Sandra, ¿porque no has pasado la noche en casa?

Niña chibata... quería a mi hermana pero en ese momento deseaba estrangularla con todas mis fuerzas, tanto que el rojo de mi piel paso de ser de verguenza a rabia.

-¿cómo que no has dormido en casa?

-Bueno mamá yo es que...

-Ha estado haciendo cosas de mayores. Cosas que hacen las personas adultas cuando están enamoradas.

Sorprendentemente la voz que soltó esas graciosas palabras era Aitor, el pequeño de la familia.

-¿Que.. Pero que estás diciendo?

-Que si papa, que lo he visto en la tele.

Una risa, proveniente como no de Luis, se escapó ante aquel comentario puede que inocente de mi hermanito.

-Pues no se de que te ríes, esto es muy grave Luis, Pero hijo... ¿que te ponen en la tele estos salvajes? O esque.. ¿los has visto en directo? ¿aquí? ¿en mi casa?

A Miguel le iba a dar un ataque pero Luis y yo no pudimos evitar contener la risa ante aquella situación.

Ya más tranquilos acabamos de desayunar. Luis y yo subimos a mi habitación pasando de las burlas y de las miradas pervertidas de mi madre.

-Tumbate.

-¿Que dices?

-Que te tumbes, aun no ha acabado mi regalo...

Le hice caso y me tumbé, con cierto miedo y respeto por la cara que ponía. Pero pronto cambió la torna, Luis empezó a reir y a besarme como si no hubiese un mañana.

-Deberías haberte visto la cara... Estabas más asustada...

-Idiota, no estaba asustada.

-No que va, estabas acojonada

- Acongojada... Que no es lo mismo.

-Ya llega septiembre y te tienes que matricular en algún instituto, ya no voy a poder disfrutar tanto de ti como antes...

-Dejo los estudios por ti si hace falta.

-Si tu dejas los estudios yo te dejo a ti, no seas tonta, no seas como yo. No dejes pasar la oportunidad.

Tras aquel comentario llego el momento del cariño, los dos tumbados en la cama acariciandonos pasabamos la tarde ajenos a que mi casa se estaba llenando de gente poco a poco.

El hambre me concomía al fin de al cabo no había comido desde las ocho y algo y eran las cinco. Luis y yo nos habíamos quedado dormidos juntos, abrazados y fue un ruido sospechosos el que nos despertó.

-Mamá, ha sobrado comida, que me he quedado dormida...

-¡Sorpresa! Decenas de personas de cuya procedencia desconocía gritaban en medio de mi salón y yo, yo en pijama de pinguinitos, con un moño y sin maquillar, vamos, una divaza...

Corriendo subí escaleras arriva de nuevo.

-Luis que mi madre ha organizado una fiesta y no sabi...

Para mi sorpresa Luis llevaba puesto un traje, este menos ortera de lo habitual, y se paseaba hacia mi con un bailecillo chulesco jugando con su chaqueta.

-Tu lo sabias pedazo de hijo de tu madre... ¡Y me dejas que baje asi!

El rió y me beso.

-Más vale que me hayas regalado un bestido porque si no no te va a valer un simple beso.

Como si de arte de magia se tratara Luis se aparto y dejó ver el vestido tendido en mi cama.

-Y por si acaso no te gusta...

Se abalanzó sobre mí y me besó.

Al fin vestida y maquillada bajé a mi cumpleaños y me pasé la tarde bailando, conociendo a gente y abriendo regalos. Cuando al fin se fue la gente procedí a abrir los de ki familia.

-Unos calcetines... Muchas gracias Miguel, me hacían mucha falta

-Ahora el mío.

-Vale Viki no te pongas nerviosa, a ver a ver, ¡que chulo! El just dance

-El nuevo, que ha salido hace 3 días.

-A ver ahora el de Aitor. Huy que chulo una taza a la mejor hermana del mundo mundial.

-Bueno, despues de viki.

-Ahora el mío.

-A ver si el noviete a sido bueno. ¿vales por experiencias?

-Ya verás para que son...

-Y ahora el de mamá

-El mío es ese grande

Me dirijí a el y lo abrí poco a poco.

-Hay sami, la echo de menos, es una foto enorme.

-Yo tambien te echo de menos puti

Me giré y allí estaba en frente mía, emocinada, nos fundimos en un abrazo y lloramos como tontas hasta un rato después

El momento en el que me enamoré de un toreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora