10. HERIDAS QUE EL TIEMPO NO CURA

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Pasaron 3 años, años en los que decidí no estudiar, apartada de Luis, apartada del mundo. Lo único que me importaba era ella, Viki, todos los días me pasaba por el hospital y le leía un libro, ya iba a cumplir 9 años, no soportaba la idea de que con su edad estubiese en esa situación.

Ya solo la tenía a ella, bueno y a mi madre, Miguel se fue, dijo que sin sus hijos no era nada y nos dejó allí tiradas.

Cuando mi turno acabó me fuí para casa y allí me esperaba un perito para hablarme de una cosa muy importante.

-Sandra, queremos que sepas que, lo del accidente, no fue un despiste de Luis, él no tiene culpa, emos estado investigando y resulta que un coche se chocó con vosotros, el conductor dió positivo en drogas y alcohol.

En ese momenteo pensé en Luis. Tendía ya 20 años....

Me sentía culpable por haberle perdido, asique me armé de valor y me fui a disculparme.

Llamé al timbre, puede que me dejase llevar por el espíritu navideño, me abrió la puerta una joven chica.

-Hola ¿quien eres?

-Ve.. Vengo a er a Luis

-¿De parte de quien?

-De una vieja amiga.

-Vale pasa, yo soy Maddie, la novia de Luis ¿que tal?

Aquella chica rubia de ojos claros... me había reemplazado en el corazón de Luis. Aquel comentario junto con todo el dolor que sufrí me hicienro mala por un momento.

-Bien, aquí a traerle un regalito a mi ex novio.

Le caí mal desde ese momento, le sentó como una patada.

-Luis, tu ex novia...

-¿Sandra?

Como me alegraba de verle por fin, pero decidí vengarme un poquito.

-Tss, calla, dile a tu novia que valla a buscar algo que tarde en encontrar para poder quedarnos solos

El sonrrió y con eso lo dijo todo.

-Maddie, necesito zumito de uva

-Pero cari el mercado está a media hora

-Maddie...

-Bien voy

Portazo, llego mi momento.

Me abalancé sobre el quitandome el abrigo y el se quitó el jersey, nos.pusimos de acuerdo quitandonos la camisa y los pantalones entre risas. El me cogió cuando ya solo eramos ropa interior y poco a poco entre besos me desabrochaba el sujetador.

Ya cuando estabamos como si volviesemos a nacer, nos unimos de nuevo como aquella vez en el tejado de aquel edificio, cuando veíamos amanecer.

Me sentí única aunque malvada cuando su novia, muy mal echo decició desobedecer a la petición de Luis, y volvío antes de lo esperado descubriemdonos encima de aquella mesa que presagió como declaraba mi amor por aquel hombre que ahora taparse intentaba.

-Maddie, te he dicho que quería zumo de uva...

Sintiendome extrañamente feliz volvía mi turno en el hospital. El libro que hoy empezaba a leerle a mi hermana trataba de la vida de una chica cuyo hermano estaba en coma, graciosa situación, lo que me sorprendió fue el final "y el niño un día desperto, y fue feliz con su adorada hermana"

-Curioso ¿verdad?

No había respuesta, normal...

-Me voy a por algo a la maquina si necesitas algo llamame.

Ya a punto estaba de salir el sandwith mixto por el que había tecleado cuando...

-Sandra

Esta en mi cabeza...

-SANDRA

Cada vez sonaba más fuerte.

¡Sandra!

Entré corriendo a la habitación y... ¡no era un sueño! Viki había despertado.

-Viki, mi adoradisima viki.

Pero la tragedia me perseguía. Luis tenía corida esta tarde y me arrepentí dr no haver ido, pues fué la última.

El momento en el que me enamoré de un toreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora