El momento en el que me enamoré de un torero

7 Mi querida Sami

Ella, mi mejor amiga, mi compañera.

Recuerdo 13 años atrás aquel momenyo que la conocí.

Era un 13 de septiembre en Madrid, una pequeña Sandra pasaba temerosa por la puerta del colegio por primera vez. Tras atravesarla un patio con varias columnas con numeritos, yo por instinto me fui a la columna de los treses al tener tres años. Desde pequeña con mi razonamiento...

Bueno la cosa es que allí estaba solita en aquella columna llena de treses hasta que una pequeñita y peliroja Sami con dos trencitas colgando de la cabeza que acababan en unos coleteros azules con un pequeño dibujo de las supernenas.

-Hola

-Hola

-¿Cómo te llamas?

-Sa... Sandra.

-Yo soy Samara, pero todo el mundo me llama Sami.

-Pues yo solo Sandra.

-Pues yo me llamo Samara por mi abuela, yo he nacido en Uruguay pero mis papas se han venido a España a trabajar.

-Yo he nacido aquí.

Así estubimos hablando hasta que toco la campana, y así todos los días en tres años, ya era una costumbre.

El día que pasamos a primaria dimos un paso más, cada día salíamos y venía a buscarnos la madre de Sami, pues mi madre no estaba en buenas condiciones. En casa de Sami era feliz, tenía 2 hermanos mayores y 2 hermanas pequeñas.

Cuando llegaba a mi casa la situación era horrorosa, por eso hacía lo posible por pasar el maximo tiempo en la casa de mi amiga.

Así todos días hasta el día que me tuve que mudar.

-Jo Sami, te echaba tanto de menos...

-Pues haberme visto más por skype cacho perra

-¿Quieres un vasito de agua?

-Sí, que con la emoción y todo...

Me dirigí a la cocina y cuando volví estaba hablando con Luis, riendo y...

Lo que parecía una conversación normal entre gente que se esta conociendo se convirtió en un vaso roto en el suelo y una lágrima en mi cara de pura rabia ante aquel gesto.