IV.

1.3K 139 74
                                    

POV AMELIA

- [...] ¡¡¡¿QUEEE?!!!


La cara de Luisita se cubrió de sorpresa. Abrió los ojos como platos al tiempo que se enrojecían sus mejillas. Se posiciono al lado mío sin decir ni una palabra con la mirada completamente enfocada en aquel chico. Ya no solo parece estar tímida. Ahora sus ojos también reflejan un miedo oscuro e indescriptible que me pellizca el corazón de solo pensar en todo el estrés que esta situación le está causando. Yo tampoco me he quedado atrás. Estoy totalmente muda tratando de procesar lo que acabo de escuchar. No he podido comprender nada de lo que ha salido de la boca del recepcionista. ¿Lo esta haciendo a propósito, ¿no? ¡Claro que sí! ¡Ahora lo entiendo todo! como se dio cuenta de cómo reaccioné por haber mirado a Luisita de esa manera, por eso ahora me esta haciendo esta broma de mal gusto.

¡Que sepas que me caes fatal! Es que... ¡¡argh!! ¡Jdsfskddnwqn! Luego hablaré con tu supervisor. Ni creas que esto se va a quedar así.

- ¿Se...señorita, Ledesma...? - balbuceó el recepcionista, sacándome al instante de mis pensamientos. - ¿Se... se encuentra bien?

- ¡Dime que esto es una broma! - Le contesté en voz alta con una mirada asesina. - ¿¡Cómo es posible que no tengan más habitaciones disponibles con lo enorme que es este lugar!?

El recepcionista tragó saliva reciamente al notar mi enfado. - No, señorita, cre...créame que no, no, yo no... ósea yo no, esto no es ninguna broma, señorita. - Continuó balbuceando mientras dirigía su mirada a Luisita, quien ahora estaba de pie a mi lado izquierdo.

¿Pero por qué coño la sigues mirando a ella? ¡Mírame a mí! ¡Deja ya de mirarla, que la que quiere matarte aquí soy yo!

- ¿¡Acaso le sucede algo, señor!? - Le pregunté al recepcionista enarcando mi ceja izquierda. Ya no tenía más ganas de seguir jugando su puto jueguito.

¿Qué demonios me está pasando? ¿Por qué estoy actuando de esta manera? ¡Esta chica es una completa extraña! ¡Por dios, Amelia!

- A... ¡ejem! - carraspeó. - ¿A mí? No, no, no, claro que no señorita, ¿por qué lo pregunta?

Claro...ahora estás nervioso, ¿no? Gilipollas.

- Podrías revisar de nuevo, por favor, te lo agradecería mucho. Es muy importante que pueda reservar otra habitación. - le dije hablando en un tono más bajo, tratando de calmar mi enojo.

- Señorita lo que pasa es que... - el chico tomó una pausa al notar que lo miraba con unas ganas insaciables de matarlo. - Claro, descuide... ahora mismo vuelvo y reviso, señorita. - contestó fingiendo una sonrisa.

Mientras el chico escribía algunas cosas en el ordenador, giré mi cuerpo hacia mi izquierda y me encontré frente a frente con Luisita, quien me miraba directamente a los ojos, completamente asustada. Sus manos temblaban a la vez que agarraba el mango telescópico de su maleta con una fuerza que hicieron que las puntas de sus dedos se volvieran blancas.

- ¿Estas... estas bien? - le pregunté nerviosa y avergonzada. - Luisita, lo siento mucho, yo no sabía que...-

- ¿¡Planeaste todo esto, no es así!? - cuestionó interrumpiéndome. Fruncí el ceño y abrí los ojos con asombro.

¿Pero que clase de droga se ha fumado esta chica? ¿Que pregunta es esa? ¿Acaso piensa que la traje aquí a propósito para matarla? ¿Osea, matarla yo? ¿con lo cobarde que soy?

- ¿Cómo? ¿A qué te refieres? - le repliqué preocupada. No podía creer que Luisita estaba pensando estas cosas de mí como si yo fuera alguna asesina.

Lo Que EncontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora