Eren dejó a Mikasa cambiarse de ropa mientras exploraba el terreno había una cerca desprotegida en unos metros, ella tendría que infiltrarse como una omega y convencer a Annie de escapar. Ella salió del carro con una falda azul y una blusa rosa, limpió su maquillaje gótico y dejo un pasador amarillo en flequillo.
—¿Cómo me veo? —Dijo mientras se cruzó de brazos.
—Te vez... rara e incómodo. —Dijo sincero, no la había visto con ropa normal de chica. — Acabemos con esto rápido. Me gusta más tu verdadero tú.
—Eres muy lindo, Eren.
Eren sabía que los castigaran por esto, no vería a Mikasa en un buen tiempo a solas. No puedo evitar abrazarla y que se sintiera ansioso por su aroma al gruñir. Inspeccionó que no hubiera nadie a la vista para empezar su faena. Las faldas que usualmente utiliza eran grandes sueltas y le hacían el trabajo más sencillo al momento de tocarla, ahora su culo estaba en un estrecho pedazo de tela.
—No podemos tener un polvo ahora, Eren. —Gimió a sentir su tacto. No estaba de humor pero aun así se deshacía en las manos de su alfa.
—Lo sé, debimos hacerlo ayer. Siempre eres tan sensata. Sabes que yo no puedo parar cuando comienzo.
—¿Y Armin es el que no sabe controlarse?
—Bien... —Dijo irritado.
Eren solía ser un don nadie depresivo antes de Mikasa y Armin, pero con algo de terapia junto con una vida sexual activa mejoró. Mikasa era fantástica haciendo su vida más interesante, lo hacía sentir como un ser humano normal. Ella fue muy dulce cuando dejó que la mordiera, no fue en su celo pero se encargaron de inculcarlo después. No le importó la paliza que le dieron sus suegros y sus padres. Era una chica muy entusiasta y sensata, que cuando la observó detenidamente sus ojos, sus labios y esa devoción que nadie le había mostrado antes; su corazón fue cautivado. Mikasa era maravillosa, y no sabía la razón del porque ella lo amaba pero sabía que no quería desperdiciar ese amor.
En menos de lo que pudo pensar, sus manos estaban trazando sus muslos contra el capo del auto y se dio cuenta que eso sería muy bueno si tuvieran tiempo. Pero Eren no se detuvo, devoraba sus labios con hambre y esperaba que Mikasa le dirá permiso para comenzar a trabajar.
—¡Basta Eren! — Dijo Mikasa apartándose lentamente de sus pecaminosas manos.
—Solo un poco más, te necesito, no quiero separarme de ti.
—Si tenemos sexo tu olor estará en todo mi cuerpo, alertando a inocentes omegas en todo el lugar. ¿Recuerdas?.... —Dijo dándole la mirada seria que apelaba a su lado racional. Era maravillosa y sensata — Tenemos que rescatar a la novia de nuestro amigo.
—Prométeme que me llamarás cuando me quieras o te sientas ansiosa.
—De acuerdo. — Dijo alejándose lentamente y usando un spray bloqueador de olor en ella, Eren ya había hecho un desastre en sus hormonas. —Te llamaré cuando me toque de acuerdo.
—Te veo en unas horas, no te vuelvas una omega normal. —Dijo apurado, su olor se desaparecía de ella como agua entre sus manos. Había pasado tanto tiempo con su olor que comenzaba a irritarle que no lo tenga.
—Te quiero.
Eren le dio un beso largo, Mikasa estaría fuera de su alcancé por una tarde en un lugar lleno de omegas pero de todos modos no le convencía nada.
Mikasa cruzo la cerca del instituto como si fuera la cosa más fácil del mundo, se confundió entre las y los omegas que se encontraban en el patio. Hasta encontrar una de las asistentes, que estaba en la recepción. Debía ocultar su olor lo más que se podía, era una omega marcada y con el olor de Eren se suponía que podían detectarlo en kilómetros; pero Mikasa no era un omega común.
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𝙂𝙪𝙮𝙨 𝙡𝙞𝙠𝙚 𝙝𝙞𝙢
FanfictionAnnie tiene que pensar rápido si no quiere terminar en un orfanato de omegas desvalidos. Necesita a su alfa destinado, necesita a un alfa perfecto para ella. Pero la persona perfecta para ella es lo menos inesperado, pero Annie ya lo ha elegido. Sie...