Herencia [D. L.]

Prólogo.

Creía haberlo abandonado todo.

Se había alejado de aquellos que decían ser su "familia", si es que alguna vez formó parte de ese concepto tan abstracto.

Todo estaba tal y como recordaba, un antiguo edificio rodeado de un gran jardín que le daba un aura misteriosa, y a lo lejos podía ver los restos de lo que una vez fue su mayor martirio, la torre en la que su madre fue confinada durante años, aunque la melancolía amenazaba con alcanzarle, siguió avanzando, ahora todo estaba en el pasado, era una mujer fuerte, los fantasmas que la hostigaron durante años ya no podían o eso quería creer.

Pero el destino la seguía atando hacia aquella mansión, como si de fuertes e inquebrantables cadenas se tratara. Porque los lazos de sangre que la emparentaba con esos seres siempre la retendrían, una y otra vez, lo deseara o no, siempre fue así, era un constante recordatorio.

Las grandes puertas se abrían lentamente, diez largos años habían pasado, sin embargo, aún se sentía la misma soledad, era como si el lugar estuviera congelado. Al dar el primer paso, su cabeza se llenó de los recuerdos tormentosos que creía haber superado.

¿Tuvo momentos felices ahí? Tal vez.

Si quisiera hacerlo, ¿podría sonreír? no, pero pudo hacerlo durante corto tiempo, en el que creyó conocer a ese hombre...

[Continuará]