Herencia [D. L.]

Capítulo 7: Invitado no deseado.

—Y bien, ¿qué esperas para salir de ahí? —preguntó cruzando con una mirada inquisitiva.

—Je, je —una risa burlona se escuchó desde las sombras revelando la figura de un hombre de azabaches cabellos y ojos rojos como la sangre.

—Así que viniste, Kino.

—Claro que sí, ¿por qué no lo haría? Después de todo también soy hijo de Karlheinz, tengo todo el derecho.

—Y aún así no te dignaste en mostrar tu cara en la reunión pese a que estuviste es escuchando a escondidas —replicó Subaru con desden.

—¿Qué? —Kino fue tomando por sorpresa, no esperaba que su presencia fuera notada—. ¿Cómo lo supiste? No, espera, estoy seguro que los otros no me notaron, entonces, ¿cuándo te diste cuenta?

Subaru suspiró para sí misma, realmente no valía la pena responder pero si no lo hacía seguramente no dejaría de insistir en saber cómo lo hizo.

—No fue tan difícil, sentí tu presencia antes de entrar a la mansión. Con los años mis sentidos se aguidizaron aún más. Y sí, puede que los demás no te hayan notado, pero no olvides que yo no soy ello.

Kino se quedó mirando fijamente a la "mujer" que tenía enfrente, realmente ya no quedaba nada de aquella joven irascible que destruía todo para protegerse. Parecía indiferente pero segura de sí misma lo que lo hizo reír. Ella solo se quedó esperando a que él se callara, en verdad parecía estar jugando muy bien el rol de invitado no deseado.

—Ja... eres muy divertida.

Subaru lo miró con indiferencia.

—Bueno, suficiente de tonterías. Tuviste una conversación muy interesante con los trillizos, "...puedes confiar en nosotros" dijo Ayato, ja —citó con cinismo—, ¿lo harás?

—¿No deberías estar más preocupado por ti mismo?

—¿Eh? ¿A qué te refieres?

—El asesino de Karlheinz no ha sido encontrado y tampoco se sabe el truco que usó para matarlo, cada uno de los 'hermanos' Sakamaki y todo aquel relacionado ya sea directa o indirectamente con él, es decir, tú, los Mukami e incluso los Tsukinami son sospechosos.

—Oh, pero parece que olvidas a una persona —dijo Kino con malicia.

[Continuará]