Capítulo 6: Cuenta con nosotros.

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—¿Qué significa eso? —preguntó Subaru con interés.

—Justamente lo que dije, ese maldito cuatro ojos de Reiji parecía estar poseído por el alma de un mayordomo, empezó cuidar de la mansión exageradamente justo después... —hizo una pausa momentánea—, justo después que te fuiste.

—Ya veo... —respondió un poco sorprendida.

—¿Por qué te fuiste? —preguntó Ayato con cautela esperando una respuesta por parte de la menor, no obstante, Subaru permaneció en silencio y negó suavemente con la cabeza—. Nosotros extrañamos... —susurró casi inaudible.

—¿Me extrañaron?

—Laito es un sentimental y Kanato, bueno... ya sabes, Kanato es Kanato.

—Nfu~ ¿Quién es el sentimental aquí, Ayato-kun?

Ayato dio un pequeño salto cuando escuchó la voz de Laito detrás de él provocando la risa del contrario.

—¡Ayato, es un idiota! —reclamó Kanato en un tono molesto cruzando sus brazos.

—¿Cómo se atreven a aparecer de la nada de ore-sama? —exclamó con leve molestia el trillizo menor.

—Cálmate, fue una simple broma.

—Tsk. Ore-sama no es un chiste.

—Pero sí un idiota —agregó Kanato.

Subaru se quedó en silencio observando la situación, le resultaba tan nostálgico el comportamiento de los trillizos, la comisura de sus labios se elevó y no pudo evitar reír un poco.

«No han cambiado realmente» pensó.

Al escuchar el fallido intento de Subaru por contener su risa los trillizos se miraron unos a otros y soltaron una carcajada. Después de todo, muy en el fondo seguían siendo aquellos chicos traviesos.

Soltando un pequeño suspiro Ayato continuó: —Subaru, recuerda que, aunque estuviste lejos, puedes contar con nosotros.

—Sí, Ayato-kun tiene razón, cuenta con nosotros, Subaru-chan —agregó Laito y Kanato asintió.

—Lo que ustedes digan -hizo un ademán restando importancia—. Por ahora, será mejor que se vayan, presiento que mañana será un largo día.

Los trillizos la miraron con confusión pero no dijeron nada y se retiraron silenciosamente.

Al escuchar la puerta cerrarse, volvió a enfocar su vista en su ataúd y deslizó la tapa suavemente.

—Y bien, ¿qué esperas para salir de ahí? —preguntó cruzando con una mirada inquisitiva.

[Continuará]

Herencia [D. L.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora