Capítulo 3: Nudo.

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Arruinando el cálido ambiente de una forma brusca, el único de los hermanos con lentes teniendo un porte demasiado pulcro para su agrado interrumpió la breve charla. Esto provocó que empezara a jugar con su cabello, un pequeño tic que desarrolló para reprimir sus impulsos destructivos, realmente odiaba cuando alguien irrumpía en sus momentos de paz.

—No nos hemos reunido aquí para hablar de trivialidades —reclamó Reiji, con una intensa mirada.

Las ruidosas carcajadas de Ayato y Laito no se hicieron esperar, realmente había cosas que no cambiaban, como siempre han gozado molestar a los demás, en especial a tan petulante ser.

—Sí, sí... tenemos que encontrar al asesino de padre —se expresó Kanato con un semblante enigmático, puede que hubiese crecido en estos años, pero aun daba una sensación terrorífica aún sin la presencia de Teddy, su amado oso de peluche.

—Nfu~ Mejor dicho a nuestro "pobre" padre, quien fue descuartizado en una habitación cerrada, eso deja a pocos posibles culpables...

«Con que así murió... un final digno para alguien como él» pensó la albina ante los detalles proporcionados por Laito.

—¿Cómo alguien pudo ser capaz de asesinarlo sin la preciada daga de Subaru o restricciones de magia, acaso es lo que tratas de decir Laito? —por primera vez Shu se integró en la conversación.

—Solo digo, ¿no les parece raro que el cuerpo de esa persona siga aquí? ustedes saben que nosotros manipulamos el fuego y con trabajo quedan cenizas, a ti nunca te ha interesado el poder, Reiji lo respetaba mucho y aquella daga que Christa le regaló a Subaru está perdida.

—Y Subaru no se encontraba aquí... —agregó el de lentes.

De nuevo se formaban enigmas, más que avanzar en el caso, parecía que cada frase generaba otra interrogativa sin respuesta clara.

[Continuará]

Herencia [D. L.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora