Capítulo 23

367 52 2
                                    

—¿Estará muerta? —preguntó Luka, y papá lo chitó.

—No digas eso —papá lo reprendió por lo bajo—. No está muerta, ¿ves cómo se mueve su vientre?

—Es difícil ver que se mueve estando embarazada.

—Bueno, sea como sea, no puede quedarse así, va a ser un blanco fácil de esas cosas —concluí mientras me acercaba a ella con sigilo.

—¡Rox! Vuelve aquí —me llamó papá, pero yo ignoré su voz.

Cuando estaba ya lo suficientemente cerca a la mujer, estiré mi brazo y le toqué el hombro.

—¿Señora?... —la llamé, pero ella seguía dormida—. Oiga, señora, despierte —le sacudí levemente el mismo hombro y entonces la mujer se sobresaltó.

Primero me observó a mí, luego miró sobre mi hombro a los demás, quienes estaban expectantes. Parecía estar desconcertada.

—Señora, ¿se encuentra bien? —preguntó Eva. Yo giré mi cabeza para verla y luego volví a ver a la señora.

—Sí, creo que sí —respondió ella algo confundida en lo que se incorporaba sosteniéndose el vientre.

No pude evitar mirarlo. Parecía tener siete u ocho meses.

Uno a uno, los demás fueron acercándose para introducirse en la oscuridad.

—¿Hace cuánto está aquí? —indagué curiosa.

—No mucho, creo. No estoy muy segura.

Asentí con la cabeza ante el dato.

—Disculpe, amm... —papá hizo una pausa prolongada.

—Annie, soy Annie —concluyó ella.

—Disculpe, Annie, pero ¿usted sabe a dónde va esta Ruta? —preguntó papá.

—Portland.

—¿Tiene familia allá? —esta vez habló Richard.

Ella negó con la cabeza. —Nadie tiene familia viva si vive en una ciudad diferente.

Todos nos miramos entre nosotros y algunos bajamos la mirada. Había sido algo incómodo.

—Y... ¿cuánto tiene? —preguntó Luka para cortar el momento.

—Siete meses y medio —comentó ella.

—¿Sabe qué será? ¿O decidió que sea una sorpresa? —mamá habló esta vez, algo interesada en ello.

—Quise que fuera sorpresa en realidad —sonrió levemente.

—La entiendo —Eva se metió en la conversación—, yo quise no saber el sexo de Nikolas. Fue toda una sorpresa cuando en el parto me dijeron que era un niño —sonrió ella con ternura al recordar aquel momento.

De pronto, Yarilth los interrumpió tosiendo bruscamente.

—¿Qué pasa, Yari? —susurró Luka.

—Tengo sed —respondió ella.

Todos allí sabíamos lo que se sentía.

—Esperen —habló Annie, tomó su mochila, la abrió y de ella sacó una botella de dos litros con agua—. Tomen —nos ofreció, acercando la botella primero a Yarilth.

Ella miró a Luka esperando su aprobación, y después de unos segundos de pensarlo, acabó asintiendo con la cabeza, así que ella tomó la botella y tomó bastante agua. Luego, le pasó la botella a Nikolas. Me dio ternura eso. Después tomaron Eva, Charlie, Luka, yo, mamá y papá.

La hora más oscura [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora