- ¿Nam?
-Aquí estoy pequeño. Ahora entro.
Volteo a todos lados, acabo de despertarme, estoy en casa de Nam, semidesnudo, sentado en la cama, no lo veo.
- ¿Me he vuelto loco?
-No cariño, no lo estás
Se abre la puerta y veo a Nam entrar a la casa, lo miro confundido, trae una garrafa de agua y un plato de comida, los pone en la mesa y se acerca a mí, besa mis labios y pone su mano en mi frente. Lo miro esperando una explicación.
-El que lleves mi marca, nos une, podemos comunicarnos de ésta manera si estamos lejos, si te encuentras en peligro, o necesitas de mí, solo debes concentrarte, pensar en mí y te comunicarás. Ahora lo hemos hecho porque el cariño que me tienes, me permite sentirte, estar el pendiente de tus emociones y escucharte.
-No solo te tengo un cariño, sino que te amo, no lo olvides.
Nam me sonríe y afirma con la cabeza.
-No olvidaré. ¿Tienes hambre?
Le digo que sí e intento levantarme, pero me toma de los hombros y me obliga a quedarme en cama.
-Es usual que los omegas se sientan débiles, mareados o con fiebre, después de la marca, prefiero que te quedes en cama lo que resta del día para evitarlo. ¿Estás de acuerdo?
-Siempre y cuando te quedes conmigo y no me dejes solito.
-No lo haré, solo saldré si tengo que ir por más comida.
- ¿Le has dicho a la manada que estoy aquí?
-Pueden olerte, cuando salí hace un rato, todos me felicitaron. Están felices por tu regreso. Mañana te presentaré ante todos.
-Pero si ya me conocen.
-Debo anunciar que te he reclamado como mío, dejar en claro que nadie puede acercarte a ti, al menos con alguna intensión de cortejo.
La pena y vergüenza me embargaron, por un momento me sentí alagado, pero un dejo de tristeza hizo toda alegría a un lado, valiente omega que está defectuoso.
- ¡NO! ¡¿Me escuchaste? ¡No!
Miré a Nam asustado, me había gritado, nunca lo había hecho, literalmente me sentí un niño regañado.
-No estás defectuoso, no lo vuelvas a pensar y mucho menos a decir, sufriste ya suficiente, no fue tu culpa, en ningún momento te he reclamado nada ni jamás lo haré, estuve a tu lado siempre, yo vi lo que sufriste, vi de igual manera cuánto te esforzaste... no fue culpa de nadie.
Bajo mi mirada y me pongo a llorar, Nam se acerca y con facilidad me carga y me pone a horcadas en sus piernas, las abro para estar más cómodo y dejo mi cara descansar en su hombro, oliendo su cuello, sin dejar de llorar, él me acaricia la espalda.
-No debí gritarte, lo siento, pero no me gusta escucharte hablar así de ti. Te quiero por lo que eres, por la fuerza, por el carácter, por tus convicciones, por tu forma de ser, jamás he creído que un omega solo sirva para procrear, ni para ser utilizado por alfas, necesito que comprendas que, si te reclamé, no es porque me lo hayas pedido, sino porque te amo y te quiero a mi lado por siempre, porque es lo que he soñado desde hace muchos años.
Me separé de Nam y con un puchero le dije:
-Es la primera vez que me dices que me amas.
-Te amo Jimin, tu tampoco deberás olvidarlo. ¿De acuerdo? Y no vuelvas a hablar así de ti.
ESTÁS LEYENDO
La extinción de una casta.
Fanfiction"El lobo aúlla en el bosque nocturno, él quiere, pero no puede dormir, la hambruna llora en su estómago y el frío lo inunda" Es difícil sobrevivir en un mundo donde te quieren asesinar... Es aún más difícil cuando tú misma especie tiene las mismas i...