Parte 18

244 34 13
                                    

Cuando despierto Sook me está cuidando, curando mis heridas, me cambia o limpia el sudor con compresas

- ¿Y Nam?...

-En un momento regresa.

- ... ¿Y el cachorro?...

Mis palabras son lentas, siento una pesadez, incluso mi lengua la siento adormecida, Sook solo baja la mirada, sin decirme nada, sigue curándome, un par de compresas más, escuchamos abrirse la puerta y ambos vemos a Nam, éste entra, Sook se levanta y sale, dejando pasar a Nam que se sienta junto a mí.

-Lo lamento.

- ¿Q...Quieres ...decir?

-Él ya estaba muerto cuando Sook lo sacó.

No nos decimos nada, solo nos miramos, simplemente no puedo creerlo, un par de lágrimas bajan por mis mejillas, me siento desconcertado, no siento alivio al saber que el cachorro no ha sobrevivido, culpa, culpa es lo único que siento.

-Yo lo maté ¿No es así?... Yo no lo deseaba.

-Nadie puede asegurar eso... eres muy joven, solo no estabas preparado.

-Yo lo maté.

Mis lágrimas caen una tras otra, sé que Nam intenta acercarse, pero solo cierro los ojos, con esfuerzo y mucho dolor me acuesto de lado, dándole la espalda, tanto dolor, tanto sufrimiento para que al final el cachorro muriera...

-...Dime lo que dijo Sook.

-...

-Dímelo...

-...Es muy probable que no vuelvas a tener cachorros... tu cuerpo quedó muy dañado. Lo lamento....

-...Lo tengo merecido, por haber matado a mi propio hijo...

No sé en qué momento me quedo dormido, pero sé que no dejé de llorar ni un solo instante, mi cuerpo estaba lleno de un ser que no tenía la culpa de nada, cuando Nam me dijo que incluso podía morir yo, hice mi mayor esfuerzo por alimentarme, pero todo lo vomitaba, intentaba ejercitar mi cuerpo caminando, pero entonces me desmayaba, intentaba despejar mi mente ayudando a Sook y a Nam y solo odiaba más a JiHo... mi mente y mi cuerpo pudieron más...

Despierto y Nam como siempre está acosado junto a mí, cada día se le ve más cansado, pero siempre con una sonrisa y apoyándome, delegó su manada, delegó el sueño que tanto quería por mí, por cuidarme y estar a mi lado. Le acaricio el cabello y se remueve un poco, dejo de tocarlo y cierro mis ojos, siento su mano en mi frente, acaricia mi mejilla, toma mi mano y la besa.

Se levanta y sale de la choza, abro mis ojos, estoy solo, un pequeño hormigueo deja en mi mano, al cabo de un rato regresa y me da desayunar en la boca, el dolor en el vientre es tan fuerte, quisiera tener la fuerza suficiente para estar en mi forma de lobo y poder curarme, pero sé que no podría, estoy débil, cansado y demasiado dañado, necesito al menos tomar fuerza para poder convertirme.

Después de dos semanas puedo levantarme, al menos caminar un poco sí puedo, es inevitable, voy detrás de la choza donde Nam ha sepultado al cachorro, es un muy pequeño tramo de tierra sobresaliendo.
Me siento en una piedra luego de que Nam me haya ayudado, no se va lejos, lo puedo ver desde aquí, está cosechando unas plantas medicinales que Sook sembró desde que la manada llegó.

No hay más lágrimas que derramar, sentado en la piedra, me observo mis manos, están pálidas, delgadas, me toco la cara y el cabello y ambos se sienten secos, mis labios por igual, seguro me veo tan mal como me siento.

-Hola Nam, ¿Dónde está Jimin y mi cachorro? ya debió de haber nacido.

Escucho a JiHo hablar con Nam, volteo a mirarlos y Nam no deja de cosechar, hasta que lo enfrenta mirándolo.

La extinción de una casta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora