Todos tenemos un detonante, ese algo que despierta dentro de nosotros, y a veces, sin que nos demos cuenta, nos cambia de la noche a la mañana.
Y dicho detonante apareció en la vida del Maknae de BTS, con 23 años Jungkook sucumbió poco a poco ante...
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NORMALIDAD
Una voz se hizo escuchar en el fondo, llamando la atención de sus tensos compañeros y un curioso menor, ahora totalmente en blanco.
- Antes de que digas algo, quiero que nos escuches. Para nosotros tampoco es fácil, así que por favor, déjanos contarte primero.
El silencio reinó por un par de minutos, donde el menor de todos trataba de controlar su acelerada respiración. Sus manos temblaban y sus ojos picaban, una sensación raramente común en su ser, aunque no era lo verdaderamente importante en aquel momento. Bajo la atenta mirada de todos, el chico suspiró y acomodó su postura , centrando su atención en sus hermanos.
- ¿Qué fue lo que pasó?
Fue rápido seguir a partir de ese punto, el maknae se mostraba bastante calmado, aún para lo loco que estaba sonando todo aquello.
La explicación había sido fácil y rápida en cuanto a la condición, lo difícil había sido el tiempo transcurrido, ni siquiera sabían porque, pero esa parte se les había complicado más.
- Entonces... ustedes están diciendo que yo, ¿me perdí de la realidad por más de tres meses?
- Si, más o menos.
- Que me comportaba como un crío de seis y tanto, y dependía casi completamente de ustedes como si realmente lo fuera. -como respuesta, un asentimiento.- Y que un doctor me atendía y dijo que era normal.
- Aja, es más simple de lo que suena, no tuvimos problemas graves, nada de que preocuparse.
Bajo la atenta mirada del menor, los seis miembros mayores se escogieron de hombros o hicieron gestos, restando importancia al tema.
- Kook, nosotros no tuvimos nada que ver, al parecer, fue el estrés y cansancio mental del tiempo pasado. Según el doctor es mas normal de lo que parece o podemos pensar.
Trato de calmar el mayor de todos, acomodándose cerca de su niño, llevando su mano al hombro de esté, dejándola descansar ahí con total calma, misma que quería transmitir a su menor.
- Esto... todo es demasiado, no se que pensar...
- Lo entendemos ko, pero no tienes que guardarte nada. Aquí estamos nosotros para ti, siempre que lo necesites. Todos juntos, como en el escenario.
Suspirando, Jeon terminó poniéndose en pie y saliendo de la sala de ensayos sin decir nada más, viéndose incapaz; ignorando a su entrenador y coreógrafo cuando se los cruzó por el pasillo de camino al ascensor. Necesitaba descansar, quería irse a casa, dejar de pensar en todo eso, tal vez fingir por un tiempo que aquella conversación no había ocurrido y no se, tal vez despertar el día siguiente, bajar y escuchar que todo había sido una broma o en el mejor de los casos, una pesadilla, una larga y cansada pesadilla. Y así fue, tomando un taxi hasta su hogar, en completo silencio y con un amargo sabor en la boca. Al llegar, lo primero que hizo fue encerrarse en su habitación y tarándose sobre la cama, hundió el rostro en la mullida almohada, dejando de pensar, perdiéndose en los brazos de Morfeo por lo que restaba de la tarde y toda noche.
