Prólogo

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Hermes Granger estaba en su cuarto acostado en su cama, pensaba en todo lo que había pasado en ese año, se alegraba por su amigo orión por el regreso de su padre.

Este año había roto más reglas de la que se imagino en el colegio, quien iba decir que hermes granger uno de los mejores estudiantes de howarts, viajaría en el tiempo para salvar al padre de uno de sus mejores amigos de ir a azkaban.

Definitivamente este año había superado el anterior.

En sus pensamientos se encontraba una pelirroja, desde hace tiempo le robaba sus sueños.

Pero ella simplemente no lo veía con esos ojos, para ella solo estaba su amigo orión, por esto tres años fue su amigo incondicional, estuvo cuando ella discutía con orión por engaños o celos, el estuvo con ella en lo que necesito.

Pero cuando el la necesito, no estuvo con el.

Sus padres habían muerto en un accidente, hace un mes, ahora estaba soló.

Sus padres no tenían familia cercana, sólo amigos, los cuáles le expresaron que ellos estarían para lo que el fuera a necesitar, ahora o más adelante.

Un buen amigo de su padre, lo ayudó con el funeral y estuvo con su esposa y familia en todo momento. Ellos habían sido su segunda familia, antes de conocer a sus amigos del mundo mágico.

El escribió cartas a sus amigos, pensó que ellos lo apoyarían.

Pero sólo estuvo Neville y Luna, ellos fueron los únicos que contestaron sus cartas de inmediato y se presentaron en el funeral, Neville con su abuela le dijieron que contaban con ellos, en lo que necesitará, además que la señora Agusta lo estuvo abrazando y dándole palabras de aliento, Luna con su padre también lo apoyaron en ese momento y estuvieron con el.

El pensaba que nada peor le podía pasar, pero cómo si retara a la vida.

Días después del entierro, se enteró por boca del abogado de sus padres que el era adoptado, le dejaron una carta dónde le contaron que a el, lo habían encontrado en una canasta en su puerta una noche lluviosa.

Pero que para ellos el siempre fue su hijo de sangre, el abogado leyó los bienes y propiedades que le dejaron los Granger, los cuáles estarían a su disposición cuando el cumpliera la mayoría de edad, pero el no prestó atención alguna a eso.

Dos semanas había pasado desde que se enteró de la verdad, en ese tiempo Neville y Luna lo estuvieron visitando y enviándole cartas.

Escuchó el timbre, el cuál lo saco de sus pensamientos, cansado se levantó para saber quien era.

Al bajar no esperó encontrarse en la sala de estar, a su profesor de pociones.

- Profesor Snape - saludó con cortesía.

- Señor Granger - serio - estoy aquí para hablar con usted a solas, es un asunto urgente - Hermes asiente, le índica que lo siga.

- ¿Quiere tomar algo?.

- Un café sin azúcar, esta bien.

- Nana nos puedes llevar al despacho dos cafés, uno sin azúcar y el otro con leche - pidió, observando a una mujer  de la misma edad que su profesor.

- Claro mi niño - con una sonrisa se retira.

Hermes guió al profesor al despacho que era de su padre, al llegar le pidió que se sentará, el tomó asiento en la silla que ocupaba en vida su padre.

- Antes que nada señor Granger mi sentido pésame por la muerte de sus padres - serio.

- Gracias - sorprendido de que Snape estuviera, al tanto del deceso de sus padres - ¿Acaso el colegio lo envío por eso?.

Heredero [ Pausada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora