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Marine estaba en el pasillo del hospital de Forks con la vista perdida, el cabello hecho un lío y el rostro lleno de lágrimas. La manada estaba a su lado, pacientemente acompañándola en la espera de noticias con respecto a la hermana mayor de la chica.
Quil estaba a su lado, tomando su mano y mirándola a cada minuto, esperando alguna reacción de ella, pero no había ninguna, solo miraba a la pared en silencio.
Las Improntas corrieron al hospital en cuanto Sam llamó a Marlene, y dio aviso de todo lo ocurrido. La madre lobuna fue la primera en correr por los pasillos y abrazar a la joven chica, haciendo que esta quede inmóvil.
Horas y horas estuvieron allí, junto a ella. Ninguno decía palabra alguna, todos estaban en silencio absoluto. Una puerta se abrió y un médico salió de esta, con unos papeles, caminando a donde la pelirroja estaba.
—¿Familiares de Madison Charlotte Jones?.—Preguntó el doctor García.
Marine reaccionó y se levantó de golpe, acercándose al médico.
—Soy su hermana.—Murmuró con la voz quebrada.
El médico la miro e hizo una mueca que daba mucho que decir.
—La señorita se encuentra estable.—Dijo el Doctor.—La bala no atravesó ninguna arteria o vena que podría perjudicarla.—Marine suspiró de alivio.—Decidimos que lo mejor es ponerla en un coma inducido, para poder restaurar los huesos rotos y el tejido, solo son unos días.—Comentó el señor.—Luego tendrá que hacer reposo y algunos ejercicios no muy pesados para tener movimiento fluido, y así mejorar más rápido.
La menor asintió, no notó que Quil estaba a su lado tomando su mano, y que la manada estaba detrás de ellos con sonrisa de alivio.
—Por el momento, no hay nada más que decir.—Dijo el médico, guardando su bolígrafo en su bolsillo.—Los horarios de visita están en aquella pared.—Señaló el tablero.—Y si eres mayor de edad, puedes quedarte con ella.
Marine negó levemente, ella aún era menor de edad.
—Yo me quedaré, si quieres, Mary.—Propuso Marlene, acercándose a ella.
—Por favor, no quiero que quede sola.—Murmuró la pelirroja, mirando a la madre lobuna.
—¿Podría venir a que le tomen los datos?.—Pidió el médico a la azabache, ella asintió.
El doctor se despidió y salió nuevamente para su despacho. Marine comenzó a llorar y Marlene se acercó a abrazarla.
—Ella es fuerte, como tú, Mary.—Susurró Marlene, acariciando su cabello.—Yo la cuidaré.—Dijo al separarse.—Tú ve a casa, bañate y relájate, mañana seguramente el Sheriff Swan irá a verte.—Acarició el rostro de la chica.—Te quiero, pequeña, y estarás bien. ¿Si?.
La menor asintió dando pequeños sollozos y soltando algunas lágrimas. Quil la tomó de la mano y la acerco a él cuando Marlene se alejó. Le dio un beso en la mejilla y la abrazó.
—Creí que te perdería.—Susurró Quil.—Te amo, Marine. No sabría que hacer sin ti.
Marine dormía en el cuarto de Ariadna. La manada decidió que lo mejor era que no volviera a su casa por un tiempo, y la Miller no tenía problema en compartir habitación con su amiga.
Quil estaba sentado en un banquillo junto a la cama, cuidando de ella y de sus sueños. Sentía que su corazón dolía al verla tan lastimada, tan rota.
Su más preciada flor había sido envenenada, y eso lo mataba. Él la amaba, y no soportaba la idea de verla así. Sintió ira, tristeza y frustración por ella.
Marine dormía tranquila, con calma. Aún su cuerpo dolía, pero ya no tanto. Lo que más le dolía era el alma, no su cuerpo. Le dolía el haber descubierto tantas cosas al mismo tiempo, una peor que la otra, y vivir ese momento de muerte. Simplemente no estaba bien.
Marlene volvió en la mañana, justo cuando Quil tenía guardia. Las Improntas habían hecho planes para cuidar de ambas pelirrojas, al igual que Leah. Habían hecho un pacto silencioso, "Cuidarse entre ellas como hermanas".
La azabache entró al cuarto de su prima, y vio a Quil dormido en el banquillo con la cabeza apoyada en la pared y su mano entrelazada con la de Marine. Sonrió de la ternura que le dio. Se acercó lentamente y despertó al lobo que estaba alerta.
—Tranquilo, soy yo.—Susurró Marlene, mirando a Quil levantándose del banquillo.—Kim me fue a remplazar, y yo vine a remplazarte a ti. Debes ir a hacer guardia con Sam.—Susurró muy bajo, al ver que la pelirroja se removió en la cama.
Quil miro a su impronta y suspiro, no quería alejarse, pero sabía que Sam lo hacía para que él se despejará un poco, ya que la situación agobiaba a todos. Dejó un beso en la frente de ella y se despidió de su madre lobuna con un abrazo.
—Cuidala.—Susurró Quil, mirándo a la pelirroja desde el marco de la puerta.
—Más que a mi vida, Quil.—Susurró Marlene, desde el banquillo.
El lobo se fue y Marlene se dispuso a buscarle algo de ropa a la joven en el armario de su prima. Luego se acercó a ella y la despertó muy suavemente.
—Mary, arriba.—Murmuró, acariciando el cabello de la chica.—Mary.—Murmuró canturreando, con una pequeña sonrisa.—Vamos, pequeña, arriba.—Susurró, mirando a la chica que comenzaba a abrir los ojos.
—¿Marlene?.—Susurró Marine, dormida.
—Si, pequeña, arriba.—Respondió la mujer.—Debes desayunar algo, y debemos ir al hospital a ver a tu hermana.—Murmuró, mirándola a los ojos verdes de la chica.
—¿Estarás conmigo?.—Preguntó Marine, temblorosa.
—Siempre, pequeña.—Susurró en respuesta Marlene, acariciando la mejilla de la pelirroja.
"Como una madre". Pensaron ambas.
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Quedan solo 2 capítulos y el Epílogo.
AHH QUE EMOCIÓN.¿Les gusta que Marlene sea como una madre para las Improntas y lobos, como también una amiga?.
Amo a Lene, y se me hace difícil leer un fic de la manada sin ver el nombre de ella en lugar de Emily, ya estoy traumada jajaja. ¿Les pasa?.
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Innocent |4| Q.A
FanficLibro n°4 de la saga: "Improntas Quileutes." "-Su relación es extraña. -No, Paul, su relación es sana, joven e Inocente." 👤 Quil Ateara