Capítulo 20: Juntos a pesar de todo.

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-Marine Jones, ¿Usted jura decir la verdad y solo la verdad?.-Preguntó el fiscal, quien tomaría su declaración.

-Lo juro.-Prometió Marine, con su mano izquierda levantada.

-Bien, Señorita Jones.-Dijo el hombre.-Cuéntenos que es lo que sabe, y dé su testimonio contra los acusados.-Pidió.

-Como le dije a mi abogado, la que sabe en su mayoría las cosas es mi hermana mayor que se encuentra hospitalizada.-Habló con clase y elegancia.-Mark II Jones, fue el causante de los múltiples hematomas y heridas que tengo en mi cuerpo, fueron causados por haber enfrentado al hombre por haber golpeado a mi hermana Madison.-Contó. Marlene, quien la acompañó, tomó su mano.-Ese mismo día, ese señor me encerró en mi cuarto con un vaso de agua y un Sándwich a mi suerte.-Agregó.-Por dos días estuve en mi cuarto bajo llave, sin ningún tipo de comunicación, al igual que mi hermana Madison.

-¿Usted acusa a los señores Jones de abuso intrafamiliar?.-Cuestionó el fiscal.

-Los acuso de haber cometido el peor de los delitos.-Dijo Marine.-Golpear a un hijo sin ningún tipo de remordimientos. Y a Valerie Jones por ser cómplice, aunque no hizo nada contra nosotras, ella sabía todo lo que pasaba y no denunció el abuso a la policía.

Marlene miró a la joven y luego al abogado, quien anotaba en su libreta.

-¿Hay testigos?.-Pregunto el fiscal.

-No hay más testigos que mi hermana mayor y yo, quienes pasamos aquello.-Respondió Marine.-Hay pruebas, la policía encontró muchas cuando hicieron inspecciones.-Comentó.-Nadie sabía de esto, pues no hubo tiempo de avisarle a nadie cuando pasó.

-Muy bien, gracias por este testimonio.-Agradeció el fiscal.-Cuando su hermana se encuentre en un estado en el que pueda declarar, se hará el juicio conta sus padres.-Marine asintió levemente.-Hasta entonces, ambos señores Jones serán encerrados en la cárcel de Forks bajo protección de parte del juicio, y aislados de los demás presos.-Estiró su mano sobre la mesa, y Marine la estrechó.-Le prometo que podrá estar muy tranquila ahora, y gracias por venir.

Marine aclaró algunas cosas con su abogado y salió de la sala con Marlene. Al ser menor de edad, debía ir con alguien que se hiciera cargo de ella hasta que su hermana estuviera en condiciones, haciendo que la azabache tome aquella responsabilidad y se quedara con ella hasta entonces.

Volvieron a la casa de Marlene, en su auto, hablando de varias cosas, entre ellas, la madre lobuna preguntó por su inmensa curiosidad.

-¿Qué tal con Quil?.-Preguntó la mayor, mirando la carretera.

-No tenemos título aún, pero sé todo lo que necesitaba.-Respondió con una sonrisa.

-Me alegra que ya sepas todo esto de los lobos y sus locuras.-Rió Marlene, contagiando a su acompañante.-Bienvenida a la familia.

-Agradezco todo lo que hacen por mí.-Dijo Marine, mirando a la conductora del automóvil.-En especial a ti y a Sam, por hacerse cargo de mí por un tiempo hasta que Mads despierte y mejore.

-No es nada, Peque, somos familia.-Dijo Marlene, con una sonrisa cariñosa.-Además, gracias a ti, Quil ya no es tan pesado como antes.

-¿Pesado?.-Preguntó Marine, con el ceño fruncido y una sonrisa divertida.

-Uff, si lo hubieras conocido hace un año, no lo reconocerías.-Rió la madre lobuna.-Él y Embry me sacaban canas verdes con sus tonteras, me alegra que al menos, Quil, haya madurado.

-Si encontrar a su impronta los hace madurar, creo que habrán muchas Improntas.-Dijo Marine, entre risas.

-Que los ancestros te escuchen.-Rió Marlene.

Marine bajo del auto y entró a la casa con Marlene, quien casi pega un grito al cielo al ver a Paul tratando de arreglar el sofá con cinta adhesiva

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Marine bajo del auto y entró a la casa con Marlene, quien casi pega un grito al cielo al ver a Paul tratando de arreglar el sofá con cinta adhesiva.

-¡PAUL LAHOTE, ES EL SEGUNDO SOFÁ QUE DESTRUYES!.-Vocifero Marlene, caminando al chico que casi se desmaya al oírla.

Marine rió levemente y caminó hasta donde estaba Ariadna comiendo galletas. La peli-azul le dio algunas y ambas comían mientras veían a la azabache gritándole al lobo que la oía con la cabeza baja y un puchero, como un niño siendo regañado.

Quil, Embry y Jared entraban a la casa con cautela, evitando ser regañados por su madre lobuna. El primero fue hasta donde estaba su impronta y se sentó a su lado, le robó una galleta a Ariadna cuando se distrajo, y miró el espectáculo con ambas chicas.

A la hora de la cena, todos comieron y rieron. Luego, Marlene fue al hospital a cuidar de la pelirroja mayor y Marine fue a la casa de Quil a dormir, ya que Ariadna le pidió la habitación para estar con Seth, no preguntó, y simplemente se fue con su lobo.

Ambos estaban recostados en la cama del chico, mirando una película infantil. Comían golosinas, y reían en las escenas donde el pequeño dragón hacía de las suya. Es la película favorita de Marine, Mulán.

-¡Maldigo a tu vaca!.-Chillo Marine, entre risas, diciendo el guión.

Quil la miro con amor y ternura. Al menos, no toda su inocencia se había ido. Cuando la película terminó, Marine estaba sentada en la cama del lobo, frente al mismo, jugando a la damas.

-Te.. Gané.-Victorio Quil, con una ceja levantada.

-Fanfarrón.-Gruño Marine, empujando al lobo levemente, causando la risa de este.

-Quieres a este Fanfarrón.-Dijo Quil, entre risas.

-No lo quiero.-Negó la chica, con una sonrisa. Quil dejó de reír y la miró con el ceño fruncido.-Lo amo.

El lobo sonrió y se acercó a ella.

-¿Me amas?.-Preguntó, rozando su nariz.

-Te amo.-Susurró Marine, con una sonrisa.

-Repítelo.-Pidió Quil.

-Te amo, Quil Ateara.-Susurró con una sonrisa.

-También te amo, Marine Jones.-Susurró Quil.

Esa noche, el lobo le pidió ser novios y ella solo lo besó. Se amaban. Todos decían que era un amor raro, pero solo ellos sabían que era.

Un amor joven, puro e inocente.











































FIN.

Innocent |4| Q.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora