"Estás loco pero te diré un secreto
Las mejores personas lo están"
*La foto es de Liam Heggins*
Me dolía la cabeza un poco pero la ducha lo había mejorado todo, aunque claro los incesantes ruidos que hacían al tocar el timbre no ayudaban.
Al principio decidí ignorarlos, pero al ver que los estúpidos no se rendían baje de nuevo para abrir, seguro eran esos idiotas religiosos que siempre pasan dando un folleto e "invitando" a la a sus reuniones en sus sectas.
Al abrir me encontré con mis dos amigos discutiendo entre sí, a punto de darse duro sino los detenía.
— ¿Qué hacen ustedes dos en mi casa a estas horas del día? — Grité para que me escucharán.
Los dos se dieron la vuelta mirándome sorprendidos, al parecer no se dieron cuenta en el momento en el cuál abrí la puerta.
— ¡Queríamos venir a pasar el día completo con nuestro mejor amigo Oliver! ¿Acaso no lo podemos hacer? — Gritó Taylor con la sonrisa más falsa que pudo salir de ella.
—A mí no me engañan, vos deberías estar en tu casa arreglándote para salir de compras y Austin en casa de su víctima en una segunda o tercera ronda— Sí, los conocía demasiado bien, para saber que tramaban algo esos dos.
—Pues Austin no consiguió nada anoche y pues, no han traído nada nuevo en las tiendas, así que deja de decir estupideces y déjanos pasar —Respondió ella, entrando sin más a la casa y sentándose en el sillón en L que se encontraba en la sala de estar de los invitados.
—No les creo pero igual, ya me lo dirán— Esos dos no pueden ocultar nada, siempre termino sabiendo lo que esconden.
— "Eso es lo que tú crees" —Dijo su voz de nuevo, desde anoche que la oigo, pensé que debía de ser el alcohol pero al parecer no, me estoy volviendo loco.
"Bajé las escaleras y salí hacia la calle, necesitaba respirar un poco, me senté en la acera frente a un árbol.
— ¿Quién diría que años atrás nunca irías a una fiesta? —Si que has cambiado mucho en estos años Dijo su voz, miré tras de mí y no había nadie, seguro que estoy loco.
—No, no lo estás —Volvió a repetir su voz, me levanté y tiré el vaso con whisky que llevaba.
—Claro que lo estoy— Grité, no importando que alguien me viera, no me importaba que me creyeran un loco.
—Claro que no Oliver— Una mano se asomó sobre mi hombro y por unas milésimas de segundos lo vi, estaba frente a mí. Dallas estaba vivo.
Entré de nuevo a la casa, había una chica de pelo castaño con ojos amarillos que brillaban que se dirigía hacia mí.
—Hola— Saludó mirándome lascivamente— ¿Quieres bailar? —Me preguntó mientras me tomaba del brazo e iba hacia la pista.
Empezamos a bailar mientras sonaba una canción en español que nunca había escuchado antes.
— ¿Eres del instituto o vecina de los White? —Pregunté mientras restregaba su trasero a mi miembro.
—Vecina, me llamo Chanel Stone —Dijo antes de unir nuestros labios con desesperación.
—Aléjate de esa zorra, no es de fiar —Dijo detrás de mí.
Le seguí el beso, después de unos minutos las cosas se comenzaron a subir de tono a tal punto que necesitábamos una habitación.
ESTÁS LEYENDO
Octógora: La legión de los caídos #PNovel
FantasíaEl Octógora, la tierra dónde viven los guardianes, creados por los dioses para resguardar a los humanos, usando poderes dados de la naturaleza, viviendo en el lugar sagrado dónde se unen los trece cielos y los nueve infiernos, tiempo atrás todo era...