CERCANA OBSESIÓN (+18)

CAPITULO 10

Sonreí al sentir como besaban mis hombros con amor.

Abrí los ojos y gire levemente mi cabeza topandome con una mirada llena de amor.

— Buenos días —. Saludo dejando un pequeño beso fugaz en mis labios

— Buenos días —. Respondí separándome de el y tallando mis ojos

— ¿Quieres que te traiga algo de desayunar? —. Preguntó con una sonrisa en su boca

Negué repetidas veces con la cabeza.

— No, gracias —. Le sonreí

— Yo si tengo hambre —. Alzo las cejas juguetón

— ¿Así? —. Pregunte siguiendo el juego

— Si, pero de ti —. Roso con las puntas de sus dedos mis labios

Acaricie su rostro, el cerro los ojos al sentir mis manos en el.

Junte mis labios con los de el, metí mi lengua con desesperación en su cavidad bucal.

El beso se torno salvaje, hice aun lado las sabanas.

Y subí arriba de el, sin despegar mi boca de la suya.

Sentí como su erección esperaba por mi.

Me separe y lo tome entre mis manos con delicadeza.

El sonrió sintiendo como mis dedos comenzaron a acariciarlo.

Lo metí en mi entrada, cerré los ojos al sentirlo adentro.

Comencé a moverme despacio, el me tomo de las caderas.

Marcaba sus dedos en ellas, comencé a moverme mas rápido.

El se inclino un poco hacia adelante, besando mi cuello y pezones.

Los mordió y eso me excito aun mas, clave mis uñas en sus hombros.

— Quiero que seas solo mía, mía, mía —. Susurro cerca de mi oído

Seguí moviéndome rápidamente, mordió el lóbulo de mi oreja.

Esparció besos húmedos por todos mis hombros y cuello.

— Solo seré tuya —. Acaricie su rostro

Volvió a juntar sus labios con los mios.

Sus labios callaban mis gemidos, y cuando sentí que llegaba al orgasmo.

Me moví con mas rapidez, arquee mi espalda cerrando mis ojos.

— ¡Ahhh! —. Gemimos

Abrí los ojos, me baje y sonreí al verlo tan agitado.

Me levante con las sabanas, el sonrió al ver como me iba al baño.

Entre y cerré la puerta detrás de mi.

Tape mi boca de la felicidad, pegue mi espalda a la puerta.

Camine a la ducha, deje que el agua limpiara mi cuerpo del sudor.

Cerré los ojos, pegue mi frente con el mármol.

A mi mente llegaron las imágenes de Aaron y yo juntos, felices.

Pero se vieron opacados por aquella mujer desconocida.

Mis lágrimas se juntaron con las gotas de el agua.

Pase mis manos por mi rostro frustrada.

— ¿Lo que estoy haciendo esta bien? —. Pensé

Algo dentro de mi decía que me equivocaba, pero solo pensar como me toca Manuel me excitaba.

Con el me sentía protegida y su amor era incondicional y verdadero.