Capítulo 38

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El festival en Busan tenía varios años sin mostrar fuegos artificiales. Yoongi estaba observándolo desde la sala vacía. El ambiente estaba más tranquilo que nunca, como si todo estuviera en pausa. Encontró que había hecho la cosa más estúpida del mundo, y por ello perdió su tesoro más querido.

Yoongi no sabía a dónde iría Jungkook. No sabía si tenía amigos nuevos o una casa a la que ir a refugiarse. Lo único que poseía, eran número antiguos que se encuentran en la libreta de direcciones. Yoongi incluso llegó a pensar que Jungkook podría estar con el médico, pero por primera vez, era incrédulo y contradecir sus ideas tan pronto como le llegaban.

Llegó el día de Año Nuevo. 1 de enero del 2015. Debería haber sido el decimoquinto aniversario de Yoongi y Jungkook. Cuando miraba hacía el pasado, no podía decir que fue un decimoquinto año de amor o el decimoquinto año de una fuerte amistad. No sabía si podía llamar a lo que tenían una relación... Pero necesitaba a Jungkook más que al aire que respiraba.

Yoongi fumó sin parar por una noche entera y cuando el cielo se iluminó, se levantó del sofá y su cuerpo se tensó de golpe. Miró el reloj, eran las siete en punto. Llamó a la persona encargada de la administración del edificio de departamentos y le preguntó si podía verificar las cámaras de seguridad. Le dijo que podía ir a verlas dentro de una semana. La camisa de Yoongi estaba arrugada, manchada y no podía importarle menos cuando salió sin su abrigo. Yoongi sabía que las cámaras de seguridad solo podían confirmarle que Jungkook se había ido, pero de igual manera llamó a la oficina para que pudieran agendarle una cita con la estación de policía.

Los oficiales consiguieron mostrarle las grabaciones... Y las grabaciones le mostraron a Jimin.

El corazón de Yoongi se estremeció, y allí supo que había cometido un error irreparable. 

Yoongi pensó que Jimin tenía un carácter tan pasivo como para atreverse a ir a su casa y romper en mil trocitos la tranquila rutina de su vida. Le gritó que lo haría, claro. Estaba despechado... Pero no esperaba que lo hiciera de verdad. La molestia de Yoongi incrementó aún más. Sintió dolor, y una inexplicable ira que lo hizo temblar.

Jungkook era lo único de Yoongi que otros no podían tocar. ¡No tenía el maldito derecho de hacer eso! ¡Quería que se lo regresen! Quería abrir la puerta de su casa y mirar al hombre frente a él, sentado en un sillón, con ojos grandes y oscuros. Quería mirar sus labios rosas y escuchar su voz amable decir: «Yoongi, finalmente estás aquí. Te extrañé». Cuando se encuentre con él, entonces sería feliz de nuevo y las penas se disiparían en un instante. Quería ver el calor de sus ojos, la nitidez de sus cejas.

¡Joder! ¡Maldita sea y maldito sea Jimin!

Yoongi entró por la puerta de una casa diferente, los ojos fríos observaron al hombre que estaba parado en la cocina. Cerró la puerta y luego caminó sin quitarse los zapatos.

—¿Hablar con Jungkook fue interesante para ti? —Su voz era suave, pero escalofriante. Jimin se dio la vuelta con un brinco angustiado. Yoongi paso a paso, absolutamente enojado, se acercó.— Ya te lo había advertido en Francia la última vez. Te dije que te alejaras de Jungkook. ¿Crees que eres muy valiente como para hacer lo que se te dé la gana? — Yoongi no tenía ninguna señal de piedad en su semblante.—Si no puedo encontrar a Jungkook... Vendré aquí, y te mataré.

Se dio la vuelta dispuesto a salir, pero entonces encontró su viejo joyero abierto sobre el buró. Y allí estaba su anillo.

Los pasos de Yoongi se detuvieron y miró el anillo durante mucho tiempo. La cara que antes parecía adolorida y lastimada estaba completamente pálida. Cuando Jimin observó el anillo, su cara se convirtió en una máscara de miedo.

— Yoongi... Yo... Escucha, ¿De acuerdo? Te voy a explicar...

La primera vez que se acostó con Yoongi fue porque él estaba borracho, el hombre se despertó tarde. Intoxicado y casi vomitando sobre el suelo de un motel. En ese momento, no sabía que Yoongi tenía un amante. Le gustaba Yoongi y sentía mucha curiosidad por el anillo viejo y sin valor en su dedo. Llevó a Yoongi a dormir y se lo sacó con cuidado utilizando su boca... Se quedó dormido después de verlo fijamente por un rato. Cuando despertó en la cama ya no había nadie, y su mano aún sostenía el anillo.

En ese momento, a Yoongi no le importan los innumerables errores ocasionados por un anillo. Yoongi se inclinó para recogerlo, sopló cuidadosamente el polvo sobre él y lo usó de nuevo, solemnemente, en el dedo anular. Sentía su corazón pesado, y el alma que le había estado flotando durante mucho tiempo no podía encontrar un lugar para reasentarse. Estaba demasiado perdido como para pensar en algo inteligente que decir. 

— Mira, voy a perdonarte por el simple hecho de que has estado conmigo durante algunos años... Pero no te aparezcas enfrente mío de nuevo.

Yoongi caminó hacia la puerta, pero Jimin fue más rápido y lo abrazó por la espalda. Con un llanto muy débil, dijo:

— Yoongi, ¡No me dejes! Me equivoqué, nunca más volveré a hacerlo. Siempre que recuerdes venir a verme, puedes tener a alguien más en tu corazón... Tú... ¡No puedo soportar estar sin ti! Haré cualquier cosa. Te amo y lo digo en serio...

Yoongi suspiró, y se volvió para tocarle el pelo.

—No te denigres de esa manera, tengo a alguien más en quién pensar. Todavía eres joven. Siempre puedes conocer a alguien que te guste más que yo.

Jimin, al ver a Yoongi dar la vuelta sin mirar atrás, sintió que había perdido toda esperanza.

Jimin, al ver a Yoongi dar la vuelta sin mirar atrás, sintió que había perdido toda esperanza

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Me da mucha pena Jimin. Procedo a llorar por él. 


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Los 10 años en los que más te amé | Yoonkook - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora