Capítulo 53

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Maratón 2/4

Yoongi había estado en el centro de detención durante cinco o seis horas

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Yoongi había estado en el centro de detención durante cinco o seis horas. Alguien le preguntaba su versión de los hechos cada determinado tiempo y él respondía de inmediato siempre. Cuando nadie le estaba viendo, pasó por la puerta semiabierta. Miró las ramas de los sauces llorones que revolotean afuera, en el fondo.

No vio a su esposo, y eso le entristecía. Pensar en las palabras "Jeon Jungkook" le hacía querer llorar. Yoongi de repente se dio cuenta de que todo lo que había vivido junto a Jungkook, ante los ojos de otras personas, había sido terrible en todo aspecto.

Nadie sabe que fueron muy felices, como cualquier otra pareja. Más unidos que nadie. Estaba convencido de que Jungkook recordaba el mismo pasado hermoso que él. Sus caminatas, sus lecturas, los partidos de básquet, el jardín de su abuelo, el consejo estudiantil, al maestro que los sentó en el mismo pupitre...

Al final, ¿esos momentos no importaron?

Yoongi estaba tan triste que lo pensó antes de recordar las palabras del horóscopo: "El cerdo y el perro están destinados al fracaso". Pero había hecho muchas más cosas buenas por Jungkook que cosas malas, ¿cierto? Yoongi recapacitó desde el principio hasta el final. Recordó como sufrieron al inicio. Cómo en el verano, el negocio de la empresa subió tan alto como el golpe de calor y las manos que trabajaron tan incansablemente fueron arrastradas por el viento frío en invierno, y se congelaron. En este tiempo Yoongi dejó a Jungkook en casa y se dedicó a abrirse camino lejos de él. En ese momento, todavía no había amantes afuera, pero estaba muy agraviado por todo...

Yoongi cambió, y buscó placer.

Yoongi frotó suavemente el anillo en su dedo anular. La persona que decepcionó fue a la que más amó en su vida. Un pensamiento tan desesperado que el astuto Yoongi ni siquiera pudo derramar lágrimas esta vez.


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Jungkook le pidió al doctor que lo llevara al cementerio, el lugar en el que enterró a sus padres. Este era el dolor más profundo en su corazón, y él no podía soportar mencionarlo.

Había una ligera lluvia cayendo del cielo, y una delgada línea de agua fue arrastrada por el viento en la ventana hasta crear una figura desconocida. El automóvil se detuvo frente a la puerta y se estacionó.

—¿Es aquí? —Taehyung le colocó el abrigo a Jungkook y abrió la puerta del maletero para encontrar un paraguas que pudieran utilizar. Jungkook no se movió. Inclinó la cabeza y se cubrió la cara con las manos. Resopló levemente. No se atrevía a entrar y casi no quería continuar con su plan. Pensó que podía ir y visitar su vieja casa, pero ya la habían vendido e incluso los viejos rastros de los dos fueron borrados. La casita fue vendida por él después de sus muertes, y el dinero que le ofrecieron le sirvió para pagar el importe inicial de la casa en Busan.

Jungkook pensó que él y Yoongi podían ser realmente el mismo tipo de persona, diciendo que lo lamentan y que estaban tratando de compensar los crímenes que cometieron. El egoísmo, el dolor es siempre el mismo. Taehyung le abrió la puerta a Jungkook y sostuvo el paraguas para él:

Los 10 años en los que más te amé | Yoonkook - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora