capítulo 17

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Después de la bochornosa primera noche que había pasado el rubio, la mañana había sido bastante tranquila, habían paseado por la zona, visitando lugares de interés que habían marcado, Chan iba con una sonrisa grabando con su teléfono a los siete c...

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Después de la bochornosa primera noche que había pasado el rubio, la mañana había sido bastante tranquila, habían paseado por la zona, visitando lugares de interés que habían marcado, Chan iba con una sonrisa grabando con su teléfono a los siete chicos desde atrás.

Los chicos disfrutaban de los rayos del sol en la playa, jugando al uno entre algunas risas y otras maldiciones por tener que coger 12 cartas.

—¡Chicos! — Chan llamó a la distancia, bolsas de supermercado llenas en sus manos. — Tenemos una barbacoa esperándonos.

—Oh dios, ¡gracias! — Jeongin fue el primero en levantarse y salir corriendo, dejando su toalla todavía tirada en la arena.

—Jeongin, ¡la toalla! — llamó Hyunjin, pero el más pequeño seguía corriendo. Con un suspiro el chico recogió las cosas junto los demás que apuraban para llegar junto Chan e irse a comer.

Jisung estaba controlando las brasas mientras los demás preparaban otras comidas. De pronto, vio que un trozo de leña era añadido al fuego.

—Nonono. — cogió el trozo de leña antes de que estropeasen las brasas que estaban hechas. — ¿Que haces? — se giró, encontrándose con Minho.

Genial.

—Si las dejas así se van a apagar. — informa el pelinaranja.

—No hace falta tanto fuego, con las brasas se hacen bien.

—Si lo haces con las brasas solo conseguirás que la carne se haga por fuera y quede crudo por dentro.

—No es verdad.

—Claro que si.

—Siempre he hecho la carne así y queda bien, vete. — Jisung da por finalizada la discusión, girándose de nuevo hacia las brasas y removiéndolas un poco. Sabía que el chico todavía seguía ahí, lo notaba, por lo que no se sorprendió en volver a ver el trozo de leña siendo añadido de nuevo. — Te estoy avisando, Lee Minho, deja de hacer el imbécil. —amenazó sacando de nuevo el trozo de madera.

Notó al chico más cerca, se giró, el pelinaranja estaba al lado suya, mirándole con sus ojos amenazantes. — Oblígame. — dijo mientras ponía más leña en sus brasas.

Jisung notaba su cuerpo caliente.

No era por las brasas, tampoco por la cercanía de ese idiota.

Era por la rabia y ese sentimiento tan inquietante que sentía por todo el cuerpo.

Impotencia.

Tiró sin cuidado ninguno las pinzas que tenía en su mano en la mesa de piedra. — Eres irritante. — dijo mientras se iba.

Jisung salió de la casa, ignorando las voces de sus amigos llamándole durante todo el recorrido, su pecho empezando a doler, su ansiedad atacando.

un paso || minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora