— Porfavor no seas aguafiestas, pareces una señora de ochenta años— se quejo Ashton— solo son un par de horas— suplico
— No Ashton, me rehusó a ir a esa fiesta— respondi— además no conozco a la cumpleañera
— Si la conoces
— No, no lo hago
— Si, si lo haces
— Esta bien si, pero esta noche prefiero quedarme aquí
Estábamos invitados a la fiesta de cumpleaños de Agustina Duch, la rubia, teñida claramente, carismática, divertida, popular, admirable, atlética, amistosa, y la lista de descripciones podría seguir por horas, pero aunque me cueste admitirlo era buena chica, no es como todas las plásticas de su grupo, ella era diferente. No se porque estábamos invitados, o directamente porque me había invitado a mi si nunca habiamos cruzado palabras. Estoy empezando a creer que me invito solamente para que Ashton vaya, se atraen y no quieren admitirlo.
— Iremos solo 6 horas— suplico
— ¿Estas loco?, no iré
— ¿5?— seguía negando— ¿4?— recibió un cortante "No" de mi parte — ¿3?
— 2— ofreci
— okey serán 2 horas entonces— sonrió falsamente— que aburrida que eres
— Idiota— le saque la lengua
— Infantil
— estúpido
— Sucio
— ¡Ey!— exclamo el castaño, y yo solté una risa. Dirigí mi vista a mi a mi amigo el cuál estaba tumbado en mi cama justo sobre una pila de ropa que había dejado para organizar luego.
— ¡Sal de arriba de mi ropa!— grite haciendo que Ashton se sobresalte— me la arrugas idiota
— Lo siento— comento riendo— tengo que irme, prepárate, a las diez paso por ti— se marchó
Acepté solamente para dejar conforme a Ashton, no tenia ni la mínimas ganas de ir, no es que las fiestas no me llamaran la atención, simplemente hoy no quería salir de mi hogar, toda la escuela estará allí y será incomodo, Ashton se irá con sus amigos, Eva en busca de una chica y yo me quedaré sola, como siempre, pero no le arruinare la oportunidad a mi amigo, así que pondré mi mejor cara y los acompañare.
A las diez y punto como dijo anteriormente Ashton, estaba sentada en una de las banquetas de la cocina moviendo mis dedos inquieta. El vestido negro ajustado que llevaba puesto remarcaba mi cintura, el básico maquillaje resaltaba mis grises ojos, mi cabello negro azabache caía onduladamente en las puntas, nunca me había visto tan linda como esta noche, normalmente suelo usar ropa suelta, ni tan holgadas ni mucho menos ajustadas, pero hoy había decidido vestirme como una chica de mi edad, me veía demasiado rara, como si esa persona que estaba viendo al espejo no era yo.
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Al mirar hacia las estrellas fugaces
Teen FictionOtro año más de la aburrida y patética vida de Rosse, misma escuela, mismos compañeros, hasta mismos profesores. Pero su último año de curso va a ser completamente distinto a lo que ella se espera, ya que el destino decide ponerle frente ella, a un...